Por qué los hombres tienen tan pocos amigos de verdad

Solo uno de cada dos hombres asegura estar satisfecho con su número de amigos. De hecho, el porcentaje de varones que reconoce haber recibido apoyo emocional de un amigo en los últimos 7 días es de apenas el 20%, mientras entre las mujeres esa cifra asciende al 40%, según una encuesta realizada en Estados Unidos. Y todo tiene que ver con un problema que afecta a millones de hombres de todo el mundo: tienen muy pocos amigos de verdad.

Judy Yi-Chung Chu, profesora de psicología en la Universidad de Stanford, explica a la CNN que "la ruptura de las amistades entre los hombres comienza alrededor de la adolescencia media y tardía y se vuelve más marcada en la edad adulta". La doctora Niobe Way, investigadora y profesora de psicología aplicada en la Universidad de Nueva York, ahonda en esa idea: "Los niños no comienzan emocionalmente desconectados; se desconectan emocionalmente".

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Varios estudios han demostrado que las personas necesitamos intimar con los demás, primero para sobrevivir cuando somos bebés, pero después para mejorar nuestra vida. Se sabe que las amistades de verdad protegen nuestra salud, tanto a nivel físico como mental. Y es una manera de luchar contra la soledad, según señala el psicólogo Frank Sileo: "Los hombres corren el riesgo de perder esta sensación de no estar solos en el mundo o de no estar solos en su experiencia".

Por eso, llevaron a cabo una investigación que ha demostrado que al divulgar "la angustia emocional mejoraba el bienestar emocional de los hombres, lo que aumentó la sensación de ser comprendido y derivó en una menor soledad".

El problema de los estereotipos

El doctor Sileo lleva analizando las amistades entre los hombres desde 1995. Cuando comenzó su investigación, los participantes en el estudio pensaban que tenían que ver con la homosexualidad, nada más lejos de la realidad. Reconoce que casi tres décadas después, las cosas han cambiado, pero que sigue habiendo presiones sociales que hacen que los hombres no muestren su vulnerabilidad o que no ofrezcan la intimidad que hace falta para construir amistades de verdad.

La doctora Way señala que las personas nacen con dos lados, uno duro y uno blando. El primero es el de la independencia, el segundo el de la vulnerabilidad. El problema es que esos lados se han asociado con el género: el duro como masculino y el blando como femenino. Y se transmite a los niños que, al crecer, tienen que ir eliminando ese lado blando, lo que a la larga será dañino para ellos, según la psicóloga.

Judy Yi-Chung Chu añade que "vemos las relaciones de género como femeninas. Si eso es algo femenino, se convierte en una debilidad o una responsabilidad si los hombres admiten que necesitan amistades".

A lo largo de esta investigación, el doctor Sileo llegó a varias conclusiones. Así, encontró que los hombres tenían menos posibilidades de tener amistades íntimas cuanta más importancia daban al poder y más puntuación sacaban en las encuestas sobre pensamientos homofóbicos.

Por eso, Niobe Way cree que esa disposición de los hombres a no mostrar vulnerabilidad puede llevarlos a la soledad, pero también a mostrar signos de violencia en su comportamiento: "Vivimos en una cultura que choca con nuestra naturaleza. Si criamos a los niños para que vayan en contra de su naturaleza, no deberíamos sorprendernos si algunos de esos niños crecen para luchar".

Pensamientos homofóbicos y de poder se identifican con soledad a largo plazo

La doctora Way concluye que muchos hombres buscan esa amistad tan necesaria en sus parejas, de tal manera que puedan conseguir ese apoyo emocional tan imprescindible. Pero Judy Yi-Chung Chu recuerda la importancia de tener varias personas en la que poder buscar apoyo para conseguir diferentes perspectivas. Por eso, señala que "los hombres necesitan saber que no es solo una cosa de mujeres. Necesitan saber que ellos también pueden hacerlo"