El llanto controlado: ¿la técnica que puede solucionar la vida de padres y bebés?

Tener un hijo es, posiblemente, la mayor alegría de la vida. Sin embargo, con el recién llegado se producen también muchos cambios en el día a día de los padres: todo comenzará a girar en torno al bebé y, sobre todo, tendrá una gran repercusión en lo referente al sueño. Se dormirá cuando se pueda y se soñará a menudo con que el pequeño no se despierte durante la noche.

Los padres que no tienen problemas con el mal sueño de su bebé pueden olvidarse de este artículo fácilmente. Pero para aquellos que sufren a diario porque el pequeño duerme poco y no les deja descansar, es posible que les alegre la existencia: se trata del llanto controlado, la técnica que puede llegar a cambiar la vida de padres y bebés.

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Partamos de la base de que cuando oímos llorar a un bebé se nos rompe el corazón, por lo que nuestra primera decisión es salir rápidamente en su busca. Pero los especialistas aseguran que en apenas una semana se pueden comenzar a ver los resultados, por lo que es una inversión que, a la larga, puede ser muy fructífera tanto para los padres como para los niños.

Qué es el llanto controlado

El doctor Richard Ferber propuso un método que lleva su nombre desde los años 80 y que consiste en enseñar a un bebé a conciliar el sueño por sí mismo. Se pone en práctica a partir de los seis meses, ya que antes los bebés se despiertan a menudo porque tienen hambre. Pero, a partir de ese sexto mes de vida, el llanto controlado está destinado a que el pequeño aprenda a calmarse solo.

Con esta técnica, el bebé recibe un mensaje de refuerzo de que debe dormirse por sí solo

Sí, parece duro y seguro que muchos padres no tardan más que unos segundos en acudir corriendo hasta la cama de su hijo en cuanto le escuchen llorar. Pero según los estudios que se han llevado a cabo, es un método seguro y sin efectos secundarios para el bebé. Por eso, el primer paso es dejar llorar al bebé unos minutos en solitario cuando reclama nuestra atención.

Pasado ese tiempo no hay que levantar al niño de la cama y abrazarlo, como posiblemente nos pida el cuerpo, sino tranquilizarle hablándole con cariño y suavidad. Después de unos minutos en los que hayamos conseguido estabilizar al bebé hay que abandonar la habitación hasta que se duerma él solo y no sucumbir a la tentación de volver a la cuna si rompe a llorar de nuevo.

Este método pide que cada día que pase se vaya dejando pasar un poco más de tiempo desde que el bebé comienza a llorar hasta que acudimos a su cuna a tranquilizarle. Ese intervalo cada vez mayor será fundamental para que, en un momento dado, el pequeño logre dormirse él solo sin necesidad de habernos levantado a tranquilizarle en ningún momento.

¿Cuánto tarda en funcionar el llanto controlado?

Los expertos de Mother and Baby señalan que, con este método, el bebé recibe un mensaje de refuerzo de que debe dormirse por sí solo. Hay discrepancias sobre si se debe o no acariciar al bebé cuando se acude a su dormitorio después de varios minutos de lloro, pero la conclusión a la que se ha llegado es que es algo que queda a decisión de los padres.

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Pero, ¿es seguro este método? Hay quien opina que podría provocar una sensación de abandono en los bebés, lo que podría derivar en problemas psicológicos en el futuro. Sin embargo, hay varios estudios que afirman lo contrario como uno publicado en 2020 en el Journal of Child Psychology and Psychiatry que demostró que esta técnica es segura y que no causaba daños en el tiempo al menor.

Eso sí, para llevarla a cabo es necesaria una completa conexión de la pareja, porque si uno de los dos padres no va a seguir las reglas del juego, el método nunca conseguirá su objetivo. Los expertos también señalan que es importante hacerlo siempre, pero si estamos enfermos o atravesamos una racha de estrés importante es mejor aplazar el comienzo del método hasta encontrarse bien físicamente.

No se puede poner en marcha este método antes de los seis meses de vida del bebé

Lo cierto es que cada niño es un mundo y lo que para uno puede durar apenas unos días, para otro puede extenderse varias semanas. Los estudios señalan que el método Ferber comienza a hacer efecto a partir de los 4 o 5 días, por lo que es una técnica que se puede intentar llevar a cabo durante ese tiempo y extenderla hasta las dos semanas. Si en ese espacio no ha surtido efecto, quizás sea mejor emplear otro tipo de estrategia.