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¿Un ataque de ansiedad podría llegar a provocar la muerte? Una experta lo aclara
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¿Un ataque de ansiedad podría llegar a provocar la muerte? Una experta lo aclara

Es posible que en una crisis aparezca el presentimiento o el temor de fallecer de inmediato. Sin embargo, esto nunca ocurrirá a no ser que tengamos una predisposición médica previa

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Aquellas personas que sufren trastornos de ansiedad es posible que más de una vez, en mitad de una crisis, sientan que pueden llegar a morir. No es nada raro, pues en estos fuertes episodios los pensamientos negativos se acumulan y alternan, sumados a una intensa preocupación por perder la cabeza o, incluso, presentir que los agudos nervios pueden llegar a producir un paro cardíaco. Al fin y al cabo, la ansiedad podría resumirse de manera somera y un poco simple en tener miedo al miedo, con constantes presentimientos de que algo muy malo va a pasar. Aunque no haya una amenaza directa, el cuerpo y la cabeza se autoengañan, corriendo el riesgo de caer en una profecía autocumplida.

Palpitaciones en el pecho, hiperventilación, sensación de ahogo o dificultad para respirar son algunos de los síntomas que pueden aparecer en una de estas crisis y que pueden llevar al paciente a verse en lo alto de un precipicio, a punto de caer. Sin embargo, esto no es posible, pues no se contempla como causa directa de una muerte súbita, sino que debe haber una predisposición a tener una enfermedad coronaria o un problema cardiovascular.

"Al interpretar la realidad de lo que nos sucede corremos el riesgo de sentirnos de una manera muy inadecuada, lo que generará a su vez un comportamiento negativo, perdiendo el control"

Así lo reconoce Vanessa Fernández, doctora en psicología y profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quien en una consulta a este periódico niega que alguien aquejado de ansiedad corra el riesgo de perder la vida a no ser que tenga algún antecedente médico previo detectado y relacionado, sobre todo, con problemas cardiovasculares. "Al aumentar tus niveles de activación puedes creer que vas a morir de manera súbita", explica. "Pero este aumento de tus niveles de activación también se puede producir por una sorpresa agradable o un susto. El presentimiento de muerte es uno de los miedos más frecuentes en este tipo de personas afectadas de ansiedad, aunque esto solo sucedería si hay una predisposición médica, pues nadie se muere por una crisis de ansiedad".

¿Por qué sucede?

Cuando atraviesas una crisis de ansiedad, el sistema límbico activa el parasimpático, por lo que la respuesta del cuerpo será de lucha o huida, lo que aumenta a su vez la segregación de hormonas del estrés como la adrenalina o el cortisol. Normalmente, este estado solo dura unos minutos, pero si se repite en el tiempo o se suceden varias crisis seguidas ya no habría que hablar de un mero trastorno de ansiedad, sino de pánico. "A diferencia de los hipocondríacos, quienes sufren al pensar que van a morir por una enfermedad crónica o desgastante, los pacientes con trastornos de pánico suelen obsesionarse con que van a morir de repente, pues tiene que ver con una pérdida de control físico o mental, con el miedo persistente de volverse loco", asevera Fernández.

Foto: Marta, Carmen y Lidia (izq. a der.) sufren ansiedad desde hace años. (M. Z.)

La psicóloga ve una relación muy estrecha entre lo que pensamos a cada instante y lo que vivimos. "Hay un dicho en psicología que dice 'ten mucho cuidado con lo que piensas porque de tanto repetirlo puedes convertirlo en un acto, y ten mucho cuidado con los actos porque puedes convertirlos en un hábito si los repites'", señala. De ahí el vínculo entre nuestros pensamientos que pueden movernos a realizar determinadas cosas y, a su vez, el peligro de acabar repitiendo de manera enfermiza esos hechos que en primer lugar venían desencadenados por una emoción negativa.

"Al interpretar la realidad de lo que nos sucede, corremos el riesgo de sentirnos de una manera concreta muy inadecuada, lo que generará a su vez un comportamiento negativo, perdiendo el control de nuestras acciones", sostiene Fernández. "Las profecías autocumplidas no tienen que ver tanto con que aparezca de repente una idea mágica y esta se cumpla, sino que poco a poco vamos dando pasos en una dirección que acaban dirigiendo nuestra vida a un punto determinado". También puede darse una respuesta de huida, "para evitar que nuestros malos presentimientos se hagan reales".

La ansiedad por sí misma no nos puede matar, sino la suma de malas conductas que desarrollamos para contrarrestarla

Evidentemente, la salud física y mental están muy correlacionadas. Así lo reconocen diversos estudios que ven una clara asociación entre padecer enfermedades coronarias y trastornos de ansiedad. Una cosa conduce a la otra y viceversa, ya que la respuesta a muchas de estas crisis ansiosas generalmente, y como explicaba Fernández, acaban derivando en comportamientos negativos para la salud que, en caso de cronificarse, pueden volverse compulsivos. ¿Quién no ha sentido la tentación de encenderse un 'pitillo' cuando está nervioso o atracar la nevera? Estas actitudes nocivas en las que corremos el riesgo de perder el control acaban produciendo cambios muy negativos en nuestra salud física y mental, conduciendo a problemas cardíacos o de diversa índole, pero no es la ansiedad por sí misma la que nos puede matar, sino la suma de malas conductas que desarrollamos para contrarrestarla.

Qué hacer

¿Qué puedes hacer en caso de tener el pensamiento recurrente de que puedes morir mientras sufres un ataque de ansiedad? Evidentemente, acudir a un psicólogo especialista y recibir atención psicológica, pues se trata de un síntoma grave dentro de la patología ansiosa. "El tratamiento más eficaz para la ansiedad es el cognitivo-conductual en el que se enseña al paciente a gestionar su ansiedad y a ayudarle a exponerse a situaciones potencialmente fóbicas que tiende a evitar por temor a sufrir una crisis de ansiedad", concluye Fernández.

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"Para ello, trabajamos con técnicas de relajación y de gestión del pensamiento para evitar esas anticipaciones catastróficas o el hecho de que sus síntomas se magnifiquen", expresa. "Y, de manera progresiva y estructurada, le enseñamos a exponerse a tales situaciones temidas. En algunos casos debe ser aplicado por un psicoterapeuta especialista en intervenciones contra la ansiedad, y puede que necesite ser complementada con tratamiento farmacológico".

Aquellas personas que sufren trastornos de ansiedad es posible que más de una vez, en mitad de una crisis, sientan que pueden llegar a morir. No es nada raro, pues en estos fuertes episodios los pensamientos negativos se acumulan y alternan, sumados a una intensa preocupación por perder la cabeza o, incluso, presentir que los agudos nervios pueden llegar a producir un paro cardíaco. Al fin y al cabo, la ansiedad podría resumirse de manera somera y un poco simple en tener miedo al miedo, con constantes presentimientos de que algo muy malo va a pasar. Aunque no haya una amenaza directa, el cuerpo y la cabeza se autoengañan, corriendo el riesgo de caer en una profecía autocumplida.

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