Los dementores de autoestima: gente perversa pero adaptada en nuestra sociedad

Siempre he querido escribir sobre un perfil de persona potencialmente peligrosa en nuestra sociedad a los que he bautizado como dementor de autoestima. El dementor es un personaje de 'Harry Potter' que se define como: “Una criatura oscura y siniestra que no tiene alma propia, son considerados las criaturas más oscuras del planeta, ya que se alimentan de la felicidad de las personas, dejando a sus víctimas con solo sentimientos de desesperación y tristeza”.

Curiosamente, el reto no es más que ser capaz de identificarlo cuando tienes uno o una delante. Sin embargo, no es tan sencillo. Se saben disfrazar muy bien, de tal manera que la primera impresión suele ser bastante positiva, ya que un dementor tiende a ser una persona brillante y muy atractiva. Si a esto le sumamos su capacidad sobrenatural de seducción, de la que es difícil escapar, ya nos estaríamos situando en el inicio del problema. Estás en el proceso de selección de convertirte en su víctima.

Se trata de un perfil psicológico muy perverso que se encuentra bastante bien adaptado dentro de nuestra sociedad. Puede ser tu jefe, tu marido, tu profesor… Campa a sus anchas consumiendo la autoestima de personas cercanas a él o ella. Os preguntaréis por qué hacen eso. La respuesta es que sencillamente ellos no tienen mundo interior porque es demasiado dañino como para conectar con él y, por tanto, no han sido capaces de construir su propia autoestima. De ahí su necesidad de extraer la autoestima de los demás para sobrevivir.

No tienen mundo interior porque es demasiado dañino como para conectar con él y, por tanto, no han sido capaces de construir su propia autoestima

Si nos remontamos a sus orígenes tendríamos que empezar hablando de su infancia. Suelen ser personas que han sufrido un vínculo patológico con sus padres que incluye desde la falta absoluta de validación, hasta el abandono, humillación y ambivalencia. Por supuesto, también hay que tener en cuenta el papel genético para que la fórmula funcione. Por poner un ejemplo. De bebé pasaba horas llorando porque sus padres no eran capaces de conectar con sus necesidades afectivas y mucho menos satisfacerlas. Esto continuará siendo así durante toda su infancia.

Para sobrevivir a su infancia necesitan desconectar de sus emociones, de ahí el inicio de su desensibilización. Y ya no hay marcha atrás porque no vuelven a conectarse con su mundo emocional. Es demasiado perturbador. De ahí que un dementor de autoestima solo sepa reproducir las emociones sin sentirlas para obtener algún tipo de beneficio (éxito social, éxito laboral…). El precio que se paga por mantener ese estatus es consumir la autoestima de alguien que normalmente siempre suele ser alguien cercano. Es la única manera de sentirse seguros para triunfar.

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¿Cómo lo hacen?

Va por fases.

La seducción

Hacer creer a la víctima que es maravilloso/a con un despliegue de todos sus recursos de seducción: cenas, viajes, un 'speech' en público de lo maravilloso/a que eres. La víctima se encuentra sumido/a en una etapa muy placentera. Así, el dementor de autoestima se asegura de que no va a huir tan fácilmente, generando una relación de dependencia.

La sutileza

El dementor empieza a extraer la autoestima de la víctima con mensajes sutiles que van siendo cada vez más frecuentes “no te ha quedado muy bien la comida, el próximo día lo preparo yo, si te arreglaras más no tendría que fijarme en otros/as…” Poco a poco la víctima se acostumbra y llega a creerse que es el/la culpable o que no es lo suficientemente valioso/a.

La simulación

La víctima empieza a sentir que algo no va bien, pero cuesta darle forma. Hay una mezcla entre el miedo a la desaprobación y la creencia que, si mejoran o algo cambia en la relación, volverán a la fase 1. En general, todas las víctimas sufren malestar en esta etapa. El riesgo de esta etapa es que la víctima simule con bastante éxito que está en una relación ejemplar. La víctima no es capaz de identificar al dementor como tal.

Extracción total de la autoestima

Ya ejerce un control total sobre la víctima hasta el punto de hacer creer que, sin él o ella, la víctima no es nadie. En esta fase la autoestima de la víctima está muy dañada. A veces lo mejor que puede pasar es que el dementor sea el que rompa la relación porque esté interesado/a en otra víctima. Porque por desgracia, al igual que las adicciones, a la víctima le resulta muy difícil desengancharse.

Por desgracia, al igual que las adicciones, a la víctima le resulta muy difícil desengancharse

Por último, si te sientes identificado/a con alguna de estas fases, eres un afortunado/a porque acabas de darte cuenta de que en tu vida hay un dementor y ese es el primer paso para recuperar tu autoestima. Si a esto le sumamos la ayuda de un profesional, la autoestima poco a poco irá sanando de las heridas.

Sara Rodríguez, psicóloga de Psicoarganzuela experta en vínculo y terapia integrativa