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Por qué a veces nos sentimos atraídos por personas que nos caen mal
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SEXO Y PSICOLOGÍA

Por qué a veces nos sentimos atraídos por personas que nos caen mal

Una encuesta desvela los rasgos de personalidad más probables de aquellos que tienen fantasías sexuales con gente a la que odian: estas son las razones

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Dicen que los polos opuestos se atraen, un pensamiento popular que habría que revisar, pero la pregunta a la que nos referimos no va exactamente por ahí, sino más bien: ¿en quién sueles pensar cuando te excitas? En realidad es una cuestión bastante incómoda, pues lo más políticamente correcto sería decir que tu pareja, un ex o alguna personalidad famosa que te pueda parecer hermosa. Pero, a la hora de la verdad, lo más común es que te atraiga cualquier persona que conozcas, que esté en tu día a día o con la que tengas un trato más o menos cordial. Y, dentro de ese grupo, sería lógico que no aquel chico o chica que más te saca de quicio, con el que más discutes o que te pone de mal humor.

Esta es la teoría que defiende Justin J. Lehmiller, investigador del prestigioso Instituto Kinsey y sexólogo profesional, quien realizó una encuesta a 4.157 adultos estadounidenses en la que figuraba esta misma pregunta. "En general, cuando imaginamos una fantasía de tipo sexual, podemos pensar en personas que nos caen bien o que nos gustan", afirma en un artículo reciente de la revista 'Psychology Today'. "Pero, ¿qué ocurre con aquellas que nos provocan desagrado o que, incluso, podemos odiar? ¿Con qué frecuencia se convierten en nuestro objeto de deseo?

"Algunas personas pueden encontrar excitante la idea de que gracias al sexo puedan infligir dolor o daño a la persona a la que odian"

Según la encuesta de Lehmiller, el 31% de todos los voluntarios masculinos heterosexuales reconoció haber fantaseado alguna vez con alguien a quien odiaban, en contraste con el 35% de los homo y bisexuales. En cuanto a las mujeres, el porcentaje de las heterosexuales llegó a un 18% mientras que el de las homo y bisexuales alcanzó hasta un 35%. También se les preguntó a las personas trans y no binarias, que marcaron un porcentaje muy parecido respecto a los demás, un 31%. Por tanto, podríamos concluir que, en mayor o menor medida, más de una cuarta parte de nuestros deseos han ido en algún momento a parar a alguien que nos caía rematadamente mal o que no soportábamos.

¿Una forma de (auto)sabotaje?

¿A qué se debe esta tendencia no aislada de acabar recurriendo a las personas a las que odias para excitarte? Lehmiller decidió hallar los puntos de conexión con las teorías sexológicas y los rasgos que determinan la personalidad de las personas atendiendo a posibles fetiches. "Este tipo de fantasías están relacionadas con una preferencia por el sadomasoquismo, en general, y en particular con fantasías sobre dominación y sadismo", resolvió. "Algunas personas pueden encontrar excitante la idea de que gracias al sexo puedan infligir dolor o daño a la persona a la que odian". Por el contrario, si es al revés, "el sexo con una persona que te cae muy mal también puede ser una forma de autosabotaje que conecta con algún tipo de razón masoquista".

"Este tipo de personalidad tiende a controlar mejor sus emociones, ya que sus fantasías no tienen un componente emocional fuerte"

El sexólogo apuntó a que este tipo de fantasías se dan con más frecuencia o preponderancia en personas con una autoestima más baja que la media. "Para ciertos individuos, recurrir a personas que odian para excitarse obedece a una razón de autocastigo, sintiendo que no merece la pena que alguien especial los ame o respete", aclaró.

Ahora bien, ¿existe alguna diferencia de personalidad entre aquellas personas que se sentían atraídas por gente más bien cercana o con la que tenían un lazo romántico, como una pareja, y aquellas otras que se sentían más movidas por un perfil de alguien a quien no soportaban? Los terrenos de la atracción sexual y la personalidad son movedizos, pero Lehmiller cree que, efectivamente, los que se decantan para excitarse con alguien con quien tienen un vínculo solían ser más amables que los que se decantaban por personas que más que bien, les hacen sufrir.

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Por otro lado, "las personas que se sienten menos cómodas con tener intimidad emocional con los demás solían disfrutar de más fantasías con gente a la que odian, al igual que aquellos que tienden a separar el amor del sexo", remarcó Lehmiller. "Este tipo de personalidad tiende a controlar mejor sus emociones, ya que sus fantasías no tienen un componente emocional fuerte, lo que les abre la puerta a excitarse con muchos más tipos de personas". Evidentemente, si estás más predispuesto a disfrutar del sexo sin sentimiento, será más probable que puedas llegar a tener fantasías con gente a la que odias".

Otra de las razones que esgrime el sexólogo es que muchas veces en la libido influye el hecho de hacer algo prohibido o que se supone que no hay que hacer, en este caso, fantasear con una persona a la que odias. "El sexo con alguien a quien desprecias es una forma de coqueteo con los tabúes sexuales, y al fin y al cabo, incurrir en un tabú es algo muy presente en nuestras fantasías, por lo general", aduce. "Aquellos con una imaginación más volátil también tenían este fetiche".

Dicen que los polos opuestos se atraen, un pensamiento popular que habría que revisar, pero la pregunta a la que nos referimos no va exactamente por ahí, sino más bien: ¿en quién sueles pensar cuando te excitas? En realidad es una cuestión bastante incómoda, pues lo más políticamente correcto sería decir que tu pareja, un ex o alguna personalidad famosa que te pueda parecer hermosa. Pero, a la hora de la verdad, lo más común es que te atraiga cualquier persona que conozcas, que esté en tu día a día o con la que tengas un trato más o menos cordial. Y, dentro de ese grupo, sería lógico que no aquel chico o chica que más te saca de quicio, con el que más discutes o que te pone de mal humor.

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