Los 4 divertidos juegos con los que los niños y sus perros se lo pasarán en grande

Tener una mascota en casa es una experiencia, por lo general, muy gratificante para toda la familia. Pero, si tienes hijos, un animal pueden ser su compañero de juegos perfecto. Y es que está demostrado que los niños tienen mascotas en casa son mucho más sociables y responsables que el resto.

De hecho, las mascotas pueden alejar a los niños de los teléfonos móviles, las consolas y la televisión para jugar con ellos de una forma más física y saludable. Lo ideal es que los niños empiecen a interactuar en solitario con un animal a partir de los 3 años, que es cuando empiezan a ser lo suficientemente maduros para conocer los peligros de tener mascota. Obviamente, nunca está de más que al principio estén controlados por los padres.

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El Confidencial

Si en casa tenéis un perro, alguno de los juegos que tus hijos pueden practicar con su amigo de cuatro patas pueden incluso afianzar su confianza, sobre todo si el perro es miedoso ya que puede despertar su lado aventurero. Uno de estos juegos consiste en hacerle oler una de sus golosinas y esconderla en una caja, sin que este le vea, para que la busque. El cachorro correrá y agarrará el tesoro. Después de varias, rondas, tus hijos pueden aumentar la dificultad con dos cajas, escondiendo el premio solo en una. Así hasta tantas cajas como quieran. Eso sí, si lo encuentra a la primera, el perro deberá recibir su regalo adicional como recompensa.

Una mini carrera de obstáculos

Atrápame si puedes es otro juego para niños y mascotas desentrenados. Dale a tu hijo un puñado de golosinas y haz que salga corriendo y diga el nombre de su mascota. Inevitablemente, el perro le va a seguir y, tan pronto, como se acerque al niño, este tiene que dejar caer al suelo una de sus golosinas y salir corriendo en una dirección diferente y gritar de nuevo su nombre. Es una forma divertida de que el perro aprenda a escuchar la voz del niño y este, que no suele darle de comer, se implique en su cuidado y alimentación.

Otra de las cosas que les encanta a los perros es el hielo, lo creas o no. Un perro se vuelve loco cuando ve un hielo rodar por el suelo. Por eso, deja unos cuantos cubitos por la planta de la cocina o por el jardín y dale a tu hijo una cuchara de mango largo o una espátula para que golpee los hielos como si fuera un disco de hockey, mientras su mascota salta y brinca en busca del cubito helado. Eso sí, ten cuidado con los charcos de agua y las posibles caídas.

Los juegos entre tus hijos y sus perros afianzarán su vínculo confianza mutua

Si bien la mayoría no estamos preparados para entrenar a un cachorro a nivel profesional, hay trucos, como caminar a través de un Hula-Hoop o gatear a través de un túnel plegable para niños que pueden ser una gran experiencia de unión entre los peques de la casa y sus mascotas. Una mini carrera de obstáculos casera de toda la vida… y quién sabe, quizás el perro de tus hijos se atreva a saltar a través de un aro como lo hacen en la televisión.