Así es la vida del 'hombre más feliz del mundo': de crucero en crucero desde 1999

Mario Salcedo, un cubano afincado en Miami, es conocido por ser “el hombre más feliz del mundo” ¿El motivo? Lleva más de 20 años surcando los mares y no es marinero, ni capitán de barco. Simplemente, ha decidido alejarse de tierra firme y vivir en alta mar una vida distinta a la del resto de los mortales. Él vive de crucero en crucero.

Hace ya cuatro años que Lace Oppenheim, una periodista del New York Times le catapultó a la fama tras grabar un documental de Salcedo en el que narraba su vida a bordo del ‘Enchantment of the Seas’ uno de los cruceros de la compañía Royal Caribbean.

“La gente viene aquí para pasar unas vacaciones. Yo no, yo estoy aquí para vivir mi vida” explica Salcedo en la cinta documental. “Vivir la vida en un crucero es básicamente escapar de la realidad: sales del mundo que conoces y dices, no quiero ser parte de ese mundo nunca más. Quiero crear mi propio mundo, mi propia realidad” afirma orgulloso de la decisión que tomó hace más de dos décadas.

"Mi familia está aquí"

Súper Mario, como es conocido cariñosamente en los barcos en los que viaja, afirma que vivir así le evita tener los problemas que conlleva vivir en tierra. “No tengo hipoteca, no tengo que sacar la basura, no tengo que limpiar…”, confiesa Salcedo y añade que “ahora tengo todo el tiempo del mundo para hacer lo que quiero hacer”.

Después de trabajar toda la vida en el mundo de las finanzas, lo que le aportó un importante colchón financiero, y ver que su vida se reducía a trabajar y trabajar, en 1997 tomó la decisión desconectar del mundanal ruido y se embarcó en un crucero por primera vez en su vida. Tanto le gustó la experiencia que dos años después dejó toda para embarcarse en un viaje de no retorno.

“Si hubiera querido hacer una vida en tierra, la habría hecho. Si hubiese querido tener hijos y una familia, no estaría aquí”, dice a quien le cuestiona por haber dejado a sus amigos y familiares atrás para vivir solo, aunque no aislado ya que reconoce que su familia son los tripulantes de los diferentes cruceros en los que viaja, así como los turistas de todas las partes del mundo que conoce en cada uno de estos barcos. “Mi familia está aquí”, asegura orgulloso.

"No tengo hipoteca, no tengo que sacar la basura, no tengo que limpiar…”, confiesa Salcedo

Mario tiene claro que no volverá a tierra y que pasará sus últimos días en el mar. Mientras tanto, pasea por la cubierta de los cruceros, se relaja tomando su whisky favorito, disfruta de los espectáculos nocturnos y sigue atento lo que pasa en el mundo a través de la televisión e internet. Una visión de la realidad que le queda muy lejana.