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¿Visitar un museo de arte puede reducir el estrés?
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"el arte es morirte de frío"

¿Visitar un museo de arte puede reducir el estrés?

Investigaciones recientes han decidido indagar acerca de los beneficios psicológicos y fisiológicos de los visitantes de estos lugares

Foto: Fuente: iStock.
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Algunas personas aman visitar museos de arte. Otras van un paso más y coleccionan piezas hermosas sin un propósito claro más allá del propio acto del coleccionismo. Desde las cavernas, los seres humanos siguieron la llamada de su propia creatividad y reflejaron en piedra, pergamino o papel la realidad o la imaginación, registrando para siempre bellas composiciones que a los demás podían enloquecer.

Pero más allá del placer que provoca ver una obra de Tiziano, PIcasso o Modigliani en un museo, ¿realmente hay algo beneficioso en ello? Pues parece que la respuesta es positiva, según investigaciones recientes, que han decidido indagar acerca de los beneficios psicológicos y fisiológicos de los visitantes de los museos.

Primero se realizó uno, y el segundo lo duplicó 13 años después, lo que es interesante porque así se podía determinar si los resultados del primero se habían reproducido en el segundo, lo que daba un buen enfoque para verificar datos. En el primero (Clow y Fredhoi, 2006), los sujetos cuestionados informaron sobre los niveles de estrés y excitación y se registró el cortisol salival antes y después de visitar el museo. El mismo enfoque se repitió en el estudio posterior de Ter-Kazarian y Luke (2019). Los "niveles de estrés" se refieren a una sensación general de bienestar relacionada con lo placentero o desagradable. "Excitación" implica sentimientos de vigilia versus somnolencia. Los niveles de cortisol en saliva se utilizan como indicador fisiológico del estrés, informa 'Psychology Today'.

Su nivel de estrés autoinformado se redujo en un 72%, mientras que su nivel de excitación autoinformado se redujo en un 28%

Clow y Fredhoi hicieron el estudio con 28 trabajadores de la ciudad (mitad hombres, mitad mujeres) que visitaron una importante institución de arte en Londres (la Guildhall Art Gallery) durante su hora de comer. Su estrés se redujo en un 45% después de la visita, mientras que su excitación autoinformada se mantuvo sin cambios. Sus niveles de cortisol salival disminuyeron.

Ter-Kazarian y Luke (2019) examinaron a 31 profesionales locales (21 mujeres; 10 hombres) que visitaron el Museo de Artes Bellevue en Seattle, Washington, durante la hora de comer. Su nivel de estrés autoinformado se redujo en un 72%, mientras que su nivel de excitación autoinformado se redujo en un 28%. Su cortisol en saliva no se modificó.

Aunque los resultados de los dos estudios demuestran una caída en los niveles de estrés autoinformados relacionados con una visita a un museo durante la hora de comer, la excitación autoinformada y los cortisoles en la saliva no se correlacionaron. Hay muchos factores que pueden contribuir a esta disparidad. Lo que está claro, más allá de la caída en el estrés autoinformado durante ambas visitas al museo, es que se necesitan más estudios para aclarar las disparidades encontradas en la excitación autoinformada y las mediciones fisiológicas de cortisol en la saliva.

Otro enfoque

En otro estudio más (Mastandrea et al., 2019), se evaluaron la presión arterial y la frecuencia cardíaca en mujeres jóvenes sanas antes y después de tres visitas diferentes a la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma. Durante una visita, vieron arte figurativo; durante otra, el arte moderno; y durante la tercera, la oficina del museo. Esta última fue designada como 'visita de control'.

Durante la visita de arte figurativo, la presión arterial sistólica de las participantes (la presión en las arterias cuando late el corazón) disminuyó. Esto se considera una indicación de reducción del estrés, ya que se sabe que el estrés aumenta la presión arterial. No hubo cambios en la frecuencia cardíaca ni en la presión arterial diastólica (la presión en las arterias cuando el corazón descansa entre latidos). Era curioso que a los sujetos les gustara la similitud de ambos tipos de arte (figurativo y moderno), pero era solo el figurativo el que disminuía la presión arterial sistólica.

En conclusión, parece haber beneficios más allá de la estimulación del centro del placer al ver arte. Aunque no se ha aclarado definitivamente, la ciencia definitivamente tiene un comienzo en esta área emocionante y de vanguardia.

Algunas personas aman visitar museos de arte. Otras van un paso más y coleccionan piezas hermosas sin un propósito claro más allá del propio acto del coleccionismo. Desde las cavernas, los seres humanos siguieron la llamada de su propia creatividad y reflejaron en piedra, pergamino o papel la realidad o la imaginación, registrando para siempre bellas composiciones que a los demás podían enloquecer.

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