Sexo, drogas y electrodinámica cuántica: la vida del Premio Nobel de Física más salvaje

"Detestestaría morir dos veces. Es tan aburrido". Esas fueron las últimas palabras que pronunció Richard Phillips Feynman (aunque le pegaría más haberlo dicho a uan estrella del rock), a quien, a lo largo de la historia, lo han descrito como un "misógino" y como un "defensor de los derechos de las mujeres"; como un "buen científico" y como "alguien que se esforzaba demasiado para crear anécdotas sobre él mismo". Otras descripciones, totalmente coherentes con la vida que vivió, serían físico, ateo, 'porrero', músico, alcohólico, amante de la samba, payaso, comunista, creador (o al menos uno de ellos) de la bomba atómica...

Lo que nadie pone en duda es que Richard Feynman era un genio. Nacido en Nueva York durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial e hijo de padres judíos (y el bielorruso) empezó, en su infancia, a reparar sarios en un "pequeño laboratorio experimental en casa de sus padres", explica él mismo en su libro 'Surely You're Joking, Mr. Feynman!' (Supongo que está de broma, señor Feynman), una de sus múltiples y alocadas autobiografías.

"Es genial volver a la única universidad que ha tenido el buen sentido común de despedirme"

Cuando empezó el colegio, según explica uno de sus biógrafos, James Gleick, los profesores de Feynman le 'pasaron' de curso en matemáticas, tras hacerle un test de inteligencia donde alcanzó los 125 puntos, con una anotación: "alto pero poco más que respetable". De hecho, en ese mismo test, su hermana Joan (9 años menor) alcanzó los 126 puntos. Feynman no estaba impresionado por su inteligencia, tal y como explican Mary y John Gribbin en su libro 'Richard Feynman: A Life in Science", el científico rechazó entrar a formar parte de Mensa International (una asociación internacional de superdotados), dado que no se consideraba a sí mismo lo suficientemente inteligente.

A pesar de esto, a Feyman se le quedaron cortas las matemáticas del colegio, lo que le llevó a aprender por su cuenta trigonometría, álgebra avanzada, cálculo integral y series. Esto le llevó en su último año de instituto, a ganar el Camponato de Matemáticas de la Universidad de Nueva York. Después de eso, siendo rechazado debido a su etnia judía por la Universidad de Columbia, fue admitido en el MIT (Massachusetts Institute of Technology, una de las universidades técnicas más reputadas del mundo) donde empezó la carrera de matemáticas, dejándola por la de ingeniería eléctrica y abandonando esta al final en favor de la física.

Después, consiguió su doctorado en física en la Universidad de Princeton (donde consiguió hacer la prueba de acceso con una nota perfecta, cosa que nadie antes había logrado). Una de las cosas según sus biógrafos que más 'reventaron' a Feynman es que una de las reglas de Princeton para los aspirantes a doctor es que no podían casarse. Esto se debe a la auténtica devoción que él sentía por su novia de aquel entonces, Arline Greenbaum, que estaba muy enferma de tuberculosis (enfermedad que no tenía cura en ese momento). Se casaron el 29 de junio de 1942 (días antes de que Feynman consiguiese el doctorado), en una ceremonia en la que los testigos fueron solo un par de extraños. Tras la ceremonia, la pareja se dirigió al Deborah Hospital en Nueva Jersey, donde Arline (ahora Feynman) ingresó, y donde Richard iba a verla los fines de semana, según explica el escritor James Gleick en una biografía (otra más) del físico.

Pero aun año antes de conseguir su doctorado, en 1941, Feynman empezó a trabajar para el Ejército de EEUU solucionando problemas de balística. En diciembre de ese mismo año, a pesar de no ser todavía un doctor, el ataque japonés en Pearl Harbor y la entrada en la Segunda Guerra Mundial de Estados Unidos llevó al físico Robert R. Wilson a reclutar a Feynman en su intento de "producir uranio enriquecido para su uso en una bomba atómica", en los inicios de lo que sería conocido como el 'Proyecto Manhattan'.

Más tarde, en 1943, el ideólogo del Proyecto Manhattan, Robert Oppenheimer, consiguió reclutar a Feynman para ir al Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México con la excusa de que Arline podía ser ingresada en el sanatorio presbiteriano de Albuquerque. Fue aquí donde Feynman fue acusado (por primera vez) de espionaje.

