Iban corriendo en una clase de CrossFit y provocaron una estampida

Brasil es uno de los países que más delincuencia sufre en el mundo y las cifras no dejan de aumentar. Por eso, la psicosis de ser víctima de un ataque está calando hondo entre los brasileños, provocando situaciones insólitas como la que se ha vivido este pasado fin de semana en la ciudad de Recife, en el este del país.

Ha sucedido en el barrio de Boa Viagem, en el sur de Recife. Las terrazas de los bares estaban llenas cuando, de repente, varias personas pasaron corriendo entre medias, por la acera. Los clientes se pusieron nerviosos pensando que esas personas estaban huyendo de algún tipo de ataque, por lo que comenzaron a levantarse y a seguir a los corredores en su supuesta huida.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los corredores no eran más que un grupo de deportistas que habían salido a correr en su clase de Crossfit por los alrededores del gimnasio. El hecho de que uno de los clientes del bar se asustara y comenzara él también a correr y la psicosis que se desató entre los bares de varias terrazas hizo el resto.

Pánico en las calles

Las imágenes quedaron grabadas por las cámaras de seguridad de la Cervecería Alphaiate. En su interior había un periodista cenando, Caluber Santana, que ha explicado a Globo que vio cómo la multitud se le echaba encima: "Cuando me di cuenta, la gente ya estaba encima de mí. Si no me levanto, me habrían pisoteado".

Hasta 20 personas se escondieron en los baños de un local para huir del supuesto ataque

El periodista asegura que había unas 20 personas escondidas en los baños y cada una de ellas tenía su propia teoría sobre lo que estaba pasando. Cuando, con el tiempo, se dieron cuenta de que no había peligro y abandonaron su escondite, la situación era surrealista: "Parecía una escena de guerra dentro del bar. Todo estaba roto en el suelo. Me senté y empezamos a tratar de entender qué había pasado".

Lo dueños de la Cervecería Alphaiate confirmaron que "todo fue solo un malentendido. Los clientes se apresuraron a entrar en el bar y el movimiento fue seguido por otras personas. Una vez aclarado que no había pasado nada, en unos minutos todos los presentes regresaron a sus mesas y continuamos con el servicio".

Incluso la Policía Militar envió a una unidad del Batallón 19 al lugar de los hechos, pero solo pudieron detener a una joven que había robado un móvil aprovechando la confusión.