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La piel seca y el invierno: cómo lidiar con esta afección en plena ola de frío
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La piel seca y el invierno: cómo lidiar con esta afección en plena ola de frío

Esta estación es muy sufrida para los aquejados de brotes de dermatitis y demás enfermedades cutáneas. ¿Cómo conseguir que la piel se resienta lo menos posible?

Foto: Foto: iStock.
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En verano, lo normal es no dejar de sudar. Sentimos el cuerpo más pegajoso, nos cuesta mucho más hacer cualquier esfuerzo físico y nuestras fuerzas se resienten. Luego, llega el otoño y sus aires más frescos nos alivian, proporcionando una sensación refrescante en nuestra piel y organismo. Pero en apenas unas semanas que pasan volando, el invierno se presenta con sus olas de frío y, de la noche a la mañana, empezamos a notar las extremidades más frías de lo normal y, sobre todo, mucho más secas.

Aunque muchas personas estás predispuestas a sufrir de piel seca o episodios de dermatitis, ya sea por genética o por factores externos, en general todos notamos que nuestra piel se vuelve más áspera e irritada con la llegada del frío. "En invierno, la humedad ambiental suele ser baja", asegura Alejandra Estemalik, dermatóloga estadounidense, en un artículo de 'Life Hacker'. "Pero también estamos expuestos a ambientes como el de la calefacción en interiores, lo que terminará haciendo que la humedad disminuya en estos espacios y, con ello, que la piel se reseque con más facilidad".

"El agua caliente de la ducha seca los aceites naturales que hay en la piel, por lo que cuanto más caliente esté, más seca quedará"

Uno de los factores que hacen que la piel se reseque más de lo normal es el hecho de no recibir tanta luz solar, la cual contiene vitamina D, un antiinflamatorio natural. Por ello, aquellos que están aquejados de eccemas o dermatitis, pueden experimentar más brotes de lo normal debido a esto. Por fortuna, siempre existen acciones o terapias para revertir estos efectos. A continuación veremos algunos de ellos sugeridos por Estemalik.

No pases tanto tiempo en la ducha

Muchas personas se bañan más de lo necesario y el invierno es una temporada para dejarlo de hacer tan asiduamente, ya que no sudamos tanto o tenemos menos calor. "El exceso de lavado podría resecar tu piel", asegura la experta. "El agua caliente seca los aceites naturales que hay en ella, por lo que cuanto más caliente esté, más seca quedará tu dermis". Estemalik aconseja que la ducha debe ser cada dos días y no más de diez minutos cada una.

Hidrata la piel nada más salir de la ducha

En este sentido, no debes esperar a que tu piel se seque para aplicar algún tipo de crema hidratante. "La función de la mayoría de los humectantes es atrapar la humedad en la piel", asegura la dermatóloga. "Cuando aplicas algún tipo de sustancia humectante sobre una piel ya seca no atrapará los rastros de humedad que dejó el agua. Si te echas crema sobre piel húmeda obtendrás un mejor resultado".

Opta por cremas, no por lociones

Aunque las lociones son menos densas y por ello más fáciles de aplicar, Estemalik sugiere que pueden estar llenas de alcohol y con ello perfume, lo que resecaría aún más la piel. En su lugar apuesta por las cremas, específicamente aquellas que contienen ácido hialurónico o ceramida. Fíjate en la etiqueta de los productos que usas para saber si contienen estos compuestos.

No te eches colonia

Como decíamos, los perfumes contienen alcohol, un potente deshidratante que reseca la piel. La experta recomienda utilizar productos naturales sin perfume para limitar la exposición de la piel a irritantes potenciales.

Usa humidificadores para el ambiente

Lo ideal, según Estemalik, es que la humedad en el interior de tu hogar esté entre el 30 y el 50%. Si no es así, es posible que tengas que usar un humidificador en la habitación en la que pasas la mayor parte del tiempo para contrarrestar este bajo porcentaje.

En verano, lo normal es no dejar de sudar. Sentimos el cuerpo más pegajoso, nos cuesta mucho más hacer cualquier esfuerzo físico y nuestras fuerzas se resienten. Luego, llega el otoño y sus aires más frescos nos alivian, proporcionando una sensación refrescante en nuestra piel y organismo. Pero en apenas unas semanas que pasan volando, el invierno se presenta con sus olas de frío y, de la noche a la mañana, empezamos a notar las extremidades más frías de lo normal y, sobre todo, mucho más secas.

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