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Wabi-sabi, el término japonés que busca la belleza en la imperfección
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HUMILDAD Y MELANCOLÍA

Wabi-sabi, el término japonés que busca la belleza en la imperfección

Hoy vemos uno de esos conceptos intraducibles de la cultura nipona que alude a un tipo de contemplación estética del que se puede extraer su enseñanza psicológica

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Si en algún momento de tu vida vas a Japón y alguien te dice "tiene wabi-sabi" cuando sujetas un objeto que tiene un rasguño o está dañado, no pienses que quiere decir lo que aquí en España sería "eres un completo desastre", sino más bien lo contrario: "no te preocupes, está bien así". No lo dirá para compadecerse de ti o quitarle hierro al asunto, sino con un trasfondo de contemplación estética. Al fin y al cabo, "wabi-sabi' es un término que no tiene traducción ni siquiera en la lengua nipona, pero viene a significar el hecho de resaltar la imperfección de las cosas como un signo de belleza.

Su origen está en el taoísmo, en la dinastía Song en China (del año 960 al 1270) y, más tarde, se transmitió al budismo zen. Actualmente, es una forma de apreciar la belleza austera, de una forma melancólica, quizá, así como las imperfecciones y lo que está incompleto, aplicándose a todo tipo de objetos, que van desde la cerámica hasta la jardinería.

Foto: Método japonés Chowa para el equilibrio y la armonía. (W W para Pexels)

En nuestra cultura occidental, un equivalente podría ser la belleza que desprenden ciertas obras de arte de baja fidelidad, pues retratan a la perfección ese placer estético ante la contemplación de obras de arte desgastadas que imprimen una especie de melancolía ante lo viejo, lo que está a punto de romperse o lo que va a desaparecer. Una aproximación definitoria que podemos comprobar cuando analizamos el significado de las dos palabras por separado: "wabi" significa algo así como "la elegante belleza de la humilde simplicidad" y, "sabi", "el paso del tiempo y su consiguiente deterioro".

placeholder El 'wabi-sabi' está en todas partes... (iStock)
El 'wabi-sabi' está en todas partes... (iStock)

Así pues, el "wabi-sabi" es una filosofía y corriente estética centrada en el valor de la imperfección, lo que no permanece o está incompleto. De ahí que la forma más prototípica en la que se practica el "wabi-sabi" sea reparando tazas de té que están rotas, lo cual es una tradición artística de hace mucho tiempo en Japón. Lo curioso es que en vez de corregir de manera obsesiva los defectos e imperfecciones, los acentúa y enfatiza para darles ese golpe estético.

Su aplicación a la psicología

Por otro lado, el "wabi-sabi" también se muestra de manera especial en la contemplación de la naturaleza y su apreciación como algo fuera de la acción humana. "Los seres humanos imponen naturalmente sus estándares de valor y perfección en el mundo, y al hacerlo, entran en conflicto con una belleza natural que es mejor dejar libre", explica el psicólogo de la Universidad de Princeton Mark Johnson, en un reciente artículo publicado en 'Psychology Today' donde explora el concepto y lo asocia con la mentalidad positiva de aceptar y valorar las imperfecciones.

"Lo verdaderamente difícil de conseguir éxito es cuando se logra, ya que viene seguido de una presión inmediata de tener que mantenerlo"

"La estética de 'wabi-sabi' nos abrió los ojos a la vida cotidiana y nos brindó un método para apropiarnos de lo que es común de una manera poco convencional y estética", asegura por su parte el profesor Tanehisa Otabe, profesor del Instituto de Estética de la Universidad de Tokio, en un artículo de la 'BBC' dedicado a este concepto. En este sentido, el núcleo del "wabi-sabi" es la importancia de aceptar lo que viene de la mejor forma posible, como una forma de estoicismo natural, ya que no olvidemos que la sociedad nipona ha estado siempre obligada a enfrentar devastadores desastres naturales. En lugar de ver a la naturaleza como una fuerza peligrosa que es capaz de destruirlo todo, el "wabi-sabi" la enmarca como una fuente de belleza que se aprecia en los detalles más pequeños.

Foto: Vida larga, próspera y feliz gracias al ikigai japonés. (Roméo A. para Unsplash)

El enfoque de Johnson es distinto, ya que lo aplica a la psicología. "En cualquier disciplina, siempre todo tiene que quedar perfecto", aduce. "Desde obtener la puntuación más alta en un examen hasta planificar una velada ideal con tu pareja. Es muy motivante el hecho de intentar llegar al nivel absoluto de perfección. Que pocas veces se alcance, ese no es el problema. Lo verdaderamente difícil viene cuando se logra, ya que un éxito viene seguido de una presión inmediata de tener que mantenerlo". Lo complejo, como asegura Johnson, no es alcanzar una meta, sino no caerse justo después.

"El concepto de 'wabi-sabi' proporciona una perspectiva alternativa que pueda ayudar a lidiar con ello, reconociendo que todo fluye constantemente y cualquier atisbo de alcanzar la perfección es artificial", concluye el psicólogo. "Y que su búsqueda conducirá inevitablemente a la insatisfacción. En cambio, aceptar o celebrar la imprefección puede liberarnos de esa tensión autoasumida".

Si en algún momento de tu vida vas a Japón y alguien te dice "tiene wabi-sabi" cuando sujetas un objeto que tiene un rasguño o está dañado, no pienses que quiere decir lo que aquí en España sería "eres un completo desastre", sino más bien lo contrario: "no te preocupes, está bien así". No lo dirá para compadecerse de ti o quitarle hierro al asunto, sino con un trasfondo de contemplación estética. Al fin y al cabo, "wabi-sabi' es un término que no tiene traducción ni siquiera en la lengua nipona, pero viene a significar el hecho de resaltar la imperfección de las cosas como un signo de belleza.

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