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No, "como amigos" no: lo que debes preguntarte cuando cortas con tu ex
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EL TRÍANGULO DE STERNBERG

No, "como amigos" no: lo que debes preguntarte cuando cortas con tu ex

El mantra de que a vuestro amor les sobreviva una bonita amistad depende de muchos factores. Hoy repasamos los factores a tener en cuenta con una sexóloga

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Un "ex" no es nada. Dependiendo de lo dolorosa que haya sido la ruptura, tendrá más vigencia en nuestra vida actual, pero de manera general, cuando decimos "ex", lo hacemos para referirnos algo que fue y ya no es, un afecto del pasado que ya no existe más que en la memoria, y que el olvido posiblemente se trague cuando encontremos a otra persona con la que nos sintamos mejor. Al fin y al cabo, los encuentros amorosos funcionan en un momento vital muy preciso en el que se encuentran los sujetos. Y, por más que nos empeñemos recuperar situaciones que antaño funcionaron, lo más sensato pasa por reconocer que cada uno debe seguir su propio camino.

Todo aquel que haya verbalizado las ganas de salir corriendo de una relación habrá repetido el mantra de "podemos seguir siendo amigos". Más que como una consolación hacia la otra persona, como una salida de emergencia para escapar del término "ex", que no significa nada en la vida emocional más que un pasado que ya no es. Seguro que en la época más boyante de la relación, habrá surgido el tema entre los dos: "A mí me gustaría seguir siendo amigo tuyo si cortamos". Pero luego, a la hora de la verdad, las palabras se las lleva el viento, y si la ruptura ha sido más difícil o traumática de lo esperado, el "ex" ya solo es un receptáculo terminológico de todo lo que queremos deshacernos de inmediato.

"Muchas parejas que eran un desastre, que no se entendían para nada, acaban funcionando sorprendentemente bien siendo amigas"

Si de verdad quieres ser amigo o amiga de tu ex, lo primero que has de tener claro es que tu relación debe cambiar. Dicen que el amor surge de manera inesperada, por un flechazo entre ambos. Pues bien, en el caso de la amistad con un "ex", todo lo contrario. Es algo que se busca deliberadamente, que hay que tener muy claro y esforzarse. Así lo cree Ana Lombardía, sexóloga española, quien recalca que una pareja separada "no puede relacionarse de la misma forma, hay que crear un vínculo distinto con otras reglas y normas, que va a cambiar la complicidad que antes había, que va a colocar a ambos en otro lugar muy diferente".

Algunos mitos que desmontar

Tener buena o mala relación con tu "ex" quiere decir que seas su amigo. Como tampoco el hecho de que la ruptura fuera acordada por ambos y la salida de la vida del otro fuera pactada de una forma diplomática. "Muchas veces es casi independiente del hecho de haber tenido una buena relación", asegura la sexóloga, autora de 'La sexualidad de los hombres hetero' (Anaya, 2022), quien también reconoce que puede ser exactamente al revés: "Muchas parejas que eran un desastre, que no se entendían para nada, acaban funcionando sorprendentemente bien siendo amigas".

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La clave es saber en todo momento que ya no podéis relacionaros de la misma forma y que hay que empezar desde cero a conocerse, lo cual pone las cosas más difíciles, ya que evidentemente lo sabes todo de la persona en cuestión. De ahí que uno de los alicientes más positivos cuando empezamos a ser amigos de alguien es el hecho de empezar a conocerle, ese halo de misterio y fascinación que desprende y sobre el que quieres seguir arrojando luz. Pero lamentablemente, con una expareja, eso nunca ocurre. Más aún, si entre los motivos por los que se ha dado la ruptura ha sido por aspectos irracionales del otro, es decir, por sus manías. En el momento de cortar, sabes de inmediato que no hay nada que descubrir, al contrario, te gustaría olvidar muchas cosas.

También se pueden dar otro tipo de situaciones que dificultan más aún el acuerdo de mantener la relación bajo otros códigos más "amistosos". Es el caso, por ejemplo, de que uno de los dos se eche rápidamente un nuevo novio o novia, o que el idilio haya acabado directamente por una infidelidad, lo cual dificulta muchísimo las cosas. Pero, en el primer caso, Lombardía admite que viene muy bien para pasar a otra fase de la relación, ya que el hecho de que uno encuentre otra pareja de inmediato pone la relación donde debe estar. Lo tomas o lo dejas, o amigos o "ex", es decir, o empezáis de cero la relación o la dais por terminada para siempre.

