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De Jötunn a Nefilim: todas las civilizaciones que hablaron de gigantes
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De Jötunn a Nefilim: todas las civilizaciones que hablaron de gigantes

En la mitología griega luchaban contra los dioses por la supremacía del cosmos. En la nórdica estaban hechos de hielo y dotados de una fuerza sobrehumana

Foto: Ulises dando vino a Polifemo (Fuente: iStock)
Ulises dando vino a Polifemo (Fuente: iStock)

En otro momento, quizá dominaron el mundo, aunque hoy solo forman parte de las leyendas. Pero si hay algo en lo que todas las civilizaciones coinciden (una entre tantas cosas), es en sus historias sobre gigantes: seres de tamaño enorme que poblaron la Tierra y, quizá, desaparecieron por culpa de un cataclismo, la propia evolución o quizá la mano humana.

En la Mitología griega eran los 'nacidos de la tierra', conocidos por su agresividad que luchaban contra los dioses por la supremacía del cosmos, y algunos de ellos fueron derrotados y enterrados bajo los volcanes. En la Mitología nórdica los llamados 'jötunn' estaban hechos de hielo y dotados de una fuerza sobrehumana. Por supuesto no nos olvidamos del enfrentamiento entre David y Goliat, quizá el gigante más famoso de todos. Los Nefilim eran, según el Génesis, una legendaria raza de gigantes híbridos provenientes de la unión entre ángeles malvados y mujeres, que se extinguieron después del Diluvio Universal. Incluso nosotros tenemos gigantes (y cabezudos).

placeholder David y Goliat, el gigante más famoso.
David y Goliat, el gigante más famoso.

Los gigantes han quedado en la actualidad para historias sobre ataques a titanes y mundos como la Tierra Media, pasando por el entrañable Hagrid. Hace tan solo un siglo, formaban parte de los circos y llamaban la atención de las personas 'normales' por su excelsa altura. Ejemplo de ello fue Routh Goshen (o el Gigante palestino, como mejor se le conocía), que durante toda su vida fue anunciado como el hombre más alto del mundo, con unos impresionantes 2,41 metros y 280 kilos, aunque lo más probable es que estas medidas fueran un poco exageradas y el gigante en cuestión midiese unos 2,26 metros y pesara unos 180 kilos. Nada mal, de cualquier manera.

Los seres humanos observaron grandes monumentos construidos por sus antepasados y llegaron a la conclusión (como en el caso de Harlaa en Etiopía) de que tenían que haber sido creados por seres de enorme tamaño

Los gigantes siguen fascinando y formando parte del imaginario colectivo. Como sucede con los dragones, sorprende que tantas culturas diferentes y separadas hablen de ellos en sus historias. En Harlaa (Etiopía), hace unos años, los arqueólogos descubrieron una increíble ciudad que los locales aseguraban había sido construida por gigantes en el pasado. La razón era que los edificios y muros del asentamiento estaban construidos con enormes bloques de piedra que, consideraban, no podían haber levantado hombres comunes. Sin embargo, cuando los arqueólogos excavaron las tumbas, se toparon con huesos de seres humanos corrientes.

placeholder La serie japonesa 'Ataque a los titanes' sigue investigando el fascinante mundo de los gigantes como seres terribles y peligrosos.
La serie japonesa 'Ataque a los titanes' sigue investigando el fascinante mundo de los gigantes como seres terribles y peligrosos.

Los 'magufos' y algún que otro canal de televisión cuentan a veces historias sobre increíbles 'ooparts' encontrados en regiones de Estados Unidos que demostrarían la existencia de gigantes. No hay, sin embargo, verdaderas evidencias de que tales seres poblaran la tierra en el pasado, refiriéndonos a ellos como grupos de humanoides de gran tamaño y no personas aisladas que, por algún motivo, fueran más grandes. Pero, entonces, ¿por qué tantas civilizaciones hablan de estos seres?

El primer mito que se conoce sobre gigantes es sumerio y aparece en la Epopeya de Gilgamesh. Este era enorme, pero eso se percibía como algo positivo que realzaba su carácter de héroe y rey

Como suele suceder, el primer mito que se conoce sobre gigantes se atribuye a los sumerios, primera civilización de la historia, y aparece en la Epopeya de Gilgamesh. El héroe habría alcanzado (según se decía) una altura en codos equivalente a cinco metros, aunque eso no se percibía como algo negativo sino que servía para realzar su valor como rey y héroe. Saxo Grammaticus (que inspiró con su obra el 'Hamlet' de Shakespeare) argumentaba que tenían que haber existido porque ninguna otra cosa explicaría los grandes muros, monumentos de piedra y estatuas de tamaño colosal.

Es una explicación bastante plausible. Los seres humanos observaron grandes monumentos construidos por sus antepasados y llegaron a la conclusión, como en el caso de Harlaa en Etiopía, que tenían que haber sido creados por seres enormes. Por supuesto, en la mayoría de los casos de personas con un tamaño excesivamente grande (como el caso de Robert Wadlow, probablemente el hombre más grande del que se tiene constancia, según el Libro Guinness de los Récords) suelen ser resultado de enfermedades hormonales. Wadlow, por ejemplo, falleció con tan solo 22 años y llegó a medir 2,72 metros.

placeholder Robert Wadlow, el hombre más grande del mundo.
Robert Wadlow, el hombre más grande del mundo.

