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Cómo eliminar los malos olores de tu mascota en casa
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Cómo eliminar los malos olores de tu mascota en casa

Muy contentos con el gato o el perro que acaba de llegar hasta que la casa comienza a despedir un hedor nada agradable. ¿Qué hacer para que este no se quede también a vivir?

Foto: Foto: iStock.
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Se trata de uno de los mayores inconvenientes de vivir con mascotas. No piensas en arrepentirte de acoger a un gato o a un perro a tu hogar hasta que pasa el tiempo de convivencia y, descubres amargamente, que a no ser que tomes medidas la casa huele ciertamente muy mal. Puedes recoger un desecho imprevisto, pero cuando ya van cuatro o cinco, lamentas tener que llegar a casa del trabajo con la intención de descansar y ponerte manos a la obra a limpiar lo ya limpiado.

En estos casos, la mejor cura es la prevención. Y prevenir los malos olores ocasionados por tu mascota implica ocuparte de ellas todo el tiempo que requieren, especialmente de los perros que son más dependientes y necesitan salir mínimo tres veces al día. ¿Te imaginas pasarte todo el día encerrado en una casa sin posibilidad de ir al baño? Esto no sucede tanto con los gatos, ya que colocas un arenero en algún punto de la casa para ya solo tener que limpiarlo cada cierto tiempo. Sin embargo, a pesar de que le tengas bien educado, es posible que traiga la suciedad de la calle impregnada en el cuerpo o que deje fluidos en partes tan imprescindibles del hogar como las camas o los sofás. ¿Qué hacer al respecto?

Lo más normal es que necesites realizar una limpieza profunda de las alfombras al menos cada semana o dos semanas

Una de las soluciones más simples, a propósito del sofá (un punto negro de la casa si vives con animales domésticos), es poner fundas en estas zonas donde más les gusta retozarse después de venir del paseo. Fundas que deberás lavar regularmente (teniendo que coger otra de recambio) para evitar que el olor se quede ahí, en la superficie. En tiendas de mascotas seguro que venden productos especializados destinados a evitar que se ensucien estos puntos de la casa. Si de pronto tienes una visita imprevista, puedes quitar la funda y echarla a la lavadora para que con ella se vaya el mal olor.

"Las mascotas arrastran mucha suciedad, polvo, alérgenos y olores desagradables que pueden quedar pegados en los revestimientos del piso"

En el caso de los gatos, estos no necesitan salir a la calle varias veces todos los días para realizar sus necesidades, por lo que contarás con ventaja, pero una ventaja relativa, ya que lo hacen sobre el arenero. "Para minimizar los malos olores de la arena y mantener contento a tu gato, elimina sus desechos diariamente y cambia la arena al menos una vez a la semana", recomiendan desde un artículo publicado en la revista Salon. "Si tienes más de un gato", cosa no poco probable si sientes fascinación por estos animales, "tal vez necesites quitar la arena con más frecuencia".

Un quitapelos a tiempo...

Puede que todavía quede un rastro de olor en el arenero. Para eliminarlo, debes limpiarlo bien y secarlo, y si aun así sigue desprendiendo cierto olor, lo mejor es rociar con algún producto aromático que combata este olor. En el caso de las alfombras y los muebles, zonas donde tiende a acumularse los pelos y la suciedad de las mascotas, basta con que te hagas con un buen aspirador o con un quitapelos. Sin embargo, lo más normal es que necesites realizar una limpieza profunda periódicamente o en un período no muy largo de tiempo.

La mayoría de las personas necesitan limpiar a fondo sus alfombras una vez al mes, pero si tienes mascotas, lo mejor es pasar la aspiradora una vez a la semana o cada dos semanas como mucho. "Después de todo, las mascotas arrastran mucha suciedad, polvo, alérgenos y olores desagradables que pueden quedar pegados en los revestimientos del piso, haciendo que huela toda la habitación", recuerdan desde la revista. Como último recurso y no menos importante, perfuma las estancias con algún ambientador que sea de tu gusto y que resista bien los olores que desprenden estos animales.

Se trata de uno de los mayores inconvenientes de vivir con mascotas. No piensas en arrepentirte de acoger a un gato o a un perro a tu hogar hasta que pasa el tiempo de convivencia y, descubres amargamente, que a no ser que tomes medidas la casa huele ciertamente muy mal. Puedes recoger un desecho imprevisto, pero cuando ya van cuatro o cinco, lamentas tener que llegar a casa del trabajo con la intención de descansar y ponerte manos a la obra a limpiar lo ya limpiado.

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