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El ruego de los científicos al Papa o cómo la Iglesia Católica puede combatir el cambio climático
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El ruego de los científicos al Papa o cómo la Iglesia Católica puede combatir el cambio climático

Si el Papa Francisco retomara la obligación de no tomar carne los viernes entre los feligreses de la Iglesia Católica, las emisiones de carbono descenderían de manera drástica

Foto: El Papa Francisco ha pedido luchar contra el cambio climático (Pixabay)
El Papa Francisco ha pedido luchar contra el cambio climático (Pixabay)

En la Iglesia Católica pedir perdón por los pecados y reparar por ellos es importante. De la misma manera, hacer pequeñas renuncias ha formado siempre parte de la tradición cristiana. Una de estas renuncias es la de abstenerse de comer carne todos los viernes del año, una práctica que se remonta a la declaración del Papa Nicolás I en el siglo IX. La finalidad de la Iglesia es animar a los fieles a ofrecer un sacrificio en memoria de la muerte y crucifixión de Cristo.

Más allá de las creencias religiosas, el consumo de carne y los hábitos alimenticios de los católicos pueden ayudar (y mucho) a mitigar las emisiones de CO2, según manifiesta un estudio científico llevado a cabo por la Universidad de Cambridge.

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Esta investigación ha revelado que, en septiembre de 2011 (y tras 26 años sin aplicarla), los obispos de Inglaterra y Gales restablecieron los viernes sin carne como un acto colectivo de penitencia. Solo un 28% de los católicos de estas dos naciones del Reino Unido ajustaron su dieta de los viernes tras este anuncio. De este segmento, el 41% afirmó que dejó de comer carne el viernes y el 55% dijo que trató de comer menos carne ese día.

El Papa Francisco ha pedido respuestas "radicales" para combatir el cambio climático

Suponiendo que los católicos que adaptaron su dieta cambiaron a comidas sin carne ricas en proteínas los viernes, esto equivaldría a aproximadamente 875.000 comidas de carne menos a la semana, lo que ahorra 1.070 toneladas de carbono a la semana, o 55.000 toneladas en un año, según los investigadores. Esta última cifra equivaldría a las emisiones de CO2 de 82.000 personas menos haciendo un viaje de ida y vuelta de Londres a Nueva York en el transcurso de un año.

El Papa Francisco y el cambio climático

En este sentido, el Papa Francisco, actual líder católico, ha pedido en numerosas ocasiones respuestas “radicales” para combatir el cambio climático y ha destacado el importante papel que juega la sociedad civil para lograr la sostenibilidad mediante el cambio los hábitos de consumo. Por eso, los investigadores argumentan que si el Papa restableciera la obligación de no ingerir carne los viernes entre para todos los católicos del mundo se podrían mitigar millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero anualmente.

placeholder El Papa Francisco ha pedido luchar contra el cambio climático (Pixabay)
El Papa Francisco ha pedido luchar contra el cambio climático (Pixabay)

“La Iglesia Católica está muy bien posicionada para ayudar a mitigar el cambio climático, con más de mil millones de seguidores en todo el mundo”, dijo Shaun Larcom, profesor del Departamento de Economía de la Tierra de la Universidad Cambridge y autor principal del estudio. En este sentido, Larcom recordó que “la agricultura de carne es uno de los principales impulsores de las emisiones de gases de efecto invernadero”.

“Nuestros resultados destacan cómo un cambio en la dieta de un grupo de personas, incluso si son una minoría en la sociedad, puede tener implicaciones muy importantes en el consumo y la sostenibilidad”, dijo el doctor Po-Wen She, uno de los coautores del estudio.

"La Iglesia Católica está muy bien posicionada para ayudar a mitigar el cambio climático"

Siguiendo esta línea, Luca Panzone, doctor de la Universidad de Newcastle agregó que “si bien nuestro estudio analizó un cambio en la práctica entre los católicos, muchas religiones tienen prohibiciones dietéticas que probablemente tengan un gran impacto en los recursos naturales. Otros líderes religiosos también podrían impulsar cambios en el comportamiento para fomentar aún más la sostenibilidad y mitigar el cambio climático”.

En la Iglesia Católica pedir perdón por los pecados y reparar por ellos es importante. De la misma manera, hacer pequeñas renuncias ha formado siempre parte de la tradición cristiana. Una de estas renuncias es la de abstenerse de comer carne todos los viernes del año, una práctica que se remonta a la declaración del Papa Nicolás I en el siglo IX. La finalidad de la Iglesia es animar a los fieles a ofrecer un sacrificio en memoria de la muerte y crucifixión de Cristo.

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