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Enloquecer en lugar de matar: la historia de la retorcida tortura china con agua
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Gota a gota

Enloquecer en lugar de matar: la historia de la retorcida tortura china con agua

A lo largo de los siglos, los seres humanos han ideado formas de castigo y coerción a cada cual más elaborada y tétrica, precisamente por la manera en que alguna vez fueron confeccionadas, con esbozos propios de una labor artesana

Foto: Un acusado de asesinato es torturado con gotas de agua sobre su cabeza en Suecia en 1694. Fuente: Wikimedia.
Un acusado de asesinato es torturado con gotas de agua sobre su cabeza en Suecia en 1694. Fuente: Wikimedia.

Hojas afiladas, cuerdas o instrumentos puntiagudos. Es lo primero en que pensamos cuando pensamos en formas de tortura. El relato del dolor inducido entre personas nos plantea este como sangriento y violento, porque también imaginamos la violencia desde la imagen de un cuerpo ensangrentado. Sin embargo, la historia tiene otros apuntes al respecto que se titulan, por ejemplo, tortura china.

A lo largo de los siglos, los seres humanos han ideado formas de castigo y coerción, a cada cual más elaborada y tétrica, precisamente por la manera en que alguna vez fue confeccionada, con esbozos propios de una labor artesana. Del latín tardío, algo así como retorcimiento, torsión o tormento, "tortūra" significa "la imposición deliberada de un dolor físico o mental insoportable para castigar o coaccionar". Nos olvidamos, a menudo, de que en la mente reside la presa más codiciada.

Foto: Hombre torturado por la Inquisición Española, ilustración  basada en la pintura de Adolphe Steinheil. (iStock)

La imaginación que abre el daño físico en el imaginario colectivo es, desde luego, casi infinito, tal vez porque en la concepción cristiana del bien y el mal, el cuerpo no es el último límite, sino el primero, y limitarnos a un cuerpo intacto no permite llegar al alma. Perforar la carne, se pensaba, era la única forma de tocar el espíritu, en estos casos corrompido.

Un auténtico martirio

Y para esa tarea, en comparación con otros instrumentos como la doncella de hierro o las múltiples mezclas de cadenas y látigos, la tortura china con agua puede no parecer particularmente agotadora, por eso ha pasado desapercibida en los análisis sociales, pero enfrentarse a ella suponía un auténtico martirio.

placeholder Utensilios de tortura. Fuente: Wikimedia.
Utensilios de tortura. Fuente: Wikimedia.

Su origen no está del todo claro, y eso refuerza su carácter extraño. Consistía en un goteo lento y constante de agua sobre la frente de una persona hasta que cada pequeña salpicadura se volviera insoportable. Su fin no era obtener información a través de un duro interrogatorio, como se podría esperar de otras, tampoco borrar de inmediato a la misma, sino enloquecerla.

En las antiguas Grecia y Roma, explica en 'Britannica' el abogado internacional y exvicepresidente del Comité de Derechos Humanos de la ONU, Nigel S. Rodley, la tortura física se usaba legalmente, generalmente en los considerados no ciudadanos o esclavos, como medio para obtener información o confesiones. Más tarde, en los comienzos de la Europa medieval, "la tortura se usaba como el juicio en sí mismo en la ordalía, en la que la respuesta del sospechoso al dolor físico extremo servía como base para establecer la culpabilidad o la inocencia". Fue a finales de aquel período cuando su significado volvió a relacionarse con el planteamiento de la confesión en casos de delitos graves.

Aún durante la Guerra Fría

Según la 'Encyclopedia of Asylum Therapeutics', la tortura china con agua no pasó rápido al recuerdo, atravesando todo tipo de escenarios: fue habitual en asilos franceses para personas sin hogar, la emplearon alemanes a mediados del siglo XIX, incluso llegó a las trifulcas de la Guerra Fría.

placeholder Una víctima de tortura china con agua en el centro penitenciario de Sing Sing, Nueva York, alrededor de 1860. / Ilustración que muestra la tortura de los baños de agua. Fuente: Wikimedia.
Una víctima de tortura china con agua en el centro penitenciario de Sing Sing, Nueva York, alrededor de 1860. / Ilustración que muestra la tortura de los baños de agua. Fuente: Wikimedia.

Para entonces, señala Marco Margaritoff en 'All that interesthing', en el ámbito científico muchos aún apoyaban que la locura pudiera tener causas físicas y que la tortura con agua podía curar a esos pacientes de sus aflicciones mentales. Es por ello que se considera que es la definición común de tortura psicológica.

"Convencidos de que la acumulación de sangre en la cabeza hacía que las personas se volvieran locas, los trabajadores de los espacios de asilos utilizaron la 'máquina de goteo' para deshacerse de quienes pudieran y aliviar la congestión interna. A los pacientes se les sujetaba y, por lo general, se les vendaban los ojos antes de que se les arrojara agua fría sobre la frente a intervalos regulares desde un cubo situado encima", dice Margaritoff. Curiosamente, también se empleó en paralelo para curar dolores de cabeza e insomnio (por supuesto, sin éxito).

Orígenes inciertos

La primera vez que aparece registrada la tortura china con agua data de finales del siglo XV o principios del XVI a través de Hippolytus De Marsiliis. Se cree que este abogado y médico italiano, natural de Bolonia, aplicó el método de la caída de agua sobre humanos tras observar cómo las piedras erosionan si se someten a ello. En este sentido, hay quien sugiere que se le adjudicó la procedencia china para que en Occidente el concepto pareciera lejano y sofisticado.

placeholder Houdini performando una escena de tortura con agua. Fuente: Wikimedia.
Houdini performando una escena de tortura con agua. Fuente: Wikimedia.

No obstante, su teoría también sugiere que pudo haber evolucionado a partir de la tortura con agua llevada a cabo en España, por ejemplo, como método de la Inquisición. En este caso, se trataba de atar a las víctimas boca abajo y echarles agua poco a poco en la cabeza, pudiendo ver cómo caía cada gota. En el mejor de los casos, provocaba úlceras en el área afectada; en el peor de los casos, las peores consecuencias psíquicas.

"La justificación de la tortura, que a lo largo de los siglos fue objeto de cuestionamientos ilustrados, era que se trataba de un medio necesario para evitar graves errores judiciales, cuyas consecuencias serían irreversibles. Sin embargo, la introducción de penas revocables, como el encarcelamiento y el exilio, y el desarrollo de la aplicación de la ley como profesión, hicieron que este caso fuera insostenible", sostiene Rodley.

Hojas afiladas, cuerdas o instrumentos puntiagudos. Es lo primero en que pensamos cuando pensamos en formas de tortura. El relato del dolor inducido entre personas nos plantea este como sangriento y violento, porque también imaginamos la violencia desde la imagen de un cuerpo ensangrentado. Sin embargo, la historia tiene otros apuntes al respecto que se titulan, por ejemplo, tortura china.

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