¿Te estás quedando calvo? Una de las causas puede estar en la ducha

La pérdida progresiva del cabello es un tema de preocupación para muchos hombres que avanzan hacia la mediana edad. Incluso, también entre los jóvenes, pues factores como la genética parecen ser determinantes a cualquier edad. A nadie le gusta perder el pelo, sin duda un signo de vitalidad, aunque igualmente es cierto que hay hombres muy atractivos a pesar de su 'bola de billar'.

Sabemos que la genética influye mucho a la hora de saber cuándo más o menos empezarás a verte más calvo frente al espejo. Si la mayor parte de tus familiares más directos lo son, es mucho más que probable que vayas a tener un problema. Al margen de la genética, hay actitudes y estilos de vida que influyen en la pérdida capilar, como una mala dieta o sufrir de altos niveles de estrés. Ahora, un estudio reciente, añade un factor más, en este caso relacionado con la forma en la que te duchas.

"El agua caliente abre la capa de cutícula del cabello, causando una pérdida de humedad y fragilidad considerable"

Un nuevo estudio de la 'American Academy of Dermatology Association' ha advertido de los peligros de lavarse el pelo con agua demasiado caliente, entre ellos, la posibilidad de perder más cien mechones de pelo al día, el máximo de lo que se considera normal. "El agua caliente puede dañar las proteínas de queratina del cabello y eliminar los aceites naturales del cuero cabelludo, lo que hará que el cabello se sienta como muy seco y débil, haciendo más probable que se rompa", ha asegurado Mark Townsend, uno de los peluqueros más afamados de Estados Unidos, en 'Best Life'.

Templada, que no ardiente

"El agua caliente abre la capa de cutícula del cabello, causando una pérdida de humedad y fragilidad considerable", aseveró el especialista comentando los datos del estudio. Es por ello por lo que entre otros factores como la nutrición, el estrés o la genética, habría que sumarle también la temperatura a la que está el agua cada vez que te lavas el pelo.

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Evidentemente, ¿a quién no le va a apetecer una ducha de agua caliente después de un duro día de trabajo? Sobre todo en épocas invernales, donde el frío de la calle se mete en los huesos y solo es posible calmarlo con una relajante y reparadora ducha de agua tibia. Por ello, tampoco hay que sufrir innecesariamente, pero eso sí, controla bien la temperatura y no te pases. "El agua templada es ideal para lavar el cabello porque es agradable y no está lo suficientemente caliente como para derretir los aceites naturales del cuero cabelludo o la piel, lo que produciría que estos dos órganos quedaran más resecos", explica Townsend.

El truco está, sobre todo, a la hora de quitarse el jabón. "Al enjuagar el pelo, es mejor usar agua más fría porque eso ayuda a sellar la capa de cutícula del cabello, manteniendo sus condiciones húmedas para evitar que así se rompa", sentencia el experto.

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Otro de los factores que pueden dañar a la salud de tu cabello es el secador. Cuando tu pelo se encuentra bien mojado, "las cutículas se hinchan con el agua y se debilitan, por lo que son más propensas a romperse", asegura Dominic Burg por su parte, biólogo capilar. "Secarlo o rizarlo también puede ser un problema. Usar algo caliente para peinar y secar el pelo mojado después de la ducha puede provocar daños y roturas, que este secado instantáneo hierve los residuos de agua dentro del cabello".

En general, cualquier peinado que te hagas con un exceso de calor, ya sea secándolo o alisándolo con planchas, puede contribuir a la caída del cabello. Por ello, si de verdad te preocupa, lo mejor es que lo dejes secar al aire libre o utilizar una toalla para quitar parte de humedad antes de emplear el secador. Sobre todo, Townsend recomienda bajar la temperatura del secador para prevenir más daños o sequedad.