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Los rincones de casa que nunca (o casi nunca) limpias y deberías empezar a hacerlo
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Los rincones de casa que nunca (o casi nunca) limpias y deberías empezar a hacerlo

Algunos rincones de nuestro hogar pasan totalmente desapercibidos a la hora de limpiar tu casa. Toma buena nota de estos lugares en tu próxima limpieza general

Foto: Fuente: iStock
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A todo el mundo le gusta tener la casa limpia y ordenada, pero el trabajo, la familia, el ocio e incluso el descanso, hace que no tengamos el tiempo suficiente para tenerla como los chorros del oro. La clave está en mantenerla limpia a diario con pequeñas acciones que evitarían que la suciedad se acumule y tengamos que darnos el irremediable maratón de limpieza que todos odiamos y que siempre posponemos.

El suelo, los baños, las ventanas y la cocina son posiblemente las zonas de la casa donde focalizamos más la limpieza. En cualquier caso, y aunque seamos bastante estrictos con el trapo y la bayeta, seguro que hay ciertas zonas de la casa que pasan totalmente desapercibidas y de las que nunca (o casi nunca) nos acordamos a la hora de limpiar.

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Y es que, aunque no nos demos cuenta, la suciedad y el polvo se acumulan en todas partes, sobre todo en las zonas altas y los suelos. Por este motivo, toma buena nota de lo que te vamos a contar porque seguro que más de alguno de estos rincones de tu casa necesita un 'repasito' urgente.

Picaportes, interruptores, paredes y techos

Comenzamos con los picaportes de las puertas y los interruptores de la luz. Son superficies que tocamos numerosas veces a lo largo del día, a veces incluso con las manos sucias. Por eso, es imprescindible lavarlos con una solución de agua y jabón (o bicarbonato) para quitar la suciedad más incrustada. Después, con otro paño, un poco húmedo y mojado con algo de vinagre, vuelve a pasarlos para devolverles su brillo.

Aunque no nos demos cuenta, la suciedad y el polvo se acumulan por todas partes

Las paredes y los techos son otros de los grandes olvidados. Obviamente, no necesitan una limpieza semanal, pero conviene darles un repaso de vez en cuando. Basta con coger una escoba y envolver el cepillo con un paño limpio y seco y se pasa por toda la superficie, sacudiendo el trapo de vez en cuando para quitar el polvo que vayas quitando.

Los marcos de las puertas y ventanas también suelen acumular polvo día sí y día también. Es algo habitual, a pesar de que solemos limpiar los cristales hasta que queden relucientes. Un paño humedecido en vinagre es perfecto para eliminar la suciedad, sea cual sea el material del que estén hechas.

placeholder Nuestra casa acumula suciedad y polvo en los rincones más insospechados (iStock)
Nuestra casa acumula suciedad y polvo en los rincones más insospechados (iStock)

Limpiar el polvo suele ser una tortura, pero es necesario eliminarlo de los espacios cerrados. La suspensión de estas partículas en el aire puede ocasionar riesgos para la salud como alergias y problemas respiratorios. La parte de arriba de los armarios y las estanterías son focos para la acumulación del polvo, así que no olvides proveerte de una buena bayeta de microfibra (que absorbe estas partículas al instante) en tu próxima limpieza general. Lo mismo ocurre con las lámparas y ventiladores de techo y de pie, que acumulan mucho polvo en sus aspas.

El colchón y el felpudo

Otro rincón olvidado: limpiar debajo (y por detrás) de los muebles. Al estar cargados con cosas, moverlos siempre es dificultoso, por lo que obviamos limpiar la superficie donde reposa. Sin embargo, es conveniente hacerlo, al menos, una vez al mes. Eso sí, en vez de darte la paliza y hacerlo todo de golpe, mueve un mueble cada semana para que sea menos costoso.

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Aunque limpiemos las sábanas a menudo, lo cierto es que el colchón con el tiempo también se va ensuciando. Por eso, una vez al mes deberíamos pasar el aspirador por encima del colchón y aplicar una buena cantidad de bicarbonato de sodio durante unas horas para que absorba olores. Después, volvemos a aspirar y el colchón estaría limpio.

Los aparatos electrónicos merecen un capítulo aparte. Ya sea el mando de la tele o el teclado del ordenador, del portátil, de la tablet o del mismo teléfono móvil. Son sitios que acumulan suciedad de forma constante a través de nuestras manos. Para limpiarlos, sacude los teclados boca abajo para que salga todo el polvo que hay entre las teclas, utiliza una toallita húmeda o un paño mojado con alcohol isopropílico y después lo secas con otro paño.

El colchón también se ensucia. Pasa el aspirador por encima del colchón y echa bicarbonato

¿Cuántas veces limpias el felpudo? Ninguna, ¿verdad? Como mucho, lo sacudes contra una pared para sacar toda la suciedad y poco más. Si está muy sucio cepíllalo o pasa un trapo con un detergente suave o un limpiador de alfombras. De todos modos, algunos felpudos pueden meterse en la lavadora, así que cerciórate de que esto sea viable y te ahorrarás el paso previo.

A todo el mundo le gusta tener la casa limpia y ordenada, pero el trabajo, la familia, el ocio e incluso el descanso, hace que no tengamos el tiempo suficiente para tenerla como los chorros del oro. La clave está en mantenerla limpia a diario con pequeñas acciones que evitarían que la suciedad se acumule y tengamos que darnos el irremediable maratón de limpieza que todos odiamos y que siempre posponemos.

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