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¿Haces la cama por la mañana? Tienes que cambiar este hábito, según la ciencia
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¿Haces la cama por la mañana? Tienes que cambiar este hábito, según la ciencia

Las costumbres que se repiten de generación en generación no siempre resultan ser lo científicamente correcto, y así lo recoge un estudio poniendo el ojo en nuestro colchón

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Hacer la cama es una de esas tareas básicas de toda rutina diaria. Antes o después, todos hemos aprendido en casa el ritual propio del comienzo de una jornada: tras levantarse, las sábanas deben airearse y descansar a los pies del colchón, debemos abrir ventanas y puertas, sacudir las almohadas, dejar que pase el tiempo. Porque dejas que pase el tiempo, ¿verdad?

Durante generaciones no ha sido de otra manera. Sin embargo, lo que se repite una y otra vez no siempre resulta ser lo científicamente correcto. Según un estudio británico, esta rutina estaría siendo poco saludable. Realizado durante 2006 y publicado en la revista 'Experimental and Applied Acarology', este recomienda hacer todo lo contrario a lo que estás haciendo. Pero, ¿por qué deberíamos cambiar este hábito, a primera vista, sin ningún riesgo?

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Al parecer, lo que consigues con ello es que en cuestión de segundos los millones de pequeños ácaros que se instalan y multiplican en nuestro lecho del sueño se expandan por todo el espacio de la habitación. Vamos, que este hábito estaría proliferando el aumento de alergias graves con tantos ácaros del polvo pululando en el ambiente.

Más de un millón de ácaros

Por supuesto, si doblamos las sábanas y las mantas sin haberlas aireado antes, creamos también un estupendo y acogedor nido para todos esos ácaros, y luego nos iremos a dormir invadidos por ellos. Estos animales microscópicos invisibles a simple vista pueden llegar a crear una población de hasta alrededor de 1,5 millones en un solo colchón.

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Aquello se convierte en su núcleo de vida, una especie de ciudad en miniatura bajo nuestros cuerpos, si no pasan nuestros cuerpos a ser parte de ese paisaje de acceso libre para ellos. A través de las fibras de los tejidos, suelen recorrer la cama alimentándose de piel muerta. Para sobrevivir, además, necesitan de cierto grado de humedad ambiental, por lo que tienden a anidar en rincones oscuros.

De hecho, estos bichos diminutos poseen células que interceptan el vapor del aire para poder hidratarse. Por lo tanto, se multiplican con la propia ayuda de su organismo, que les proporciona agua y alimentos a su propia voluntad.

Mejor por la noche

Es por ello que los científicos aconsejan dejar respirar la ropa de cama, evitando meter las sábanas rápidamente como quizás hayas aprendido. En este sentido, los autores del estudio ya aseguraban entonces que resulta aún mejor reajustar todo ya por la noche, justo antes de irte a dormir, porque cuanto más tiempo esté la ropa al aire libre, más difícil será para los ácaros del polvo sobrevivir.

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Sus excrementos contienen un alérgeno que puede desencadenar ataques respiratorios simulando síntomas de asma, un detalle muy importante a tener en cuenta. Así, una atmósfera renovada consigue secar las plagas, y la luz del sol las acaba por su parte destruyendo.

Por supuesto, a todo esto hay que añadir la costumbre de un mantenimiento regular. Vamos, que esto no quiere decir que no cambies las sábanas. Debes hacerlo, explican, en unas dos semanas.

Hacer la cama es una de esas tareas básicas de toda rutina diaria. Antes o después, todos hemos aprendido en casa el ritual propio del comienzo de una jornada: tras levantarse, las sábanas deben airearse y descansar a los pies del colchón, debemos abrir ventanas y puertas, sacudir las almohadas, dejar que pase el tiempo. Porque dejas que pase el tiempo, ¿verdad?

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