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Estas son algunas de las peores sustancias tóxicas usadas como medicina en el pasado
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La cura conllevaba la muerte

Estas son algunas de las peores sustancias tóxicas usadas como medicina en el pasado

De una punta a otra del planeta, y desde la Antigüedad hasta bien entrado el siglo XX, muchas personas las probaron sin saber que, en realidad, eran tóxicas

Foto: Fuente: iStock
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Para llegar a nuestros días, el camino de la ciencia cotidiana se ha hecho literalmente a sí mismo mediante prueba y error, como cualquier otra, así que eso supone que un relato tan cambiante que bien podemos llevarnos las manos a la cabeza cuando vemos lo que este decía hace tan solo unas cuantas décadas, así que en la diferencia entre varios siglos o milenios ya podrás imaginar la cantidad de elementos que se utilizaron con fines más o menos médicos que en la actualidad serían impensable incluso tocar.

No son ninguna leyenda, y lo sabemos porque mucha gente tuvo que morir para que aquellas prácticas se identificaran como más peligrosas que curativas. Vamos, que si estabas mal y te ofrecían alguna sustancia de estas, podías acabar mucho peor, o acabar, directamente.

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Por lo general, no había una mala intención detrás de su consumo (aunque alguna que otra vez igual sí), sino una falta de conocimiento que, como decimos, solo podía resolverse probando. De una punta a otra del planeta, y desde la Antigüedad hasta bien entrado el siglo XX, estas son algunas sustancias empleadas por la humanidad como medicinales sin saber que, en realidad, eran tóxicas.

Mercurio para los niños

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(Wikipedia)

Empezamos fuerte, porque no hace mucho tiempo parece que fue de lo más normal que los padres intentaran calmar a su bebé mientras a este le salían los dientes dándole mercurio. A ver, el pequeño no lo ingería así al natural, sino en formato polvo, de la misma manera que puedes encontrar hoy medicamentos autorizados para esta cuestión.

Sin embargo, hace poco más de un siglo, a principios de la década de 1900, el mercurio seguía siendo una cura popular para los dolores y molestias generales, pero aunque proporcionaba un alivio temporal, los efectos secundarios a largo plazo podían poner en peligro la vida misma de la persona. Se comercializó, al menos, hasta 1940.

La amapola y sus usos

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Los opiáceos, los compuestos analgésicos que se encuentran en las vainas de la planta de amapola, continúan siendo un medicamento útil, al tiempo que una droga devastadora responsable de millones de sobredosis cada año. Hoy día, aunque lo primero es legal, no lo es evidentemente la droga. Sin embargo, cuando si lo fue, voló absolutamente de los estantes de todas las tiendas que la vendían (y no, no eran farmacias).

A finales del siglo XIX, estas sustancias naturales se pusieron de moda para tratar la ansiedad, los dolores e incluso la adicción a la morfina. De ahí que aquella famosa frase o dicho que habla del opio y del pueblo no sea una metáfora.

Beleño, o la "hierba loca"

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También conocido como hierba loca, el beleño o Hyoscyamus niger se ha asociado durante mucho tiempo con la brujería y las ceremonias rituales. En pequeñas dosis, esta planta sirve como antiinflamatorio y analgésico, pero si se consume demasiado, puede provocar problemas cardíacos, convulsiones, alucinaciones e incluso la muerte. Esto último es bien sabido desde la Antigüedad, pues ya se utilizaba como veneno en Grecia como medicina, pero también como veneno.

Sócrates y la cicuta

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La cicuta venenosa también tiene una larga e interesante historia en la antigua Grecia. Por ejemplo, allí mismo, el famoso filósofo griego Sócrates fue ejecutado obligándolo a beber un brebaje hecho precisamente de cicuta. Era el año 399 a.C. y no sabían que incluso tocar la planta puede ser mortal.
Las píldoras anticonceptivas de hoy usan hormonas artificiales que alteran la fertilidad del cuerpo, pero antes de que los humanos entendieran el papel de las hormonas en la anticoncepción, se usaban otros medicamentos para prevenir el embarazo. Las mujeres de la antigua Grecia, Roma y Egipto a menudo bebían metales pesados como plomo y mercurio como forma de anticoncepción.

Estricnina, un veneno bien conocido

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La estricnina es un veneno bien conocido que se usa para matar plagas, pero también se usaba como tónico para ayudar a mejorar la salud gastrointestinal y los músculos esqueléticos, a menudo combinado con otras plantas mortales como la belladona. Los médicos creían que el sabor amargo de la primera la convertía en un estimulante, así que se vendían muchas pastillas de estricnina recubiertas de azúcar para aliviar su amargor y dar vitalidad, pero más bien provocaba lo contrario.

Para llegar a nuestros días, el camino de la ciencia cotidiana se ha hecho literalmente a sí mismo mediante prueba y error, como cualquier otra, así que eso supone que un relato tan cambiante que bien podemos llevarnos las manos a la cabeza cuando vemos lo que este decía hace tan solo unas cuantas décadas, así que en la diferencia entre varios siglos o milenios ya podrás imaginar la cantidad de elementos que se utilizaron con fines más o menos médicos que en la actualidad serían impensable incluso tocar.

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