Hora de hacer autocrítica: ¿eres un poco tóxico en tus relaciones?
Si sospechas que tus inseguridades y falta de autoestima te están llevando a tener malas actitudes con gente a la que quieres... llegó la hora de mirarse en el espejo
Hay una frase que dice "si ves personas tóxicas por todas partes, tal vez el tóxico seas tú". Y, como es lógico, siempre tendemos a ver la paja en el ojo ajeno, o en otras palabras, todo lo que hacemos suponemos que es por una buena razón, por lo que acabamos cayendo en una especie de orgullo solipsista que impide que nos veamos desde fuera.
También por una razón de comodidad: si tenemos un problema con alguien, es más fácil pensar que la otra persona lo ha hecho mal que asumir nuestros errores, ya que luego tendríamos que pedir perdón y comernos el orgullo. Pero cuando pensamos en los rasgos que definen a una persona tóxica, tal vez el proceso de autorreflexión sea más necesario que nunca para no caer en los comportamientos que tanto denostamos.
El primer paso es reconocer el detonante de los comportamientos negativos que tienes con otras personas, que generalmente pasan por sentir inseguridad: algún trauma pasado, un temor excesivo de ser abandonado o, incluso, tendencias de autosabotaje. Esto no quiere decir que si incurres en malas actitudes por estas razones seas mala persona, tan solo que deberías gestionar mejor tu forma de reaccionar a los conflictos. Y eso pasa por reconocer ciertos patrones que se repiten y que lastiman con frecuencia a la gente que te quiere y te rodea. Y, de la misma forma, acaban repercutiéndote emocionalmente a ti. Aquí van una serie de pistas para localizar ciertos comportamientos tóxicos y saber corregirlos, a partir de un artículo de la revista 'Life Hacker'.
Celos y más celos
El rasgo más evidente. Los celos son algo normal en cualquier relación, sea de amor o de amistad, aunque son más frecuentes en la primera. Pero si sientes que constantemente te pueden estar engañando o traicionando, mal asunto. El germen de este sentimiento es una falta de confianza que puede radicar en un problema de autoestima o de inseguridad que te hace sospechar que te están mintiendo. Para resolver los celos, lo mejor es abrirte al otro para que sea consciente de ello y de que quieres solucionarlo.
Quieres tener el control a toda costa
Cuando tu pareja hace algo que no te gusta y le recriminas por ello (sin que sea algo grave), es probable que nazca en ti una sensación de mantener el control a toda costa, muy nociva para la relación. Normalmente, esto proviene de un sentimiento de ansiedad que emerge porque necesitas controlar la relación a toda costa para estar tranquilo, lo cual sí, es muy tóxico. Hay cosas que nunca podremos controlar, y menos la voluntad de otras personas (incluidas aquellas a las que estamos más unidos), por lo que debes saber que lo primero que debes hacer es aceptarlo y recapacitar. Y, cuando surja ese impulso, intentar repetirte mentalmente que no tienes por qué ponerte nervioso y que no tener el control es algo normal.
Juzgas demasiado
Si has notado que tu pareja ha tomado cierta distancia contigo y ya no te cuenta con tanta naturalidad o soltura sus problemas, es posible que se sienta insegura debido a que la juzgas demasiado. Y esto no pasa por decirle lo que te parece mal y que ella no lo acepte, sino no usar la empatía suficiente a la hora de escucharla. En este sentido, una comunicación abierta y honesta es fundamental a la hora de sostener una relación. Si tu pareja siente que no puede compartir cosas contigo por lo que puedes decirle, mal asunto. Es algo que debes corregir.
Siempre te sientes (o te haces) la víctima
Una actitud en la que siempre te estás victimizando puede llegar a convertirse en tóxica, ya que delegas en la otra persona todo el margen de acción en la relación. Esto quiere decir que, en lugar de arrimar el hombro, parece que el otro lo tiene que hacer todo, y en caso de no hacerlo bien, es culpa suya. Entonces, te pones a la defensiva y le culpas, cuando en realidad tú también tienes que actuar y aprender a pedir perdón por tus fallos, ya que nadie es perfecto. Un consejo útil es ser más honesto y saber decir que "no" cuando no te apetece que haga algo, en vez de esperar a que lo haga para enfadarte. También puede existir el caso de que sea la otra persona quien te convierta en la víctima, de manera justificada o no, lo cual es muy peligroso y un claro indicativo de que la relación debe terminar.
Todas tus relaciones terminan de la misma forma
Si todas tus rupturas amorosas siguen un mismo patrón, tal vez podría haber un claro denominador común que debes identificar. Esto no pasa por identificarte como una persona tóxica, sino reflexionar y saber por qué siempre todo se acaba por una misma razón. Pueden ser una de las razones anteriores u otras, pero tendría que ser mucha casualidad que todas las personas importantes que han pasado por tu vida te han acabado abandonando por un mismo motivo. En ese caso, coge fuerzas y, si precisas de ayuda psicológica para solucionar tus problemas, lo mejor es que no lo demores más.
Hay una frase que dice "si ves personas tóxicas por todas partes, tal vez el tóxico seas tú". Y, como es lógico, siempre tendemos a ver la paja en el ojo ajeno, o en otras palabras, todo lo que hacemos suponemos que es por una buena razón, por lo que acabamos cayendo en una especie de orgullo solipsista que impide que nos veamos desde fuera.