Un quesero arregla el reloj de la iglesia por 3 euros: les pedían 60.000

El reloj de la iglesia de Grimsby en Lincolnshire (Inglaterra) llevaba 12 años estropeado. Una mañana de 2010 se paró. A las 12:02 para ser más exactos. Desde entonces las campanas dejaron de dar la hora, como había sido costumbre durante más de 200 años en los que el reloj funcionó a la perfección.

La iglesia, construida en 1114, cuenta con una torre central de 90 metros de altura que se levantó mucho tiempo después, en el año 1365. Sin embargo, el reloj actual no se instaló hasta el siglo XVIII. La iglesia tocaba las campanas cada hora, marcando así las actividades del pueblo.

En los últimos tiempos era Jay Foley, un joven estudiante de 15 años, el encargado de marcar las horas del reloj en momentos puntuales gracias a su teléfono móvil. Para evitar esta molestia al joven, a principios de este año, Chris Daniel, el sacerdote de la parroquia, se propuso arreglar el reloj.

60.000 euros por la reparación

La sorpresa vino cuando pidió presupuesto a una empresa especializada en restauración (la misma que arregló el conocido Big Ben de Londres) y un experto se trasladó hasta el pueblo para tasar el precio de la reparación. El trabajador concluyó que había que poner unos andamios de 90 metros para inspeccionar las agujas de los 4 relojes y esa operación costaba la friolera de 60.000 euros. Obviamente, la iglesia no disponía de semejante suma de dinero, por lo que el párroco organizó una colecta para recaudar dinero.

Fue entonces cuando Rick Haywood, el quesero del pueblo y ayudante ocasional de Foley en el mantenimiento de las campanas se ofreció para intentar arreglar el reloj por su cuenta porque “más no se podía estropear”, según declaró al diario británico The Daily Star.

La reparación consistió en limpiar y engrasar el mecanismo y colocar el engranaje del reloj

Al iniciar la reparación, Haywood y Foley vieron que los engranajes que movían las horas, los minutos y los segundos se habían salido y que los mecanismos del reloj estaban muy sucios. De hecho, en su interior encontraron varias palomas muertas. Así que limpiaron todo, encajaron los engranajes y engrasaron todo con una lata de lubricante multiusos. De este modo, pusieron los 4 relojes en hora con un coste de 3,70 euros, el precio del bote de lubricante.