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Los oráculos más famosos de la antigüedad (y dónde se encontraban)
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De Upsala a Nechung

Los oráculos más famosos de la antigüedad (y dónde se encontraban)

Antes de que la gente consultase el horóscopo en las revistas dominicales o aprendiese a leer el tarot,​ los primeros hombres ya acudían a ellos con la idea de conocer su destino

Foto: Pythia como Suma Sacerdotisa del Templo de Apolo en Delfos. Grabado sobre un dibujo del pintor alemán Heinrich Leutemann publicado en 1880 (iStock)
Pythia como Suma Sacerdotisa del Templo de Apolo en Delfos. Grabado sobre un dibujo del pintor alemán Heinrich Leutemann publicado en 1880 (iStock)

Desde el albor de los tiempos, el ser humano ha tratado de conocer su futuro, leyéndolo en las estrellas o en los posos de té. Puede que sea porque todos andamos igual de perdidos con las grandes respuestas de la vida, en torno a qué hacemos aquí o a dónde vamos, pero lo cierto es que conocer el destino parece un deseo aplicable a todas las civilizaciones. Quizá porque de esa manera podemos encaminarnos hacia él con menos incertidumbre, o tomando las decisiones acertadas.

Sea como fuere, antes de que la gente consultase el horóscopo en las revistas dominicales o aprendiese a leer el Tarot, los primeros hombres ya acudían a los oráculos con la idea de saber si llovería, las cosechas prosperarían o sus futuros hijos se convertirían en héroes. No varía mucho de las preocupaciones actuales, y seguro que más de uno se acercaría al oráculo más cercano si pudiese a preguntar cuándo dejaremos de usar mascarillas o si bajara el precio de la luz el próximo mes.

Dejar las respuestas a los dioses es lo que tiene. Pueden fallar o no, pero parecen conocernos mejor que nosotros mismos. Esos lugares de peregrinación que fueron los oráculos en otro tiempo todavía existen y pueden visitarse, aunque a día de hoy no sean más que meras ruinas o lugares pensados para el turismo masivo. Lugares a día de hoy abandonados, en su mayoría, de los que solo podemos saber gracias a los restos arqueológicos. De esos tiempos en los que los humanos creían que su destino dependía de las moiras, que podían cortar el hilo de su vida en cualquier momento.

Foto: Fuente: Flickr / Elaboración propia

Oráculo de Delfos

¿Dónde está? En el valle de Pleisto (junto al monte Parnaso), cerca de lo que es hoy la villa de Delfos en Fócida.

La mitología cuenta que las musas se reunían en el monte Parnaso y Apolo tocaba la lira. Lo cierto es que el nombre del oráculo no está muy claro y hay algunas leyendas al respecto, como que podría venir de Delfino, que era el nombre del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la llegada de Apolo. Aunque el procedimiento del oráculo debió cambiar con el paso de los siglos, la información más famosa que nos ha llegado es la de la llamada pitonisa.

El oráculo se celebraba el día 7 del mes que coincidía con la fecha del nacimiento de Apolo. La pitonisa debía purificarse y realizar ofrendas

Según parece, la candidata a serlo debía tener una vida irreprochable, pues una vez se la nombraba se comprometía a vivir en el santuario. Durante los siglos en los que mucha gente acudía al oráculo podía haber hasta tres pitonisas, aunque con el declive del oráculo finalmente bastó con una. Según Diodoro Sículo, al principio era una joven virgen, pero a raíz de la violación de una de ellas por un joven de Tesalia se decretó que no debía tener menos de 50 años (aunque siguiera vistiendo como una doncella).

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Según recogen los distintos autores de la Antigüedad, el oráculo se celebraba el día 7 del mes que coincidía con la fecha del nacimiento de Apolo. En invierno no había oráculo. Esos días de consulta, la pitonisa debía purificarse en la fuente Castalia y realizaba ofrendas a Apolo. Después, se vertía agua sobre una cabra y si tiritaba significaba que Apolo estaba receptivo a las consultas: entonces se sacrificaba en el altar. Los consultantes también debían purificarse con agua de las fuentes del Delfos y esperar un orden para las consultas, además de pagar una serie de tasas y ofrecer un sacrificio en el altar.

