¿Nos manipulan nuestros perros? Esto es lo que dice lo un nuevo estudio

El perro es el animal de compañía por antonomasia en el mundo. Según varios estudios, los seres humanos llevan 20.000 años domesticando a estos cánidos que se han convertido en algo más que en un compañero de viaje. Muchas personas consideran a sus mascotas como un miembro más de la familia debido al cariño, al amor y a la fidelidad que transmiten a todas horas a sus dueños.

Sin embargo, una investigación, realizada y presentada en la Conferencia anual de Biología Experimental, revela que los perros tienen una mejor expresividad que sus parientes los lobos y ello implica que tengan una mayor capacidad para comunicarse con sus amos. Esta expresividad facial tan desarrollada no solo les permite comunicarse mejor sino también manipular al hombre con sus diferentes gestos o miradas.

A esta conclusión ha llegado el grupo de trabajo dirigido por la doctora Burrows en la universidad estadounidense de Duquense. En él, han evaluado la distribución diferencial entre dos tipos de fibras en la cara tanto en los perros como en sus hermanos salvajes, los lobos. Los resultados son bastante concluyentes.

La comunicación del perro

En términos de miosina, los resultados aseguran que los músculos faciales de los perros se parecen mucho más a los de los seres humanos que a los de los lobos. Anna Burrows explica las diferencias: “Los seres humanos tenemos alrededor de un 75% de nuestros músculos miméticos dominados por fibras de contracción rápida. En nuestro actual estudio hemos descubierto que los perros también tienen más fibras musculares de contracción rápida en sus músculos miméticos que los lobos”.

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Esos músculos son los que dominan la expresión facial de un ser vivo y, en el caso de los perros, son las fibras de contracción rápida son las que predominan en los músculos. Este hecho facilita que, para los seres humanos, sea mucho más fácil adivinar los gestos de un perro que de un lobo.

La comunicación entre amo y mascota es muy fluida y sencilla gracias a este hecho. Otros estudios aseguran que tanto los perros como los humanos liberan oxitocina cuándo se miran a los ojos, como si de una mirada entre una madre y un bebé se tratara. Eso implica que el animal sepa controlarnos, sepa decirnos lo que quiere con sus ojos en cada momento. ¿Acaso se puede concluir que nuestros fieles amigos nos manipulan con la mirada?