El laboratorio de Los Álamos estaba aislado del resto del mundo por motivos de seguridad, y, en propias palabras de Feynman, no había mucho que hacer. Es por esto que, entre sus principales entretenimientos se encontraba adivinar las contraseñas de cuatro dígitos de los cajones y archivadores de sus colegas, dada la "falta de imaginación" que estos tenían para configurarlas: fechas de nacimiento, repetición de cuatro dígitos o (una de las más comunes según él) 2718, los primeros cuatro dígitos del número e, base del logaritmo natural. Al igual que muchos asesinos en serie dejan objetos a modo de 'firmas' en sus escenas del crimen, Feynman, como 'gamberro en serie' dejaba notas en los archivos de sus compañeros, especialmente en los del Físico Nuclear Frederic de Hoffmann, quien creyó que espías soviéticos habían conseguido acceso a los documentos confidenciales que guardaba, dando la voz de alarma al FBI.

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Esto, unido a los frecuentes viajes de Feynmann a Albuquerque para ver a su mujer, hicieron que las autoridades sospechasen de él. El hecho de que su compañero Klaus Fuchs le dijese al FBI que "la habilidad de Feynman para descifrar códigos de cajas fuertes y sus frecuentes viajes hacían que sospechase que era un espía" no ayudaron. Curiosamente, a pesar de que el FBI "recabó un abultado informe sobre Feynman" según explica James Gleick, fue el propio Fucks el que acabó en la cárcel en el Reino Unido por haber sido un espía soviético.

Finalmente, el 15 de junio de 1945, se informó a Feynman de que Arline estaba a punto de morir. Condujo hasta Albuquerque donde se quedó con ella hasta su muerte y, acto seguido, se dirigió a Nevada, donde asistió a la prueba nuclear Trinity, la primera explosión nuclear de la historia. El físico le escribió una última carta de amor que no fue abierta hasta 1988, tras su muerte, donde Feynman le pedía disculpas: "Por favor, perdóname por no haberte mandado esta carta, pero no sé cuál es tu nueva dirección".

A por el Nobel

Con la bomba atómica ya explotada, Feynman tuvo la oportunidad de dar clases en la Universidad de Wisconsin-Madison (con la que tenía un contrato, aunque nunca ejerció debido a su participación en el Proyecto Manhattan). Esta universidad decidió poner fin a su contrato dado que Feynman continuaba alargando su excedencia. Años después, tras regresar para dar una charla, él mismo dijo que "es genial volver a la única universidad que ha tenido el buen sentido común de despedirme".

Tras esto, Feynman dejó Los Álamos y aceptó un contrato de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, donde empezó a resolver problemas de física, sobre todo relacionados con el 'spin' (giro) de los electrones debido a un "plato volador que había visto en la cafetería", explica James Gleick, lo que acabó teniendo gran relevancia en los descubrimientos que le llevarían a ganar el Premio Nobel.

Al tratarse de un físico joven que, además, había inventado su propia nomenclatura para su investigación, la comunidad científica menospreció sus descubrimientos hasta que el físico Freeman Dyson, vio su potencial real y convenció a Oppenheimer de que apoyara al joven físico el cual, gracias a esto, publicó una serie de artículos científicos en 'Physical Review' a lo largo de los tres años siguientes.

"Le gustaba tener citas con estudiantes, contratar a prostitutas y acostarse con las mujeres de sus amigos"

Esta época de la vida de Feynman está marcada, posiblemente, debido a la muerte de Arline, por una desestructuración total. Como explica James Gleick, "en 1949 Feynman no se quedaba demasiado tiempo en ninguna casa, apartamento, o residencia de estudiantes. También en casas de amigos, aunque estos arreglos se volvían sexualmente volátiles [sic]. Le gustaba tener citas con estudiantes, contratar a prostitutas y acostarse con las mujeres de sus amigos". A pesar de esto, el propio Feynman reconoció antes de su muerte que durante esta turbulenta época fue cuando realizó el 'trabajo fundamental' que le llevó a ganar el Nobel. Este premio le sería concedido en 1965.

