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¿Estás experimentando 'confusión interpersonal' en el trabajo?
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¿Estás experimentando 'confusión interpersonal' en el trabajo?

Tres son multitud. Es normal que en algunos momentos adoptemos distintos roles en el trabajo (teniendo en cuenta el tiempo que pasamos en él), pero algunos son muy tóxicos

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Seguro que te conoces el mito del héroe o monomito, pues es probablemente la historia de la que surgen todas las demás en el mundo. El héroe es llamado a la aventura y tiene que partir hacia un camino desconocido, del que regresará totalmente cambiado. Para Gustave Jung, se trata de una forma más trascendental de la búsqueda del yo y del sentido, lo que nos permitiría dirigir nuestro sentido a las más altas empresas.

Como en la actualidad no somos Gilgamesh, sino que la mayoría de nosotros tenemos que pasar parte de nuestra vida encerrados ocho o nueve horas en una oficina, el viaje del héroe puede haber variado un poco y los problemas surgen justamente en este ambiente en el que vivimos. Quizá nunca has oído hablar de la llamada 'confusión interpersonal' en el trabajo (recientemente tratada en 'Psychology Today') pero quizá sí te has visto envuelto en una situación así.

Los tres roles en el triángulo dramático son sencillos: víctima, villano (o perseguidos) y héroe (o salvador)

Imagina que dos personas (un jefe y un empleado, por ejemplo), están discutiendo acaloradamente en el trabajo mientras tú terminas unos papeles en una mesa cercana. Podrías ignorarlo, pero decides entrometerte en la discusión. La confusión interpersonal suele venir con el mismo trabajo: la gente hace cosas (o deja de hacerlas) y, como resultado, nos enfada. Por supuesto, a veces somos nosotros los que molestamos a otra persona. El problema es cuando en la ecuación aparecen una tercera persona o un grupo de ellas, pues podríamos estar ante un caso clásico del triángulo dramático.

Los tres roles en el triángulo dramático son sencillos: víctima, villano (o perseguidos) y héroe (o salvador). El villano podría no ser tal o no tener consciencia de serlo, pero a los ojos de la víctima, es quien causa sus problemas (y con frecuencia con motivos nefastos). El triángulo se forma cuando la víctima se queja con otra persona, que suele ser el héroe, del villano. Es, en parte, parecido a la triangulación. En topografía consiste en elegir distintos puntos de una porción de la superficie terrestre, considerándolos como vértices de triángulos para poder medirlos y fijar la posición de sus vértices y la distancia que los separa. En el ámbito laboral, es algo que solemos hacer con bastante frecuencia y que tiene su gustillo: criticar a otro que no está. ¿El problema? Los conflictos no se discuten abiertamente y, por tanto, no se pueden resolver. Además, atraer a otras personas a un problema entre dos suele generar tensiones más amplias.

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Con la confusión interpersonal, el héroe no solo proporciona un oído comprensivo, también legitimidad a la perspectiva de la víctima sobre la situación. A veces, y esto es más preocupante, el héroe se ofrece o se le pide ayuda directa para que hable con el villano, lo denuncie a Recursos Humanos o quién sabe qué. Porque, ¿qué tiene realmente de malo el triángulo dramático?

También puede suceder que todos los actores asuman nuevos roles y la víctima y el héroe primigenios acaben siendo los villanos contra los que tiene que enfrentarse el villano inicial

Aparte de suscitar emociones negativas y enfrentar a las personas entre sí, no aborda el problema de raíz entre la víctima y el supuesto villano, sino que el motivo final parece ser la validación de la victimización. También puede suceder que todos los actores asuman nuevos roles y la víctima y el héroe primigenios acaben siendo los villanos contra los que tiene que enfrentarse el villano inicial, que ahora quizá sea una víctima... cuantas más personas se involucren en el juego, más posibilidades hay de cambios de roles.

¿Qué hacer entonces? Es fácil (o quizá no tanto): el triángulo se derrumba cuando el héroe rechaza su papel, que es la clave para determinar si hay una verdadera resolución o, simplemente, una continuación del drama. En lugar de un héroe, la persona puede tener la oportunidad de ser un entrenador y dar consejos, como que las dos personas que forman parte del problema tengan una conversación apropiada. Es una buena forma de convertirte en alguien neutral y no dejarte atrapar por el triángulo dramático, aunque también es posible que la víctima acabe buscando a otro para que haga el papel de héroe.

Así pues, cuando te encuentres experimentando algún drama interpersonal de este tipo es bueno que reflexiones: ¿Está en juego el triángulo? ¿Qué papel o papeles estás jugando? ¿Cuáles son las formas alternativas de ver o interpretar la situación? Si bien el triángulo dramático siempre será una característica de la vida en el trabajo, afortunadamente, tenemos la opción de negarnos a caer en él

Seguro que te conoces el mito del héroe o monomito, pues es probablemente la historia de la que surgen todas las demás en el mundo. El héroe es llamado a la aventura y tiene que partir hacia un camino desconocido, del que regresará totalmente cambiado. Para Gustave Jung, se trata de una forma más trascendental de la búsqueda del yo y del sentido, lo que nos permitiría dirigir nuestro sentido a las más altas empresas.

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