Sus alumnos le regalan un coche para que no tarde 4 horas en ir al colegio

Julio Castro es un profesor de matemáticas que vive por y para sus alumnos. Es de los que no duda en quedarse sin comer para atender una pregunta o solucionar un problema o se queda después de las clases si alguno de sus estudiantes le necesita. Sin embargo, eso le pasa factura en el día a día: se tiene que levantar cada día a las 4.30 de la mañana para ir a trabajar y no vuelve a casa hasta las 21:30.

La razón es que Julio no tiene coche. O, mejor dicho, no lo tenía hasta ahora y eso le obligaba a tener que usar cada día un scooter, el autobús y el metro para poder llegar al instituto donde trabaja. Pero sus estudiantes se enteraron de esta situación y pusieron en marcha una campaña para recaudar fondos y regalar un coche a su profesor, que se ha llevado la sorpresa de su vida.

La campaña fue un éxito y consiguieron 30.000 dólares que utilizaron para comprar al profesor un Mazda CX-3 nuevo. Además, por ese dinero también incluyeron el seguro y hasta le llenaron el depósito para que pudiera estrenarlo inmediatamente. Y, además, organizaron una sorpresa para hacer el acto de entrega, ante la sorpresa de Julio y de su familia.

Buscaba coche en sus ratos libres

Uno de los estudiantes implicados en la sorpresa, Joshua Gerendash, explicó a ABC News que "pese al largo viaje que realiza cada día, se asegura de dedicar todo el tiempo a los alumnos. Se salta la hora del almuerzo para ayudar a un estudiante y se queda después de las clases. También ayuda a los que no están en sus clases. Está muy, muy, muy dedicado a nuestro futuro".

Algunos alumnos le habían visto en sus ratos libres buscando coches de segunda mano a través de internet, pero su presupuesto apenas alcanzaba los 1.500 dólares. Sin embargo, cuando surgió la iniciativa, todos pusieron su granito de arena para cambiar la vida de Julio. Ahora apenas tardará 30 minutos en llegar al instituto y podrá regresar a casa a tiempo de ver despiertos a sus tres hijos pequeños.

Julio Castro tiene 31 años, nació en Perú y desde pequeño vive en Los Ángeles. Reconoce que "lo hice lo mejor que pude. Yo siempre les digo: cuando la vida no va como queréis, ¿qué hacéis? No lloréis por eso. No te quejes. Solo sé agradecido por lo que ya tienes y sigue adelante. Y un día algunas cosas buenas sucederán. Esta es la prueba. No hagas las cosas porque estás esperando un premio: hazlo porque te sale del corazón".