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Qué sucede cuando descubres que tu trabajo no se parece en nada a lo que imaginabas
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Qué sucede cuando descubres que tu trabajo no se parece en nada a lo que imaginabas

En la entrevista te lo pintaron todo de una forma completamente diferente. ¿Qué hacer en caso de que no puedas tolerar la frustración y quieras dejarlo cuanto antes?

Foto: Foto: iStock.
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A veces, hay una enorme diferencia entre lo que se dice en una entrevista de trabajo de lo que luego se hace en el día a día. En ese caso, te sentirás estafado por tu empleador, pero sobre todo decepcionado. Al fin y al cabo, como todo en la vida, entrar en nuevo empleo es un salto de fe en el que no te queda más remedio que confiar en que tus funciones sean mínimamente parecidas a lo que te ofrecieron. Y, en caso contrario, no aceptarlo y seguir buscando (o decantarte por otra oferta más jugosa) siempre es una opción a tener en cuenta.

Una encuesta reciente de una importante plataforma de empleo realizada a más de 2.500 trabajadores halló que casi tres cuartas partes de los entrevistados habían entrado en empleos cuya actividad se basaba en algo completamente distinto a lo esperado o pactado. En este sentido, la mayoría de ellos se desmotivaron rápidamente, pasando por su cabeza la idea de marcharse: un 80% de ellos dijeron que renunciarían al puesto en caso de que no cumpliera con las expectativas en un plazo medio de seis meses. No solo es que el entrevistador te mienta abiertamente sobre tus funciones, sino que muchas veces te embellece la posición que ostentarás en la empresa, sobredimensionando las hipotéticas ventajas sobre los inconvenientes.

"Antes de aceptar el trabajo, tienes el poder de entrevistar también a la empresa y decir que sí teniendo la información necesaria"

"Todo el mundo presenta su mejor cara, y al departamento de Recursos Humanos se le da tan mal como a sus candidatos", asegura Sue Ingram, una consultora de empleo londinense, en un reciente artículo de la BBC que se ha hecho eco del estudio. "Centrarse en las ventajas solamente puede llevar a la exageración, sobre todo si la empresa está especialmente interesada en contratar rápido a un candidato". Otro de los factores que pueden incidir en estas promesas incumplidas es el hecho de que "hagan suposiciones sobre cosas que esperan que ocurran, en lugar de contar realidades del día a día".

Expectativas demasiado altas

Evidentemente, la fórmula más fiable de saber cómo es la rutina en un determinado puesto de trabajo pasa por ser un empleado en pruebas, lo cual es bastante probable que suceda en caso de que no cuentes con una experiencia sólida en un oficio determinado o referencias directas de otras empresas en forma de cartas de recomendación. Ninguna empresa quiere contratar a ciegas, por lo que ambas partes coinciden en que primero hay que ver cómo uno se desenvuelve y, en el lado del empleado, cómo le tratan o qué funciones concretas le va a tocar asumir.

Deberás tener una gran facilidad para tolerar la frustración o buscar un empleo que se ajuste de verdad a tus expectativas

Lo que también debes hacer para evitar llevarte una sorpresa y descubrir que el puesto para el que has sido contratado no coincide en absoluto con tus habilidades y competencias es hacer muchas preguntas, en primer lugar al entrevistador y luego ya a tus compañeros nuevos o a los empleados que dejaron la empresa. "Antes de aceptar el trabajo, tienes el poder de entrevistar también a la empresa y decir que sí o que no teniendo la información necesaria para tomar la decisión", señala Ingram.

Una de las peores desilusiones sucede cuando llevas mucho tiempo persiguiendo un determinado puesto que tienes idealizado y, al poco de empezar, te das cuenta de que no era nada parecido a como lo habías imaginado, ni mucho menos. O, en su defecto, que tengas un perfil con una cualificación más alta de la que se te requiere y te veas haciendo tareas repetitivas o con las que no puedes explotar todo tu potencial. En este caso, deberás tener una gran facilidad para tolerar la frustración o no te quedará otro remedio que buscar un empleo que se ajuste de verdad a tus expectativas en otra compañía distinta.

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Esto sucede sobre todo en los empleos creativos, ya que son fácilmente idealizables y, por otro lado, la actividad que realizas en ellos te subjetivan como persona, dan forma a tu personalidad. Por ello, si sucede pronto esa quiebra entre las expectativas y la realidad, te deparará mucha más frustración personal y laboral que si aceptas que el salario es tu mayor fuente de motivación, no tanto el papel que cumples dentro de la empresa, el gremio o la sociedad. A este tipo de empleos los han calificado como "glossy works" (trabajos "deslumbrantes" o "glamurosos"), haciendo referencia a que se sobredimensionan sus aspectos positivos más que los negativos, los cuales a veces ni siquiera existen. ¿Qué mal puede haber en aquella actividad que siempre ha sido tu pasión y te define como persona?

Este término fue acuñado por Lisa Cohen, de la Universidad McGill, y Sandra E. Spataro, de la Universidad del Norte de Kentucky, quienes aseguran que lo peor de aceptar este tipo de empleos es que nunca vas a reconocer para ti mismo ni para los demás de que te han decepcionado una vez accediste a ellos, ya que eso significaría reconocer tu derrota y volver al punto de partida con las manos vacías. Lo que a su vez perjudica a los ingenuos que, como tú, siguen soñando con un puesto así, un puesto que a veces puede que no exista o que esté reservado a las figuras con más caché de la cadena. Sea como sea, lo más importante antes de aceptar un trabajo es informarte lo máximo posible sobre tus funciones y tu retribución.

A veces, hay una enorme diferencia entre lo que se dice en una entrevista de trabajo de lo que luego se hace en el día a día. En ese caso, te sentirás estafado por tu empleador, pero sobre todo decepcionado. Al fin y al cabo, como todo en la vida, entrar en nuevo empleo es un salto de fe en el que no te queda más remedio que confiar en que tus funciones sean mínimamente parecidas a lo que te ofrecieron. Y, en caso contrario, no aceptarlo y seguir buscando (o decantarte por otra oferta más jugosa) siempre es una opción a tener en cuenta.

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