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Por qué la gente le pone nombres cada vez más raros a sus hijos
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del colectivismo a la individualidad

Por qué la gente le pone nombres cada vez más raros a sus hijos

Marcan nuestra personalidad y nuestra vida, pero no los elegimos nosotros. Las tendencias cambian y son una muestra más de la evolución de las sociedades

Foto: Fuente: iStock.
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Tú eres tú, entre otras cosas, debido a tu nombre. Aunque parezca una tontería, esa parte tan importante de nosotros mismos nos marca profundamente y sella nuestra personalidad, cuando ni siquiera lo elegimos sino que lo hacen otros. El nombre nos acompaña toda una vida, y muchos estudios demuestran que está íntimamente relacionado con nuestra autoestima o la profesión que elegiremos en el futuro.

Pero los nombres van cambiando en función del tiempo y las modas. El lugar de pertenencia también tiene mucho que ver. Si naces en Cuba, por ejemplo, lo más probable es que te llames de una manera bastante curiosa. Este es un fenómeno bastante estudiado desde hace tiempo: hay Yulieski, Yumili o Yaraleidis, por poner algún ejemplo. La explicación más frecuente es que era una forma de ser diferentes y afirmar la propia autonomía en un país controlado por el Estado, pero nos sigue sorprendiendo y copando titulares.

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Ponerle nombre a un bebé es un proceso cargado de emociones, y no es difícil meter la pata. Que se lo digan a todas esas niñas que se llamaron Daenerys antes de que 'Juego de Tronos' terminase y la (alerta 'espoiler') supuesta heroína de la historia terminase siendo una genocida tiránica. Los padres se preocupan como es lógico por el impacto a largo plazo del nombre del niño, pero las tendencias cambian porque nosotros evolucionamos.

El nombre nos acompaña toda una vida, y muchos estudios demuestran que está íntimamente relacionado con nuestra autoestima o la profesión que elegiremos en el futuro

Las investigaciones muestran que en la actualidad los padres suelen preferir nombres únicos y diferentes, lo que refleja un cambio del colectivismo a sociedades más individualistas, y también brindan importantes pistas sobre lo que se espera de los hijos: que destaquen en lugar de encajar. En siglos anteriores, la conformidad del nombre que venía dado por la tradición era el impulso principal.

También en el pasado los nombres se basaban mucho en convenciones religiosas y ancestrales. Además de nombres bíblicos, los musulmanes en los países árabes y del sur de Asia exaltaron la religiosidad. Según un reciente artículo publicado en 'BBC', fueron las migraciones y el debilitamiento de los lazos culturales durante la Revolución Industrial lo que llevó a que muchos padres jóvenes dejaran de elegir nombres basados en las costumbres locales y más como formas de autoexpresión. Eran algo así como celebraciones de la libertad personal y la individualidad.

Ahora los padres eligen nombres raros porque no quieren que sus hijos encajen sino que destaquen

En países como Estados Unidos, el cambio de nombres tradicionales a algunos más peculiares fue produciéndose progresivamente entre los años 50 y 80. Los 'boomers' fueron los que marcaron un punto de inflexión: querían que sus hijos fueran diferentes, y eso empezaba desde su nacimiento. Incluso Japón, sociedad tradicional y colectivista durante siglos, está cambiando sus nombres. Según un estudio de 2021 que analizó 8000 nombres de bebés entre 2004 y 2018, la tasa de nombres únicos está aumentando, un indicador del aumento del individualismo. Algo que sucede también en China, país tradicionalmente homogéneo y colectivista, en el que se ha estudiado cómo la necesidad de singularidad ha llevado a cambiar las tendencias de nombres a otros 'diferentes'.

Y en Cuba, mencionado antes, inmediatamente después de la revolución del 59 se produjeron un notable aumento de Fideles, Raules y Ernestos en el país. Sin embargo, la locura no llegaría hasta los años 70, cuando la imaginación de los cubanos alcanzaría su máximo esplendor, un poco como lo que está sucediendo en Japón. La tendencia de poner nombres raros continuará, según los expertos, lo que implica que las sociedades cada vez tienden más hacia el individualismo. Algo que también vemos en algunos famosos que deciden poner a sus hijos nombres peculiares.

La tendencia de poner nombres raros continuará, según los expertos, lo que implica que las sociedades cada vez tienden más hacia el individualismo

Y es que es importante. Un trabajo reciente hecho en el Instituto de Psicología de Beijing cotejó los nombres de cientos de miles de personas que habían sido condenadas por delitos. Descubrieron, sorprendentemente, que las personas con nombres considerados menos populares o con connotaciones más negativas tenían más probabilidades de estar involucradas en crímenes. Y no solo eso, también descubrieron que aquellos con nombres más raros tenían más probabilidades de acabar cursando carreras más inusuales (como cine).

Por lo tanto, llamar a tu hijo Goku, Pepe o Usnavy es un acto casi simbólico y algo que debemos tomar muy en serio porque marcará su personalidad y toda su vida. Unos últimos apuntes: las personas con nombres considerados como pasados de moda tienen más probabilidades de ser rechazadas en sitios de citas, al contrario que aquellas con nombres más modernos, y aquellas a las que no les gusta su propio nombre suelen tener autoestima más baja, según dos estudios. Merece la pena no precipitarse y esperar a ver la cara del niño, para ver qué es lo que más le pega.

Tú eres tú, entre otras cosas, debido a tu nombre. Aunque parezca una tontería, esa parte tan importante de nosotros mismos nos marca profundamente y sella nuestra personalidad, cuando ni siquiera lo elegimos sino que lo hacen otros. El nombre nos acompaña toda una vida, y muchos estudios demuestran que está íntimamente relacionado con nuestra autoestima o la profesión que elegiremos en el futuro.

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