El carísimo alquiler de un apartamento en el que la cama está pegada al fregadero

Para qué nos vamos a engañar, alquilar una casa en Londres es caro, muy caro. La opción de encontrar la casa perfecta, en un barrio bonito y seguro por un buen precio es prácticamente inexistente. Además, el tamaño, el número de habitaciones, el estado de la vivienda o la proximidad a una parada de metro influye mucho en el precio.

Pues bien, si estás pensando en mudarte a Londres, no descartes encontrarte un anuncio de alquiler como este de 'The Space Let'. trata de un diminuto apartamento, tan pequeño que la cama casi está pegada al fregadero. Eso sí, el espacio está “dentro de una gran casa victoriana entre las estaciones de West Kensington y Baron’s Court”, una de las zonas más elegantes de la capital británica, segün se informa en el diario británico The Mirror.

El apartamento está “totalmente amueblado” y cuenta con un elegante “suelo de madera y cocina propia”. Como se puede ver en las imágenes del anuncio, la cocina es un escaso rincón en el que se apiña un fregadero, un frigorífico/congelador, un microondas y la placa para cocinar junto a un pequeño mueble de dos hojas colgado en la pared.

El baño es compartido

Lo curioso es que en esa misma estancia los propietarios también se las han ingeniado para colocar un armario, una cómoda, una mesa y una silla… y hasta una cama individual. Todo un despropósito habitacional por el que además exigen a los futuros inquilinos que deben permanecer en el apartamento, al menos, durante seis meses.

Pero aquí no acaba todo, ya que el baño “con ducha, WC y lavabo” es compartido con otros inquilinos de la casa. La sorpresa final viene cuando ves el precio del alquiler mensual de la vivienda: 390 libras esterlinas (algo así como 466 € al cambio).

El diminuto espacio cuenta con "cocina propia", armario, cómoda, mesa, silla y cama individual

“Buscando apartamentos al azar en la web de Zoopla me encontré con esto. La vivienda en Londres es una broma”, se queja un usuario, mientras que otro añade indignado que “apenas se puede caminar por allí”. Otra finalmente se pregunta "¿quién quiere vivir así?".