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La ciencia oculta de la amistad: ¿elegimos amigos que huelen como nosotros?
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El buen melón se conoce por el olor

La ciencia oculta de la amistad: ¿elegimos amigos que huelen como nosotros?

Aunque solemos tener nociones de qué fue aquello que más nos atrajo de la persona con la que tenemos una relación sexoafectiva, no parece tan fácil detectarlo entre nuestras amistades, pero un nuevo estudio ha encontrado la solución

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No importa que tengas más o menos amigos, sino que estos sean buenos amigos, suele decirse. La amistad puede ser uno de los sentimientos más fuertes a lo largo de nuestra vida. Acude sutil y tímida a nosotros, pero es capaz de engrandecerse hasta límites insospechados. Tanto es así que ya sabemos, ninguna pareja puede nunca sustituir a un buen amigo o amiga.

Sin embargo, mientras solemos tener nociones de qué fue aquello que más nos atrajo de la persona con la que tenemos una relación sexoafectiva, no parece tan fácil detectarlo entre nuestras amistades. ¿Qué característica nos lleva a acercarnos a determinada gente hasta que se conforman como pilares sólidos de nuestra vida? ¿Por qué decidimos que nuestros amigos serían nuestros amigos?

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Lo del interior y el exterior lo dejaremos para otro momento, aunque parece que científicamente ambos se unen para generar el factor decisivo para el sentimiento de amistad. Es probable que, de hacer una lista, nunca lo incluyeras, pero es cuestión de lógica: el olor, ese es el principio del vínculo.

La química está en la nariz

Como es el caso de muchos mamíferos, la relación con tu mejor amigo puede haberse desarrollado justo después del primer olfateo. Inbal Ravreby, neurocientífica del Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot, Israel, se ha inspirado en esto para llevar a cabo un experimento con el fin de probar eso de que entre amigos "hay química". Ravreby lo tenía claro: "Algunas frases son solo dichos, pero a veces surgen porque la gente nota un fenómeno, y vale la pena comprobarlo".

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Así pues, esta investigadora y su equipo reunieron a 20 pares de amigos del mismo sexo que aseguraron que lo suyo había sido conexión inmediata. Durante tres días, los participantes dejaron de lado todo aquello del día a día que pudiera alterar su olor corporal, y cada uno se puso una camiseta de algodón en la cama para capturarlo.

Lo que los investigadores estaban haciendo, mientras tanto, era emplear un dispositivo de detección química llamado nariz electrónica, junto con una colección de "olores" humanos para respaldar una serie de mediciones. Las camisetas, cargadas del olor corporal de los participantes, se entregaron a aquella nariz electrónica, que utilizó una serie de sensores para medir la diferencia química en los olores corporales de los miembros de cada pareja de amigos.

Cosa de mamíferos

Descubrió con ello que los amigos que efectivamente "hicieron clic" cuando se conocieron olían más parecidos que un par de personas al azar. Los datos, ahora publicados en 'Science Advances', sugieren que nuestra nariz podría desempeñar un papel fundamental en la construcción de nuestro entorno elegido.

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Aunque el gesto pase desapercibido, estamos constantemente analizando nuestro entorno a través de nuestra nariz. Nuestro radar olfativo es igual que el de los roedores o el de los primates no humanos. Esto quiere decir que los ratones y los chimpancés también parecen tener la inteligencia olfativa para saber de inmediato de quién hacerse amigos y de quién no. Al mismo tiempo, constata una vez más que no somos tan diferentes después de todo.

Vale, es una nariz electrónica, pero para garantizar su trabajo, un equipo de olfateadores humanos también probó después la similitud del olor. Debían clasificar cada aroma que encontraban al olfatear muestras de olores corporales en función de una serie de categorías. De nuevo, los pares de amigos rápidos tenían clasificaciones de olores más similares que los extraños acoplados. No es más que uno de los tantos recordatorios para que, como señala Ravreby, los humanos "apreciemos cuánto nos parecemos a otros mamíferos".

No importa que tengas más o menos amigos, sino que estos sean buenos amigos, suele decirse. La amistad puede ser uno de los sentimientos más fuertes a lo largo de nuestra vida. Acude sutil y tímida a nosotros, pero es capaz de engrandecerse hasta límites insospechados. Tanto es así que ya sabemos, ninguna pareja puede nunca sustituir a un buen amigo o amiga.

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