Es noticia
¿Podría la humanidad quedarse sin ideas? La respuesta está en el lenguaje
  1. Alma, Corazón, Vida
Esto es un no parar

¿Podría la humanidad quedarse sin ideas? La respuesta está en el lenguaje

Insignificantes o significativas, el mundo actual se sirve de ellas a un ritmo frenético, la idea como un producto, e idear como una tarea mecánica, un impulso obligado que se vende a cualquier precio

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

La humanidad lleva toda su vida generando ideas. Lo hacemos constantemente, tanto que podría decirse que vivir es, en realidad, una idea en sí misma. Incluso durmiendo, el cerebro humano gestiona ideas que resultan en sueños o pesadillas. Después, te levantas y ahí están las ideas, de nuevo, agitando tu incertidumbre. Insignificantes o significativas, el mundo actual se sirve de ellas a un ritmo frenético, la idea como un producto, e idear como una tarea mecánica, un impulso obligado, constante, que se vende a cualquier precio. La velocidad a la que se ve sometida bien podría volverse en su contra y, entonces, ¿podría la humanidad quedarse sin ideas?

Una idea es, según su significado establecido, un pensamiento u opinión completamente formada, lo que significa que incluso las ideas cotidianas, en aquello que piensas cuando vas a ordenar tu armario, o qué ropa vas a ponerte, o cómo cocinarás tu cena cuentan como ideas.

Foto: Fuente: iStock

David O'Hara, profesor de filosofía y presidente del Departamento de Religión, Filosofía y Clásicos de la Universidad de Augustana en Sioux Falls, Dakota del Sur, ha explicado a la periodista Paula Schaap a través de 'Live Sciene' qué considera al respecto. ¿Se acabarán las ideas? Su respuesta es clara: No.

Entre el universo y el 'Go'

Ya sean ideas cotidianas o grandes ideas como inventos que se popularizan, idear no dejará de formar parte de discurrir de las personas. Eso sí, según el planteamiento de O’Hara, el "no" podría tornarse en un tal vez, ya que dependerá de lo creativas que sean las personas en el futuro.

Parece un planteamiento sencillo, pero es precisamente lo que parecen algunas ideas complejas. Para llegar a él, este profesor comparó la cantidad de átomos en el universo, calculada en aproximadamente 10 ^ 82, con la cantidad de formas posibles en que se basa el juego de 'Go' (un juego chino jugado en una cuadrícula de 19X19).

placeholder Fuente: iStock
Fuente: iStock

¿Qué tiene que ver este juego con el universo y el universo con la creatividad? Otra pregunta basada en simples ideas complejas. Para empezar, y por supuesto teniendo ya en cuenta que se trata de un invento y, por tanto, una idea, y quién sabe si las personas somos esto mismo para el universo, un juego de Go tiene una posible combinación de 2X10 ^ 172, esto quiere decir que es mucho más vasto que todos los átomos del universo.

No tendremos tiempo

Así pues, no tiene pinta de que vayamos a resolverlas todas. "Si hablamos de ideas como arreglos de cosas que pueden entenderse, no creo que tengamos tiempo para quedarnos sin ellas", apunta O'Hara.

"De la misma manera, aunque nuestro cerebro tiene un número finito de células cerebrales y conexiones entre ellas, hay un número casi infinito de formas de activarlas para generar pensamientos fugaces que podrían constituir ideas", explica Schaap.

placeholder Fuente: iStock
Fuente: iStock

Por su parte, Robert Reinhart, profesor de ciencias psicológicas y cerebrales en la Universidad de Boston y director del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva y Clínica de la universidad, añade el lenguaje como aliado de la creatividad: "Hay una serie finita de elementos (por ejemplo, letras en el alfabeto) y de este conjunto finito de elementos podemos generar una clase de objetos de tamaño tan astronómicamente grande que es 'infinita' para todos los efectos", sostiene.

"Los sistemas educativos resultan contraproducentes para la creatividad si refuerzan el pensamiento superficial"

Sin embargo, esto no significa que las ideas no estén en peligro. Las investigaciones en torno a esta capacidad humana muestran que los sistemas educativos modernos "tienden a dañar fuertemente la creatividad" cuando dan prioridad a recompensas en forma de calificaciones, porque socavan el interés de niños y niñas, que conforman su imaginario desde esa limitación.

Por lo tanto, dichos sistemas resultan "contraproducentes para el aprendizaje" mientras refuerzan el pensamiento superficial, "llevan a las personas a evitar tareas desafiantes y tienden a reducir la exploración y la asunción de riesgos intelectuales", recuerda Reinhart.

La humanidad lleva toda su vida generando ideas. Lo hacemos constantemente, tanto que podría decirse que vivir es, en realidad, una idea en sí misma. Incluso durmiendo, el cerebro humano gestiona ideas que resultan en sueños o pesadillas. Después, te levantas y ahí están las ideas, de nuevo, agitando tu incertidumbre. Insignificantes o significativas, el mundo actual se sirve de ellas a un ritmo frenético, la idea como un producto, e idear como una tarea mecánica, un impulso obligado, constante, que se vende a cualquier precio. La velocidad a la que se ve sometida bien podría volverse en su contra y, entonces, ¿podría la humanidad quedarse sin ideas?

Social Ciencia
El redactor recomienda