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¿Cuánto calor podemos soportar? Menos de lo esperado, según un nuevo estudio
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¿Cuánto calor podemos soportar? Menos de lo esperado, según un nuevo estudio

Mientras las brutales olas de calor se convierten en el sello distintivo del verano de 2022, los científicos advierten de que es solo el principio para unos cuerpos menos preparados de lo que se creía

Foto: Una mujer se intenta proteger de las altas temperaturas en Córdoba (Fuente: EFE).
Una mujer se intenta proteger de las altas temperaturas en Córdoba (Fuente: EFE).

Las brutales olas de calor se están convirtiendo rápidamente en el sello distintivo del verano de 2022. Hasta ahora, los veranos de las últimas décadas ya parecían apuntar maneras, pero solo eran un prólogo, una anticipación de que, cada 365 días, las temperaturas iban a superarse una y otra vez. La meteorología llevaba años avisándonos.

En lo que llevamos de estación, más de 2.000 personas han fallecido por el calor extremo y los incendios forestales asolan con fuerza gran parte de Portugal y España, algunos de ellos con una intensidad nunca antes vista: lo que ya se denominan de sexta generación. Mientras tanto, se siguen rompiendo récords por la parte alta del termómetro y se acumulan montones de noches tórridas. Pero no solo en la península, el calor extremo se está notando desde Inglaterra hasta Japón.

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El calor llegó temprano al sur de Asia: el pasado mes de marzo, la ciudad india de Wardha registró una temperatura máxima de 45° Celsius. Al mismo tiempo, en Nawabshah (Pakistán), las temperaturas registradas alcanzaron nada más y nada menos que 49,5 °C. Llegado junio, las alertas de calor extremo sonaron en toda Europa: El Reino Unido rompió su récord más caluroso el 19 de julio, cuando las temperaturas alcanzaron los 40,3 °C en la localidad de Coningsby. El calor no dejaba de ascender, y acabó avivando grandes incendios en numerosos países, obligando a miles de personas a ser evacuadas de sus hogares. ¿Es posible soportar un escenario así mucho más?

Más calor, más riesgos

Si los acontecimientos no bastan, aquí están los datos: la tasa global actual de calentamiento en la Tierra no tiene precedentes. A nivel mundial, la exposición de los humanos al calor extremo se triplicó entre 1983 y 2016, lo que está sucediendo en este momento es una aceleración cada vez más masiva. No será, eso sí, porque los científicos no llevan tiempo avisándolo. El cambio climático no era ninguna ocurrencia de laboratorio, no lo es.

placeholder Fuente: EFE.
Fuente: EFE.

Mientras la tendencia sigue en alza, los científicos continúan trabajando rápidamente para comprender los límites de la resistencia de los humanos al calor extremo. Anticiparse a cualquier escenario aún más catastrófico (por si así la conciencia colectiva toma, nunca mejor dicho, conciencia del peligro). De esta forma, han encontrado en investigaciones recientes que la tolerancia al estrés por calor en las personas puede ser menor de lo que ahora se esperaba. De ser cierto, millones de personas más podrían correr el riesgo de sucumbir a temperaturas peligrosas antes de lo esperado.

En 2010, estimaron que el límite teórico de estrés por calor es una temperatura de "bulbo húmedo", como lo denominan, de 35 °C. Según explica en 'Science News' Carolyn Gramling, licenciada en geología e historia europea con un doctorado en geoquímica marina, las temperaturas de bulbo húmedo “dependen de una combinación de humedad y temperatura del aire de “bulbo seco” medidas con un termómetro. Esas variables significan que un lugar podría alcanzar una temperatura de bulbo húmedo de 35 °C de diferentes maneras, por ejemplo, si el aire tiene esa temperatura y hay un 100% de humedad, o si la temperatura del aire es de 46 °C y hay un 50% de humedad. La diferencia se debe al enfriamiento por evaporación”.

Cómo lo maneja el cuerpo

¿Qué es exactamente la evaporación? Se trata del proceso por el cual el agua que contiene nuestro cuerpo se evapora de la piel (u otra superficie, en caso de estar hablando de otros cuerpos) y roba energía en forma de calor, enfriando brevemente esa superficie. "Eso significa que en regiones más secas, la temperatura de bulbo húmedo, donde ese efímero efecto de enfriamiento ocurre fácilmente, será más baja que la temperatura real del aire. En regiones húmedas, sin embargo, las temperaturas de bulbo húmedo y seco son similares, porque el aire es tan húmedo que es difícil que el sudor se evapore rápidamente", señala Gramling.