Un artículo publicado en 'Discover Magazine' intenta ahondar acerca de sí, más allá de la mitología, pudieron existir seres humanos anteriores al Homo sapiens que fueran de mayor tamaño que nosotros. Por lo que sabemos hasta ahora, los neandertales eran bastante más pequeños, y solamente para encontrar gigantes tendríamos que remontarnos más en el tiempo, a nuestros ancestros primates en concreto: el Gihantophitecus blacki, extinguido, fue la especie de simio más grande que jamás haya existido y vivió en los bosques tropicales de lo que hoy es el sur de China. Al inicio de la última glaciación del Pleistoceno se extinguió, probablemente porque con el cambio de clima su tamaño acabó siendo una desventaja.

El Gihantophitecus blacki, extinguido, fue la especie de simio más grande que jamás haya existido y vivió en los bosques tropicales de lo que hoy es el sur de China

Pero, a pesar de todo, quizá por la fascinación que sugiere el pensar en una civilización anterior al propio ser humano, con otro tipo de seres similares a nosotros aunque no iguales, algunos arqueólogos continúan planteándose esa pregunta. La gran cuestión viene dada por cuánto tiempo podría perdurar el rastro de una civilización para que la siguiente pudiera encontrar pruebas de que estuvo. Según explica el profesor de astrofísica Adam Frank, en 'The Atlantic': "Hay una posibilidad especulativa de que algunos planetas podrían tener ciclos de construcción y colapso de la civilización impulsados ​​por combustibles fósiles. Si una civilización utiliza combustibles fósiles, el cambio climático que desencadenan puede conducir a una gran disminución de los niveles de oxígeno en los océanos. Estos bajos niveles de oxígeno (llamados anoxia oceánica) ayudan a desencadenar las condiciones necesarias para producir combustibles fósiles como el petróleo y el carbón en primer lugar. De esta manera, una civilización y su desaparición podrían sembrar la semilla de nuevas civilizaciones en el futuro".

Si hay algo en lo que casi todas las civilizaciones coinciden, a su vez, es en esa idea de que el mundo en el que viven no es el primero. Siempre hubo un mundo anterior y diferente, el principio de las cosas, donde hubo cabida para que dioses, gigantes y otras razas increíbles lucharan por el dominio de la tierra. Quizá un conjunto de creencias equívocas y descubrimiento huesos extraños (como en el caso de los dragones y los dinosaurios) fueron los que llevaron a la creación de fantásticas leyendas sobre seres que poblaron el mundo antes que nosotros. Aunque no sería la primera vez que una historia, en apariencia inventada, acaba descubriéndose que tiene un trasfondo de verdad.

¿Cuánto tiempo podría perdurar el rastro de una civilización para que la siguiente pudiera encontrar pruebas de que estuvo en el mundo?

Un ejemplo de ello es el caso de Heinrich Schliemann, que, pese a que para algunos fue más un viajero que un arqueólogo al uso, tiene el honor de haber descubierto Troya. Nunca dudó de que la historia de Homero fuera cierta, y viajó por Turquía en búsqueda de Troya, basándose para ello en la Ilíada. Y descubrió lo que todo el mundo creía que era un mito. Estaba absolutamente convencido de que toda la Guerra, con Paris, Helena y el caballo, se trataba de algo cierto.

placeholder Captura de pantalla de 'Dirty paws' del grupo islandés 'Of monsters and men'.
Captura de pantalla de 'Dirty paws' del grupo islandés 'Of monsters and men'.

Así pues, hay pocas pruebas de que los gigantes realmente poblaran el mundo y muchas certezas de que la imaginación del ser humano creó a estos seres. Sociológicamente hablando, también dicen mucho de nosotros: seres como los humanos, pero de tamaño mucho mayor, que pueblan nuestras pesadillas y son nuestros enemigos naturales. Por suerte, somos nosotros los que finalmente salimos victoriosos, como demuestra que somos ahora los reyes de la creación.

Y quizá casi mejor, pues ponerse en la piel de los gigantes tampoco parece difícil y da cierta lástima. Ya lo hizo George R.R. Martin en 'Canción de hielo y fuego', con una emotiva canción que hace referencia al último de estos seres que caminó por el mundo, cuando todos sus compañeros ya habían sido extinguidos a manos de los hombres. "Soy el último de los gigantes / mi gente ha desaparecido de la Tierra/ el último de los grandes gigantes de las montañas/ que reinaban sobre el mundo antes de mi nacimiento". Mejor no tener su desaparición en nuestra conciencia.

En otro momento, quizá dominaron el mundo, aunque hoy solo forman parte de las leyendas. Pero si hay algo en lo que todas las civilizaciones coinciden (una entre tantas cosas), es en sus historias sobre gigantes: seres de tamaño enorme que poblaron la Tierra y, quizá, desaparecieron por culpa de un cataclismo, la propia evolución o quizá la mano humana.

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