Una biblioteca pública pide a un ladrón que "no tire las alarmas por el retrete"

La llegada de las plataformas de vídeo en streaming como Netflix, Prime Video, Disney+ u otras han cambiado nuestra forma de consumir series y películas. La mayoría de los videoclubes ha tenido que cerrar o sobrevive de manera agónica, la venta de DVDs y otros formatos de vídeo ha caído en picado y ya casi todo se ve a través de las nuevas tecnologías que ofrece internet.

Sin embargo, aún sigue habiendo personas interesadas en esos formatos de vídeo más tradicionales, aunque ese interés no se traduzca en la compra de DVDs o Blu-ray. Eso es lo que se deduce de lo que está pasando en una biblioteca pública madrileña, que ha tenido que colgar un curioso cartel en sus instalaciones que se ha hecho viral en las redes.

Tal y como recoge la cuenta de Twitter @LiosdeVecinos, la biblioteca pública de Villa de Vallecas ha tenido que colgar un cartel lleno de ironía destinado a los amigos de lo ajeno. En él se puede leer: "Estimado señor ladrón. No tire las alarmas de DVDs por el retrete, nos atasca los baños. Gracias por su comprensión".

Un cartel viral

Se ve que los responsables de la biblioteca están cansados de encontrar los precintos de seguridad que se ponen en estos objetos tirados en el baño. Y han decidido utilizar la ironía para tratar de llegar a la cabeza del ladrón que está dejando la sección de DVDs mermada al llevarse los títulos que más le interesan.

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La llegada de internet también hizo que las bibliotecas dejaran de tener muchos usuarios, que ahora pueden encontrar fácilmente todo aquello que buscan a través de la red. Sin embargo, sigue siendo un lugar de referencia a la hora de leer y alquilar libros, aunque a veces se tarde un poco más de lo esperado y deseado en su devolución.

Eso es lo que pasó hace algunos meses en Canadá, donde la biblioteca pública de Vancouver recibió un libro que había prestado 51 años antes. Se trataba de un ejemplar de 'The Telescope', de Harry Edward Neal, que había sido alquilado el 20 de abril de 1971. La persona que lo alquiló lo devolvió con una nota de disculpas: "Antes de nada, mil perdones por la tardanza en devolverlo. Aquí está su libro. Se lo devuelvo en perfecto estado. Muchas gracias".