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Que el calor no te pare: las claves para seguir haciendo ejercicio en verano
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Que el calor no te pare: las claves para seguir haciendo ejercicio en verano

Nunca es tarde para ponerse en forma. Aquí van una serie de consejos para hacer frente a las olas de calor y la pereza estival de la mano de una serie de expertos

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Llegó el verano y esto inevitablemente es sinónimo de largas jornadas de sol y olas de calor continuadas. La temporada de la operación bikini ya pasó, y si te ha pillado desprevenido o directamente has esperado demasiado para comenzarla, es posible que estés lamentándote ahora que las temperaturas han aumentado tanto y tus ganas de salir a entrenar, como es lógico, hayan disminuido.

Pero nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para volver a ponerte al día en tus planes de 'fitness'. Y, en este sentido, no hay excusa para dejar las zapatillas de entrenar en el armario y esperar unos meses para reanudar o comenzar a realizar ejercicio físico. Aunque al principio, como es lógico, te costará acostumbrarte, lo importante es interiorizar una serie de rutinas para no dejarlo de lado y que todo tu esfuerzo sea en balde.

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¿Cómo volver a la senda de la vida activa teniendo en cuenta que a partir de ahora los termómetros subirán y con ello la incomodidad y la pereza? Lo primero, has de tener cuidado evitando salir en las horas centrales del día, optando por la mañana como momento óptimo para entrenar, ya que es cuando suele hacer más fresco. La salud es lo más importante, así que no sometas a tu cuerpo a esfuerzos innecesarios que puedan ponerlo en jaque. Pero si quieres obtener más consejos útiles con los que poder realizar ejercicio físico, incluso en verano y a pesar del calor, aquí van una serie de ellos a partir de un artículo de 'The Guardian'.

Aclimata el cuerpo

Más o menos lo que decíamos anteriormente. Si hace mucho calor, evita las horas del mediodía o de por la tarde. Y, del mismo modo, no empieces por todo lo alto. Como aconseja Claire Lobb, entrenadora personal británica, ve progresivamente en el nivel de exigencia de tus entrenamientos, "tomándote una semana para aclimatarte". Comienza con una rutina de unos 20 minutos de ejercicio ligero y ve agregando entre cinco y diez minutos cada día.

No te esfuerces más de lo necesario

Si hace mucho calor no busques alcanzar una meta o cumplir con un objetivo. "El sistema cardiovascular trabaja el doble, ya que tiene que eliminar la mayor parte del calor del cuerpo", asegura Lobb. "Por tanto, corre un poco más lento de lo normal o de lo que estás acostumbrado con carreras más cortas. Puede ser tentador aplicar un poco más de esfuerzo, pero eso podría significar que te puedes fatigar más hasta el punto de sentirte muy mal". Recuerda: sé responsable y no te exijas más de lo necesario, sobre todo al principio.

Busca rutas frescas

A la hora de hacer ejercicio al aire libre, ni se te ocurra realizarlo en la calle donde vives si está llena de tráfico o de gente. Lo mejor será que escojas un lugar mínimamente fresco, como un espacio natural a la sombra, un parque o al lado de un río. Desgraciadamente, no todos tienen la suerte de habitar cerca de uno de estos espacios verdes, por lo que si te es imposible entrenar en uno de ellos lo mejor será que huyas al aire acondicionado de tu gimnasio más cercano.

Mantente hidratado

El típico consejo de todos los años, pero quizás el más importante. Beber agua o cualquier otro tipo de bebida hidratante antes, durante y después del ejercicio te librará de un posible golpe de calor o de sentirte más agotado y mal de lo que estás acostumbrado. Incluso si no tienes la sensación de sed, lo cual es bastante improbable, lo mejor es que "bebas agua cada cinco o diez minutos".

La ropa es importante

Si sales a hacer ejercicio con una camiseta negra con más de 35 grados de temperatura en el exterior, el riesgo de agotamiento temprano será muy alto. "Usa un chaleco en lugar de una camiseta, elige colores claros para reflejar la luz solar y usa una visera". De la misma forma, es de vital importancia que te extiendas crema solar por las partes del cuerpo expuestas al sol.

Cuidado con las molestas rozaduras

Ten a mano crema hidratante o vaselina para untarte en las zonas más proclives al roce, como axilas o pubis. Y, en caso de prevenir, lo mejor es vestirse con ropa no muy ajustada o mínimamente holgada para que el aire y el sudor circulen. Esto no solo te ayudará a estar y sentirte más fresco, sino también a evitar esas molestias irritaciones de la piel que pueden conseguir que no vuelvas a ponerte el chándal hasta dentro de mucho.

Selecciona bien los ejercicios

Hay modalidades de deporte que son más óptimas para el calor. Oliver Gibson, profesor de fisiología del ejerciio en la Universidad Brunel de Londres, opina que andar en bicicleta es la más refrescante, ya que el aire que recibes hace que haya una mayor ventilación. Y, si escoges bien la ruta, puedes ahorrarte alguna otra cuesta que otra. Por otro lado, agradecerás la sensación de las bajadas. De igual modo, la natación tanto en piscina cubierta o exterior puede ser la mejor opción para evitar en la medida de lo posible el calor.

Llegó el verano y esto inevitablemente es sinónimo de largas jornadas de sol y olas de calor continuadas. La temporada de la operación bikini ya pasó, y si te ha pillado desprevenido o directamente has esperado demasiado para comenzarla, es posible que estés lamentándote ahora que las temperaturas han aumentado tanto y tus ganas de salir a entrenar, como es lógico, hayan disminuido.

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