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Fuente: iStock.

Debido a que el cuerpo humano tiene varias formas de eliminar el exceso de calor y mantener el centro del cuerpo a una temperatura óptima de alrededor de 37 °C, los científicos usan las temperaturas de bulbo húmedo precisamente porque antes dichos escenarios cambiantes es la mejor forma de saber cuánto enfriamiento a través de la evaporación es posible en un determinado clima, según detalla al mencionado medio Daniel Vecellio, científico climático de Penn State y autor un estudio reciente que puede cambiar la perspectiva científica hasta la fecha. Spoiler: para mal.

"Los cuerpos son capaces de aclimatarse durante un período de tiempo" a los cambios de temperatura, explica Vivek Shandas, investigador de planificación ambiental y adaptación climática en la Universidad Estatal de Portland en Oregón (Estados Unidos). Aunque a lo largo del tiempo ha habido muchos períodos de cambios climáticos que los humanos han podido resistir, dice Shandas, estamos en un momento en que estos cambios ocurren mucho más rápido.

El peligro del estrés por calor

En ese sentido, parece que en realidad no existe un umbral de temperatura único para el estrés por calor, sino que depende de cada persona. No obstante, durante la última década, ese número teórico de bulbo húmedo de 35 °C se ha considerado como el punto límite para que un humano ya no puedan regular naturalmente la temperatura de su cuerpo. Pues bien, no era del todo cierto.

Los nuevos datos apuntan a que millones de personas más de las que hasta ahora se tenía constancia estarán pronto en riesgo por olas de calor cada vez más intensas y mortales

Las nuevas investigaciones realizadas por Vecellio y sus compañeros sugieren ahora que dicho umbral general (o noción del mismo) para el estrés por calor humano es mucho más bajo, incluso para adultos jóvenes y saludables. Para llegar hasta esta conclusión, los investigadores rastrearon el estrés por calor en dos docenas de sujetos con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años, bajo una variedad de climas controlados. En la serie de experimentos, el equipo varió las condiciones de temperatura y humedad dentro de una cámara ambiental, a veces manteniendo la temperatura constante mientras variaba la humedad y, a veces, viceversa.

Los participantes tenían que ejercitar sus cuerpos dentro de una cámara, lo suficiente para simular una actividad mínima al aire libre. Así, caminaron en una cinta de correr y pedalearon lentamente en una bicicleta sin resistencia, entre otros ejercicios que duraban en toral entre una hora y media y dos horas. Mientras tanto, los investigadores midieron la temperatura de la piel de los sujetos utilizando sondas inalámbricas. De esta forma, pudieron evaluar su temperatura central mediante una pequeña pastilla de telemetría que los sujetos ingirieron previamente

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Fuente: EFE.

Los resultados finales del experimento revelaron que, en condiciones cálidas y húmedas, las personas que participaron del estudio no pudieron tolerar el estrés por calor a temperaturas de bulbo húmedo cercanas a los 30° o 31 °C. Por otro lado, en condiciones cálidas y secas, esa temperatura de bulbo húmedo fue aún más baja, oscilando entre 25 °C y 28 °C, según señalan los autores en el estudio publicado en 'Revista Internacional de Biometeorología'. Para hacernos una idea de lo que eso suponer, Gramling señala que, en un ambiente muy seco con aproximadamente un 10 % de humedad, una temperatura de bulbo húmedo de 25 °C correspondería a una temperatura del aire de aproximadamente 50 °C.

Estas nuevas cifras deben, al menos, ponernos en alerta. Cuanto menos, podrían significar que millones de personas más de las que hasta ahora se tenía constancia estarán pronto en riesgo por olas de calor cada vez más intensas y mortales. Gramling advierte que, aunque a partir de 2020 hubo pocos informes de temperaturas de bulbo húmedo en todo el mundo que alcanzaron los 35 °C, pero las simulaciones climáticas proyectan que ese límite podría superarse regularmente en partes del sur de Asia y Oriente Medio a mediados de siglo.

Las brutales olas de calor se están convirtiendo rápidamente en el sello distintivo del verano de 2022. Hasta ahora, los veranos de las últimas décadas ya parecían apuntar maneras, pero solo eran un prólogo, una anticipación de que, cada 365 días, las temperaturas iban a superarse una y otra vez. La meteorología llevaba años avisándonos.

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