Tras este periodo, Feynman viajó a Brasil para dar clases en el Centro Brasileiro de Pesquisas Físicas, donde, a parte de solucionar problemas matemáticos, también se enamoró de la que sería su segunda mujer, Mary Louise Bell y con la samba. Tanto le gustaba la música típica brasileña que Feynman, amante de la percusión, aprendió a tocar la 'frigideira', un instrumento musical que es, a grandes rasgos, una pequeña sartén que se golpea. Tras su 4 años de matrimonio, Feynman y Bell se separaron, poniendo fin a una "relación muy tóxica", justo cuando el FBI volvió a investigar a Feynman por espionaje. Como se explica en un libro de Alex Wellerstein, Bell le dijo a las autoridades que "no lo sé a ciencia cierta, pero creo que Richard Feynman es o un comunista o muy pro-comunista y, por tanto, es un riesgo de seguridad. Este hombre es, en mi opinión, una persona extraordinariamente compleja y peligrosa, sobre todo si ocupa puestos que requieren una confianza pública. Creo que es una persona despiadada, carente de moral, ética o religión y que no se detendrá ante nada para alcanzar sus metas".

Estas duras declaraciones de Bell fueron tomadas por el FBI como las irracionales críticas de una mujer despechada y, por tanto, ignoradas, dado que pocas semanas después Feynman fue enviado como representante de EEUU a Ginebra para asistir a conferencias sobre energía nuclear. Fue aquí donde conoció a su tercera (y definitiva) mujer, Gweneth Howarth, tras una serie de relaciones desastrosas (según explica James Gleick, su anterior novia le había abandonado y, de paso, le había robado la medalla de su premio Albert Einstein, y la anterior había fingido un embarazo y, con el dinero que Feynman le dio para el aborto, había redecorado su casa).

En la década de los 60 la familia Feynman se asentó en Baja California, dado que el físico daba clases en Caltech. Fue aquí donde la pareja tuvo su primer hijo y adoptó a una niña pocos años después. Con el dinero del premio Nobel, el matrimonio se compró una casa frente al mar en Altadena.

Fue en esta época cuando Feynman emmpezó a experimentar con marihuana y ketamina con el objetivo (en sus propias palabras) de "estudiar la consciencia". Del mismo modo, se le acusó en múltiples ocasiones de sexismo debido a una serie de comentarios que realizó durante una conferencia en San Francisco. Como respuesta a esto, Feynman intentó redimirse admitiendo que "las mujeres sufren muchos prejucios y discriminación en el mundo de la física". De hecho, años después, Feynman se convirtió en uno de los pocos defensores de las mujeres en el mundo de la física, apoyando a Jenijoy La Belle, la primera mujer profesora de Caltech, después de que la junta denegase su candidatura.

Feynman dedicó esta época de su vida a enseñar y a escribir, aunque consideraba que el despacho que le proporcionaba Caltech no era lo suficientemente bueno, así que como él mismo explica en 'Surely You're Joking, Mr. Feynman', se iba a trabajar a un club de striptease cercano: "Hubo un tiempo en el que había un restaurante 'topless' en la ciudad. Podías ir para cenar y las chicas bailaban sin parte de arriba y, al cabo de un rato, sin la de abajo. Estaba muy cerca de mi casa. Me sentaba en uno de los reservados y trabajaba en problemas de física y, de vez en cuando, dibujaba alguna de las chicas desnudas, solo por practicar". De hecho, algunos de estos bocetos se subastaron por la casa de subastas Sotherby's, por un total de 5 millones de dólares.

En los años posteriores Feynman siguió publicando, y en el final de su vida trabajó en la Comisión Presidencial Rogers, que investigó el desastre del Transbordador Espacial Shallenger. De hecho fue Feynman quién llegó a la conclusión de cuál había sido la causa del fatal accidente. Finalmente, debido a un liposarcoma, la salud de Feynman se deterioró, causándole la muerte el 15 de febrero de 1988. El último sueño del físico, visitar la región rusa de Tuvá no se pudo cumplir, llegando el consentimiento de la Unión Soviética (que no aceptaba este tipo de peticiones a la ligera) pocas horas después de la muerte del científico.

La vida de Richard Feynman no fue simple ni fácil, pero él se lo pasó extraordinariamente bien y, gracias a eso, hoy en día sabemos mucho más del mundo que nos rodea.