"Tendemos a pensar que lo único que diferencia una relación de amor con una relación de amistad es el sexo, lo cual es falso"

Ahora bien, lo que hasta ahora hemos entendido por "ex" generalmente viene englobado bajo la etiqueta de un amor heterosexual cisgénero. ¿Qué sucede con los que son de género binario o no tienen una orientación sexual normativa? Curiosamente, un 'paper' publicado en la revista 'Communication Quaterly' demostró que los miembros de la comunidad 'queer' tienen unos niveles más altos de contacto interpersonal con su expareja y una amistad mucho más satisfactoria que los de la comunidad hetero. Algo que Lombardía corrobora por su experiencia personal como terapeuta, quien asocia esta tendencia a que "al ser una comunidad más pequeña de individuos, es mucho más probable que te vuelvas a encontrar con tu ex al compartir un mismo entorno".

Por otro lado, es probable que a ambas personas les interese adoptar una postura gris, a medio camino entre la relación de pareja y de amigos. Lo que se conoce coloquialmente como unos "follamigos". Hay muchos factores que determinan que este tipo de vínculo pueda salir bien o mal, aunque a simple vista lo más lógico es que solo puedan estar bien en el corto plazo debido a que a la larga una persona busca algo más que una amistad con derecho a roce. Es por ello que lo que diferencia a un gran amigo o amiga de una pareja no solamente es el factor sexual, que es lo primero que viene a la cabeza cuando intentamos establecer una diferencia entre el romance y una bonita amistad.

Un triángulo de tres patas

"Tendemos a pensar que lo único que diferencia una relación de amor con una relación de amistad es el sexo", explica Lombardía. "Pero también está el vínculo que existe entre ambos, la intimidad o el proyecto de vida en común que tengan. Está claro que en una relación de pareja pueda haber un lazo amistoso, de hecho es positivo, pero no es lo único que une a una pareja". Y, en su sentido contrario, hay parejas a las que les va muy bien sin existir ningún tipo de afinidad amistosa. "Hay muchos modelos de relaciones de pareja, ya no es como antes que solo había una fija".

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A este respecto, la sexóloga recuerda la teoría triangular del amor, desarrollada por el psicólogo estadounidense Robert Sternberg, por la que se define la relación amorosa por tres parámetros o puntales: la intimidad (cariño, deseo de dar y recibir o de pasar momentos en los que estar muy cerca física y emocionalmente del otro), la pasión (el deseo sexual) y el compromiso (que implica una decisión consciente de amar al otro y mantener esa relación a toda costa, en los buenos y en los malos momentos). "Muchos vínculos amorosos tienen más desarrollada alguna de estas tres patas más que otra, o viceversa", agrega Lombardía. "Hay muchos modelos de pareja".

Por tanto, si de verdad estás decidido a cumplir con tu promesa de quedar "solo como amigos", has de ser consecuente. Al principio costará mucho desligar a la persona de la que estabas enamorado de esa relación amorosa que tan feliz os hizo. Por ello, la sexóloga recomienda tomarse un tiempo para pensar y estar separados antes de volver a verse, a hablar o a quedar. Luego, ya se verá si realmente podéis afianzar otro tipo de vínculo. Pero ante todo, lo que no hay que hacer es caer en el autoengaño o en una relación impostada, pues más allá de no ser honesto con uno mismo, puede saliros muy caro emocionalmente si de verdad uno de los dos o ambos no han superado completamente la ruptura o realmente no quieren volver a saber nada del otro.

Un "ex" no es nada. Dependiendo de lo dolorosa que haya sido la ruptura, tendrá más vigencia en nuestra vida actual, pero de manera general, cuando decimos "ex", lo hacemos para referirnos algo que fue y ya no es, un afecto del pasado que ya no existe más que en la memoria, y que el olvido posiblemente se trague cuando encontremos a otra persona con la que nos sintamos mejor. Al fin y al cabo, los encuentros amorosos funcionan en un momento vital muy preciso en el que se encuentran los sujetos. Y, por más que nos empeñemos recuperar situaciones que antaño funcionaron, lo más sensato pasa por reconocer que cada uno debe seguir su propio camino.

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