Chester, el perro que murió después de una pelea con un puercoespín

Chester era un precioso cruce de Pitbull, un perro bueno y cariñoso que llevaba 9 años junto a su familia. Vivía feliz en su casa de Montague, una pequeña localidad de apenas 4.000 habitantes en el estado norteamericano de Nueva Jersey, pero fallecía esta semana después de pelearse con un puercoespín. Una noticia tan llamativa como poco frecuente, ya que la causa de la muerte son las decenas de púas que acabaron en el cuerpo de la mascota.

La dueña de Chester, Miranda DeGennaro, ha explicado al New York Post que "lo vimos correr y ladrar, así que corrimos por el jardín a ver qué pasaba, pero cuando llegamos ya era demasiado tarde. Se había tragado algunas púas que, simplemente, terminaron por todas las partes del interior de su cuerpo".

Miranda y su marido llevaron a Chester rápidamente al veterinario. Estaba lleno de púas clavadas en su cuerpo, pero la peor noticia se la dio el doctor cuando examinó al animal: creía que había tragado alguna púa y eso podía ser mortal. Los DeGennaron le pidieron que hiciera todo lo posible, costara lo que costara, y el equipo médico comenzó a trabajar con el animal.

Una factura de 20.000 euros

Después de realizar varias placas descubrieron que, tal y como se temían, algunas de las púas del puercoespín habían terminado en el interior del cuerpo de Chester, llegando hasta el estómago. Por eso había que operar al perro de urgencia, aunque ya avisaron a sus dueños de que había muchas posibilidades de que su mascota terminara falleciendo.

El equipo veterinario lo intentó todo, pero Chester no pudo soportar las heridas internas provocadas por las púas y terminó falleciendo pocas horas después. Fueron capaces de retirarle todas las púas clavadas en la cara y el cuerpo, pero encontraron más de 20 en el interior de su cuerpo que habían dañado sus órganos de forma fatal.

Los DeGennaro han perdido a su perro y, además, ahora tienen que enfrentarse a una factura de 19.500 dólares, casi 20.000 euros al cambio. Un amigo había creado una página en GoFundMe antes de la operación, pero solo logró reunir 3.000 euros, por lo que tendrán que pagar la diferencia… después de perder a su querida mascota.