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¿Por qué algunas hormigas huelen a chocolate o a queso azul?
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¿Por qué algunas hormigas huelen a chocolate o a queso azul?

De entre las más de 13.000 especies de estos insectos que hay, existen cuatro que tienen olores muy característicos: algunos deliciosos, otros no tanto

Foto: Foto: iStock.
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Todos los animales, sin excepción, desprenden cierto hedor. A diferencia de nosotros, ellos no sienten la necesidad de ducharse de vez en cuando para estar presentables socialmente o simplemente sentirse bien y a gusto. Tengan piel, pelo o plumas, todos los animales, al igual que nosotros si no se hubiera extendido la necesidad de higiene humana en el mundo, acaban oliendo mal con el paso del tiempo. Otra cosa es que al final acabes acostumbrándote a tu propia peste, como se suele decir que ocurre en caso de que dejes de lavarte durante semanas o meses.

Cuando pensamos en animales malolientes generalmente nos vienen a la cabeza mamíferos de gran tamaño, con mucho pelo y residentes en zonas húmedas o sucias. Pero, ¿qué ocurre con insectos diminutos como las hormigas? ¿Acaso tiene olor algo tan pequeño como uno de estos seres y podemos llegar a notarlo? Clint Penick, profesor de ecología y biología en la Universidad Estatal de Kennesaw, en Georgia, asegura que uno de los métodos científicos más óptimos para distinguir a las más de 13.000 especies de hormigas que hay en el mundo es, precisamente, por el olfato.

"Algunas pueden oler a una buena distancia si residen en una colonia lo suficientemente grande"

"El olor a veces me ayuda a reducir a qué grupo de hormigas podría provenir el insecto", asegura en un interesante artículo de la revista 'Live Science'. Evidentemente, no todas las especies de estos insectos son lo suficientemente olorosas como para que la nariz humana pueda detectar el olor. "Si encuentro una especie con la que estoy más o menos familiarizado, podría recogerla y aplastarla", señala, refiriéndose a que es precisamente cuando son estrujadas contra el asfalto cuando más se puede percibir su hedor. "Sin embargo, algunas pueden oler a una buena distancia si residen en una colonia lo suficientemente grande".

Limón, chocolate o mantequilla podrida

Pero entonces, ¿a qué huelen las hormigas? La verdad es que hay cuatro grupos que tienen al menos un olor muy característico, algunos más suaves, otros más intensos. Por ejemplo, las de la familia citronela (Acanthomyops), de tonos amarillos y con un olor semejante al del limón. "Se cree que el olor a citronela es algo que usan para defenderse o para resultar desagradables a los depredadores", explica el experto.

placeholder Como si estuvieran hechas de limón. (Antwiki)
Como si estuvieran hechas de limón. (Antwiki)

Otro ejemplo es el de las hormigas de mandíbula trampa (Odontomachus), las cuales huelen a algo a lo que muy pocos pueden resistirse: el chocolate. ¿Cómo? Según Penick, estos insectos depredadores producen una feromona de alarma en una glándula de su cabeza para avisar a otros miembros de la colonia de un peligro inminente, emitiendo un aroma parecido al chocolate. La pena es que solo puedes ser consciente de su olor si las aplastas (sería mucho mejor que desprendieran semejante olor vivas y así poder tener paisajes con fragancia de chocolate).

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A vinagre es a lo que huelen las hormigas carpinteras, las cuales desprenden ácido fórmico para defenderse de sus enemigos. De acuerdo al experto biólogo, pueden llegar a espantar a un oso si actúan cientos de ellas a la vez rociándole con este compuesto químico orgánico. Uno de los factores curiosos es que pocas personas pueden llegar a olerlo, depende de su genética.

Por último el cuarto y último grupo de hormigas olorosas es el que comporta el olor más intenso, a juzgar por la descripción que hicieron Penick y un colega suyo en una investigación publicada en la revista 'American Entomologist'. Si te gusta el queso azul, te encantaría espachurrar a unas cuantas de este tipo de hormigas. Las Tapinoma sésil les olieron en un primer momento a coco, luego, a mantequilla podrida. Tan característico les pareció el olor que decidieron someterlo a prueba con estos alimentos. Cuando compararon los compuestos químicos gaseosos que desprendían, llegaron a la conclusión de que no se trataba de estos alimentos, sino del queso azul.

Todos los animales, sin excepción, desprenden cierto hedor. A diferencia de nosotros, ellos no sienten la necesidad de ducharse de vez en cuando para estar presentables socialmente o simplemente sentirse bien y a gusto. Tengan piel, pelo o plumas, todos los animales, al igual que nosotros si no se hubiera extendido la necesidad de higiene humana en el mundo, acaban oliendo mal con el paso del tiempo. Otra cosa es que al final acabes acostumbrándote a tu propia peste, como se suele decir que ocurre en caso de que dejes de lavarte durante semanas o meses.

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