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Las mentiras que puedes contar en una entrevista de trabajo (y las que no)
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Las mentiras que puedes contar en una entrevista de trabajo (y las que no)

Si no quieres verte en un aprieto y salir de este paso previo a tu contratación indemne y victorioso, aquí van una serie de consejos muy útiles para saber hasta qué punto puedes engañar a tu empleador

Foto: Foto: iStock.
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Cuando nos postulamos para ocupar aquel puesto con el que tanto tiempo llevamos soñando, es normal que estemos hechos un manojo de nervios desde el día anterior a la entrevista. Al fin y al cabo, este es uno de los últimos pasos que hay que dar para que por fin te contraten. Y lo que se te va a evaluar aquí, además de si cumples o no las aptitudes que se requieren, es más cómo eres personalmente, cómo te enfrentas a los problemas y cómo encajarías dentro del equipo.

Alrededor del 80% de las personas ha confesado haber mentido más de una vez en una entrevista de trabajo, según una encuesta. En ocasiones, puede salir bien: si solo un 20% dice la verdad, eso quiere decir que muchos de esos mentirosos acabaron consiguiendo el empleo. Pero obviamente, hay distintos niveles de engaño. No es lo mismo una mentira piadosa que una trola que no convence a nadie.

"Tienes que pensar si la habilidad sobre la que estás mintiendo es una que se podría aprender fácil y rápido"

Por ejemplo, imagina que te preguntan sobre cómo te desenvuelves con tal o cual programa de edición de imágenes. Siempre puedes meterte un atracón de tutoriales en YouTube sobre Photoshop, pero lo mejor es que, si garantizas a tu empleador que sabes cómo se domina la plataforma, que por lo menos algo te suene de ella o la hayas tenido que usar en alguna ocasión. Si las tareas principales que vas a desempeñar en la empresa tienen que ver con el Photoshop, o al menos un 90% de ellas, lo mejor será que seas sincero. Está bien reconocer que no eres apto, pero aprendes rápido.

Por el contrario, si el programa que dices saber usar solo lo vas a emplear en alguna ocasión contada, tal vez los tutoriales en YouTube o pedirle ayuda a un amigo que sabe utilizarlo para que te enseñe sea una buena idea. "Tienes que pensar si la habilidad sobre la que estás mintiendo es una que se podría aprender fácil y rápido con algún tutorial o un curso introductorio", asegura la periodista Lindsey Ellefson, periodista de 'Life Hacker', quien ha escrito un artículo para saber qué tipo de mentiras debes de contar y cuáles no en una entrevista de trabajo.

Las expectativas

Una de las preguntas que más aparecen en una entrevista de trabajo es dónde o cómo te ves en tu carrera profesional de aquí a un tiempo prolongado (pongamos cinco años). Tim Sackett, experto en el mundo de los recursos humanos, aconseja lanzarse a la piscina y no tener miedo de mentir en temas de dinero o de expectativas. ¿Quién sabe? Generalmente está bien visto tener un alto grado de expectativas, pero como es lógico, tampoco pasarse.

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Otra de las mentiras que pueden caer en una entrevista es sobre tu vida laboral pasada. Si te fuiste de un trabajo porque no aguantabas a tu jefe, por ejemplo, lo mejor es ser parco en detalles o no mencionar aspectos negativos. "Es de mala educación hablar mal de un antiguo empleador, ya que das a entender que puedes ser una persona con la que es difícil tratar", asegura Ellefson. En lugar de ello, "admite que estás abierto a nuevas experiencias, encontrar nuevos retos o satisfacciones, o bien desafiarte a ti mismo en un rol diferente".

Aquí debes decir la verdad

Nunca te inventes un empleo que no has tenido ni tampoco menciones empresas para las que nunca trabajaste. Esto es fácilmente comprobable por tu nuevo empleador, ya que basta con hacer unas llamadas en busca de referencias tuyas en dichas compañías como para pillarte. Por lo general, a no ser que el sector sea completamente distinto, es muy probable que se acaben enterando de dónde trabajas y dónde no. Y eso no te suma puntos de cara a conseguir el puesto, sino al contrario.

Si en alguna ocasión te despidieron, admítelo. A menos de que fuera por una razón de peso, lo mejor es que reconozcas que te despidieron y el por qué. En este caso, no hace falta que cuentes la historia completa o detalles lo muy desagradable que fue. Puedes limitarte a decir que era por el propio interés económico de la empresa. Si realmente hiciste mal y fue tu culpa, reconoce el error que cometiste sin darle demasiada importancia.

Cuando nos postulamos para ocupar aquel puesto con el que tanto tiempo llevamos soñando, es normal que estemos hechos un manojo de nervios desde el día anterior a la entrevista. Al fin y al cabo, este es uno de los últimos pasos que hay que dar para que por fin te contraten. Y lo que se te va a evaluar aquí, además de si cumples o no las aptitudes que se requieren, es más cómo eres personalmente, cómo te enfrentas a los problemas y cómo encajarías dentro del equipo.

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