Lo más probable es que los gases que se filtrasen fueran etano, metano y etileno, pues debajo del templo de Apolo se cruzan dos fallas geológicas, que la hacían entrar en trance

No hay unanimidad sobre cómo se inspiraba la pitonisa para sus consultas. Según parece, por una de las grietas de la roca donde se encontraba sentada la pitonisa emanaban unos gases que la hacían entrar en trance y profetizar. También se habla del agua de la fuente o que incluso mascaba hojas de laurel que la ayudaban a alcanzar su estado. Lo más probable es que los gases que se filtrasen fueran etano, metano y etileno, pues debajo del templo de Apolo se cruzan dos fallas geológicas, y son los que la podrían haber ayudado a entrar en trance. Generalmente, daba respuestas que un sacerdote interpretaba y escribía en forma de verso y después entregaba al consultante en cuestión.

Oráculo de Amón

¿Dónde? Siwa, al oeste de Egipto.

A día de hoy, el viajero puede visitar el oasis que es Siwa por carretera, si así lo desea. La masificación del turismo ha llevado a que incluso aquí hayan surgido algunos hoteles ideales para pasar la noche. En otro tiempo, sin embargo, fue un lugar con una profunda tradición mágica, pues era donde se encontraba el templo consagrado a Amón. Según la leyenda, su fundación estaba relacionada con el oráculo de Dodona, cuando dos palomas negras partieron con la misma misión, cada una a un punto estratégico, y así se fundaron ambos oráculos.

placeholder Una mujer nadando en el oráculo de Siwa.
Una mujer nadando en el oráculo de Siwa.

Los griegos asociaron Amón con Zeus en un lugar en el que permanecían más de 100 monjes, aunque solo los más ancianos estaban en condiciones de predecir oráculos. Según la leyenda, llegó a ser consultado por Hércules y Perseo, lo que probablemente contribuyó a que Alejandro Magno, en su periplo por Egipto hacia Persia, se desviara en el año 331 a.C para ir a peregrinar aquel paraje.

Alejandro Magno logró convencer a todos que el oráculo le había declarado como hijo de Amón y, por analogía, de Zeus, lo que le sirvió para entronizarse como faraón

Según parece, buscaba que los dioses le reconocieran como su hijo, y así fue: logró convencer a todos que el oráculo le había declarado como hijo de Amón y, por analogía, de Zeus, lo que le sirvió para entronizarse como faraón. Tras él llegaría una de las dinastías más famosas de todos los tiempos, que terminaría con la muerte de Cleopatra: la ptolemaica.

Templo de Upsala

¿Dónde? Cerca de la moderna Upsala, ciudad a unos 70 kilómetros de Estocolmo.

¿Un templo de oro, rodeado con una cadena del mismo material que cuelga de la fachada, en medio de un valle y rodeado por montañas? Es lo que se cuenta del mágico templo de Upsala, probablemente destruido por el rey Ingold I en 1087. Era, según parece, un centro religioso destinado a venerar a los dioses vikingos a través de rituales. El más importante se llamaba blot y se producía cada 9 años.

placeholder Ilustración del templo que corresponde a 1555.
Ilustración del templo que corresponde a 1555.

Según cuenta Adán de Bremen, todos los dioses paganos tenían sacerdotes que ofrecían sacrificios. Por ejemplo, si había enfermedades o hambruna, se realizaban sacrificios a Thor, si había guerra a Odín, y a Frey si había matrimonios. El blot duraba 9 días, tenían que sacrificarse 9 machos de cada especie (incluso hombres) y sus cuerpos eran colgados de las ramas de una arboleda cercana al templo. Los sacrificios también tenían una función oracular, para indagar sobre distintas cuestiones de la vida cotidiana o cómo serían las próximas cosechas. Los cristianos debían pagar una multa por no participar.

