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¿Quiénes fueron los primeros agricultores? Un estudio ha resuelto la gran incógnita
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Reescribiendo la historia

¿Quiénes fueron los primeros agricultores? Un estudio ha resuelto la gran incógnita

Por su carácter espontáneo, determinar con exactitud la aparición de la agricultura no es nada fácil, pero los historiadores coinciden en que esta labor tuvo que adquirir su forma constante hace unos 12.000 años

Foto: Fuente: iStock.
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Sin la tarea agraria, el curso de la vida humana hubiera sido muy distinta a la que conocemos. Es difícil predecir cuánto habría cambiado nuestra posición en el orden natural sin la agricultura, pero lo cierto es que basta pararse un minuto a pensar en el día a día sin esa percepción que, como inercia, nos acerca a la tierra, para quedarnos casi sin aliento.

Precisamente por su carácter espontáneo, determinar con exactitud su aparición tampoco es nada fácil, pero los historiadores coinciden en que esta labor tuvo que adquirir su forma constante hace unos 12.000 años. Aquel descubrimiento cambió radicalmente nuestra historia: poder servirse de cada cosecha, oscilar con ella, como un reloj, determinar el tiempo con el tiempo que tardan los frutos en crecer. Poder tomarlos y hacer de ellos muchos frutos más.

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Hoy en día, lo tenemos tan asumido que incluso olvidamos que la tierra se cuida y se trabaja, que hay manos inmersas en ellas cada día, una tarea nada fácil que intenta recordarnos el compromiso (es un pacto recíproco, un intercambio del que la naturaleza siempre sabe más). Alguna vez fue un lema sagrado, gracias a aquel primer contacto que hasta ahora se desconocía. ¿Quiénes fueron los primeros agricultores del planeta? ¿Quiénes iniciaron este hilo alimentario que nos sostiene?

Nuevos indicios genéticos

Un nuevo estudio lo ha descubierto. Publicados en Cell, los resultados de esta investigación apunta a que los primeros humanos que adoptaron un estilo de vida basado en la agricultura procedían de una mezcla de poblaciones cazadoras-recolectoras asentadas entre los territorios actuales de Europa y Oriente Medio.

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Fuente: Wikipedia.

Así lo ha aclarado un equipo internacional de investigadores, dirigido por genetistas de la Universidad de Berna, la Universidad de Friburgo y la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, en un trabajo que emplea nuevos indicios genéticos para arrojar luz sobre el origen de las primeras primeras manos que aún sostienen las nuestras.

Aquellas manos estarán siempre presente en lo profundo de la relación entre las personas y su entorno natural. Manos que, como ahora han podido corroborar, fueron plurales. Con los nuevos datos, la vinculación de la aparición de la agricultura a un único grupo humano de una sola región ya no sería viable.

Una población mixta

Los análisis genómicos previos asumían que, hace unos 25.000 años, una gran población inicial se dividió en dos grupos. Uno de ellos habría emigrado a Europa y habría sufrido una reducción drástica de su tamaño y un empobrecimiento genético debido al enfriamiento de las temperaturas globales que se estaban desarrollando entonces.

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Fuente: Wikipedia.

Mientras tanto, el otro grupo habría permanecido en Oriente Medio y de él habría surgido la población responsable de la transformación más importante de nuestra historia: la transición de un primer modo de vida de como cazadores-recolectores a unas técnicas "domesticadas" a partir de la agricultura.

Los recientes hallazgos, sin embargo, ofrecen una nueva interpretación de la dinámica de aquellas poblaciones: "Hemos descubierto que los primeros agricultores de Anatolia y Europa surgieron de una población mixta de cazadores-recolectores procedentes de Europa y Oriente Próximo", relata Nina Marchi, genetista de la Universidad de Berna y coautora del estudio.

El poder de la modelización demogenómica

En esta reescritura de la historia de las poblaciones que comenzaron a cultivar plantas, los investigadores adoptaron un enfoque basado en dos técnicas: la obtención de genomas antiguos de gran calidad a partir de hallazgos prehistóricos; y, por otro, la modelización demográfica. Con el nuevo método, que los autores han denominado "modelización demogenómica", estos han podido elaborar modelos demográficos a partir de ADN antiguo.

El genoma de 15 agricultores que vivieron hace más de 7.000 años en Europa y el suroeste de Asia ha demostrado que las poblaciones del Neolítico temprano eran mucho más grandes de lo que se pensaba

El enfoque consiste en secuenciar varias veces el genoma de antiguos seres humanos, un proceso de "secuenciación profunda" que genera datos genéticos de alta calidad. "Así se obtienen muchos más detalles sobre la historia demográfica de estas poblaciones, desde su divergencia y su expansión hasta los momentos en que entraron en contacto", explica Laurent Excoffier, experto en genética de poblaciones de la Universidad de Berna y coautor del estudio. Los trabajos anteriores no podían alcanzar tal grado de detalle porque se basaban en genomas incompletos.

La secuenciación profunda del genoma de quince agricultores y cazadores-recolectores de Europa y del suroeste de Asia, que vivieron hace entre 7.000 y 9.000 años, ha demostrado que las poblaciones del Neolítico temprano eran mucho más grandes de lo que se pensaba. Esto implicaría que estaban más conectadas entre sí, según los autores.

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Fuente: Wikipedia.

Hace unos 14.000 años se habría producido ese encuentro entre un grupo occidental y otro oriental que ya presentaban una gran diversidad genética. De ese contacto habría surgido una población en el Creciente Fértil, la franja de tierra situada entre los ríos Tigris y Éufrates y la desembocadura del Nilo, donde se encuentra el origen genético de los artífices de la primera revolución agrícola.

La historia de los primeros agricultores continuó entonces hacia el oeste, donde se desplazaron en busca de nuevas tierras para cultivar. Hace unos 9.000 años, algunos grupos que vivían en Oriente Medio emprendieron largos viajes (tanto por mar, siguiendo la ruta del Mediterráneo, como por tierra, remontando el Danubio) y se inició así un periodo de diferenciación genética entre las poblaciones europeas y de Oriente Medio. De hecho, gran parte de la población actual de Europa desciende de los grupos que llegaron al continente hace unos 7.000 años.

Sin la tarea agraria, el curso de la vida humana hubiera sido muy distinta a la que conocemos. Es difícil predecir cuánto habría cambiado nuestra posición en el orden natural sin la agricultura, pero lo cierto es que basta pararse un minuto a pensar en el día a día sin esa percepción que, como inercia, nos acerca a la tierra, para quedarnos casi sin aliento.

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