El truco infalible para saber si tu gato es macho o hembra

Los gatos son, junto a los perros, los animales domésticos que más presencia y popularidad tienen en los hogares españoles ya que son unos estupendos compañeros de juegos, mimos y trastadas. Además, tener un gato en casa aporta muchos beneficios para la salud ya que, por ejemplo, ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y la presión arterial, entre otras bondades.

Sin embargo, si nunca has tenido un gato con anterioridad y te planteas tenerlo, quizás no sepas distinguir cuando un ejemplar es macho o es hembra. No te preocupes, es algo normal y muy habitual, sobre todo cuando son cachorros.

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El Confidencial

Lo primero que tienes que saber es que es prácticamente imposible saber el sexo de un gato antes de que pasen sus primeras 21 semanas de vida ya que sus órganos genitales no se empiezan a desarrollar hasta ese momento, por lo que es fácil confundir su género. Al no haber apenas diferencias entre los machos y las hembras, lo normal es esperar ese tiempo para lograr despejar la duda.

Una cuestión genética

Llegada la hora, basta con levantar su cola y justo debajo del ano aparecerán sus genitales. Si es hembra, habrá una pequeña hendidura vertical que es la vulva, mientras que si es macho tendrá el prepucio con una pequeña abertura redonda que es la uretra y, justo por encima, el saco escrotal donde se encuentran los testículos.

No obstante, en gatitos más jóvenes esto no se observa de forma tan clara, por lo que siempre hay trucos para averiguarlo antes. Por ejemplo, una regla casi matemática asegura que los gatos tricolores son siempre hembras debido a sus cromosomas sexuales, es decir, que es una cuestión puramente genética.

Es casi imposible saber el sexo de un gato antes de que pasen sus primeras 21 semanas de vida

El cromosoma 'X' es el encargado de dar color al pelaje del gato, ya sea de negro o de naranja. Las hembras tienen dos cromosomas 'X', por lo que pueden tener los dos tonos, junto al blanco, que se determina por el cromosoma 'S'. Sin embargo, los machos solo tienen un cromosoma 'X' y otro 'S', por lo que nunca serán tricolores, a no ser que sufran el síndrome de Klinefelter, por el que nacen con un cromosoma X adicional.