Oráculo de Nechung

¿Dónde? Actualmente, en el monasterio en Dharamsala (India), tras el exilio. Antes, en el Tïbet.

El oráculo oficial del Tíbet constituye una de las más antiguas tradiciones tibetanas: la deidad, Pehar Gyalpo, proyecta su espíritu por transferencia de conciencia, y 'posee' a un médium que después debe precisar de un periodo de convalecencia. Este oráculo no solo ha tenido un papel fundamental en el terreno religioso, sino que también ha sido históricamente consultado para recabar consejos por los gobernantes del antiguo Tíbet, y de hecho sigue teniendo gran importancia en el exilio. Se remonta al segundo Dalái Lama.

placeholder Thubten Ngodup, 17º Nechung Kuten, en trance en 2014.
Thubten Ngodup, 17º Nechung Kuten, en trance en 2014.

Durante las ceremonias oficiales, el Nechung Kuten viste con brocado de oro y los cuatro colores que representan a los distintos elementos: rojo, azul, verde y amarillo. Sobre el pecho lleva un espejo circular rodeado de turquesas y amatistas.

El Nechung Kuten viste con brocado de oro. Cuando entra en trance, coge una espada y comienza a danzar, llevando a cabo una danza por cada pregunta

Entra en trance mediante mantras, oraciones y música. Una vez que el trance ha comenzado, se le coloca sobre la cabeza una pesada tiara en la que se han fijado diversas banderas. Después coge una espada y comienza a danzar, llevando a cabo una danza por cada pregunta. Da respuestas que deben ser interpretadas y, cuando finaliza la sesión, lleva a cabo una última oración y se desmaya.

Oráculo de Dodona

¿Dónde? Al pie del monte Tomaro, en Epiro (región alejada de las principales polis griegas).

Aunque la leyenda de su fundación está asociada a las palomas, otra historia habla de dos fenicios que raptaron en Tebas a dos sacerdotisas, mandando a una de ellas a Siwa y a la otra a esta localización. Sea como fuere, si nos remontamos en el tiempo, Homero habla de Dodona en la Ilíada, y Aristóteles consideró que la región a su alrededor había sido la zona donde se originaron los helenos. En cuanto al oráculo, parece ser que además de Zeus también se veneraba a otros dioses como Apolo, Afrodita o Heracles.

Se conocía el futuro interpretando los sonidos del roble sagrado y el vuelo o el gorjeo de las palomas

Hay distintas versiones, Homero habla de los selos (helos según Píndaro), que vaticinaban, dormían en el suelo y no podían lavarse los pies. Heródoto, sin embargo, da más importancia a las sacerdotisas. Según parece, la manera de conocer el futuro se hacía interpretando los sonidos del roble sagrado y el vuelo o el gorjeo de las palomas. Otras versiones hablan que del techo del templo de Zeus colgaban calderos y, como el templo carecía de paredes, el viento los golpeaba y su sonido era el que tenía que ser interpretado.

Foto: Fuente: YouTube.

Los restos arqueológicos han servido para formar una opinión bastante realista sobre lo que sucedía en el Oráculo, pero, desgraciadamente, aunque se han encontrado muchas láminas de plomo con las preguntas grabadas, pocas veces se han encontrado las respuestas: lo normal es que los que acudían a resolver las dudas de su futuro se lo llevasen luego a casa. Un poco como el que, tras consultar con un adivino o descubrir su carta astral, se dirige hacia su destino con un peso más liviano en el corazón.

Desde el albor de los tiempos, el ser humano ha tratado de conocer su futuro, leyéndolo en las estrellas o en los posos de té. Puede que sea porque todos andamos igual de perdidos con las grandes respuestas de la vida, en torno a qué hacemos aquí o a dónde vamos, pero lo cierto es que conocer el destino parece un deseo aplicable a todas las civilizaciones. Quizá porque de esa manera podemos encaminarnos hacia él con menos incertidumbre, o tomando las decisiones acertadas.

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