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En qué te debes fijar para saber si le estás cayendo bien a alguien, según la ciencia
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En qué te debes fijar para saber si le estás cayendo bien a alguien, según la ciencia

¿Qué entiendes por una buena conversación? ¿Por qué hay personas que te caen mejor que otras a pesar de que seáis diferentes y otras, siendo parecidas a ti, te caen mal?

Foto: Foto: iStock.
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Uno de los mayores misterios cotidianos es determinar qué es lo que hace que salte la chispa cuando dos personas se conocen. Podéis tener los mismos gustos, las mismas experiencias... pero siempre hay algo que decanta la balanza hacia el buen rollo y el bienestar recíproco o todo lo contrario: hacia las ganas de irte cuanto antes y no atender a segundas oportunidades.

Esto, que podríamos llamar 'feeling', resulta esencial para garantizar una buena conexión entre personas. Y desde hace años, los expertos en psicología social han estado buscando cuáles son las señales empíricas que determinan que surja; es decir, intentar llevar esa sensación puramente intersubjetiva al plano científico. Académicos como Emma Templeton, por ejemplo, quien lleva un tiempo investigando en el Laboratorio de Sistemas Sociales de Darmouth como doctora, las claves que aseguran que esa primera toma de contacto sea un éxito y las dos partes sientan ganas de volver a encontrarse.

"Aquellos diálogos en los que había tiempos de respuesta más rápidos se correlacionaban con una mayor conexión y disfrute por parte de ambos"

"Llegué a esto tras muchas conversaciones con personas de todo el mundo", declara en un artículo publicado en 'Discover Magazine'. "Cuando tengo un gran encuentro con alguien, pienso cómo ha podido ser posible durante semanas. Pero me di cuenta de que es realmente difícil anticipar o saber de antemano con quién va a resultar positivo y con quién no. Y siempre me he llevado una grata sorpresa".

Por ello, Templeton y su equipo intentaron establecer una serie de principios por el cual dos o más personas acaban conectando entre sí y teniendo ganas de encontrarse en el futuro. Los resultados de su investigación los publicaron en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' a comienzos de este mismo año. Así, para saber cómo se producía ese 'clic', tomaron un registro de 322 conversaciones entre extraños sin saber muy bien lo que estaban buscando.

Una cuestión de tiempo

Uno de los primeros factores que determina que la conversación está siendo productiva y positiva es precisamente que sea fluida, es decir, "aquellas en las que había tiempos de respuesta más rápidos se correlacionaban con mayores calificaciones de conexión y disfrute recíproco", resaltó Templeton. Esto quiere decir que el hecho de que los dos implicados cambiaran el turno de palabra con más frecuencia y más facilidad, pasando de un tema a otro sin tampoco tomarse demasiado tiempo para pensar, hacía su contacto más intenso y disfrutable.

"Si quieres percibir si estás conectando con alguien, debes atender a los silencios, tanto si son incómodos como si son demasiado largos"

De media, según una investigación de 'Frontiers of Psychology', la brecha de silencio que hay entre que una persona deja de hablar la siguiente elabora su respuesta es de menos de un cuarto de segundo. Una medida un tanto pequeña, teniendo en cuenta que en la mayoría de ellas el turno de palabra no puede respetarse o acabar solapándose entre sí. Thalia Wheatley, profesora de relaciones humanas y compañera de Templeton en Darmouth, cree que los diálogos intensos y fructíferos no se dirigen de ninguna forma, sino que surgen de pronto, como si ninguno de los sujetos implicados tuviera control sobre ellos. Aunque esto podría no entenderse bien, ya que en realidad sí que tienen control, pero un control común y colectivo de la conversación, no individual, que se da cuando ambos sienten la necesidad de intercambiar palabras en el menor tiempo posible.

Por ello, si quieres percibir si realmente estás conectando con alguien o los dos estáis perdiendo el tiempo, debes atender a los silencios, tanto si son incómodos como si son demasiado largos. Si son pequeños, cortos y se solapan, y evidentemente lo que os estáis contando tiene un carácter positivo, es posible que ambos estéis en el mismo punto dialéctico y, por lo tanto, involucrados en la conversación.

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Templeton y su equipo ampliaron el estudio teniendo en cuenta el factor del tiempo de respuesta. En otro experimento que realizaron también hallaron que este era determinante en amigos cercanos que a lo mejor hacía mucho que no se veían. Incluso, llegaron a grabar una conversación en la que existía un mayor intervalo de silencios y luego acortaron los segundos en los que ninguno hablaba para reproducírsela después a una serie de personas externas, preguntándolas si realmente creían que habían conectado entre sí. La respuesta fue unánime al acortar los tiempos.

Wheatley, por su parte, predice que estos estudios podrían tener una gran aplicación en el campo de la inteligencia artificial, diseñando robots conversacionalmente mucho más eficientes para que ayuden a las personas a resolver problemas o a sumar bienestar a aquellos afectados de males como la soledad. Esta es otra de las conclusiones del estudio: un menor tiempo de respuesta en las interacciones verbales con una IA podría hacer más eficientes los servicios que presta. "La gente anhela conexión social", concluye Templeton. "De forma ideal, podrían obtenerla con otro ser humano. Pero también probablemente haya un espacio para conectarse con robots".

Uno de los mayores misterios cotidianos es determinar qué es lo que hace que salte la chispa cuando dos personas se conocen. Podéis tener los mismos gustos, las mismas experiencias... pero siempre hay algo que decanta la balanza hacia el buen rollo y el bienestar recíproco o todo lo contrario: hacia las ganas de irte cuanto antes y no atender a segundas oportunidades.

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