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Cuidado: estas actividades cotidianas pueden dañar tu cerebro
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Cuidado: estas actividades cotidianas pueden dañar tu cerebro

¿Pasas mucho tiempo sentado? ¿Vas de un lado a otro escuchando música a un volumen lo suficientemente alto como para sentirte dentro de un videoclip? ¿Duermes pocas horas? Si es así, tu cerebro te está pidiendo socorro

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El día a día nos presenta una multitud de situaciones que dañan nuestro cerebro sin que nos demos cuenta. Hábitos, rutinas, actividades que solemos llevar a cabo y que, sin embargo, no deberíamos (o no al menos con tanta frecuencia). ¿Pasas mucho tiempo sentado? ¿Vas de un lado a otro escuchando música en tus auriculares a un volumen lo suficientemente alto como para sentirte dentro de un videoclip? ¿Duermes pocas horas durante la noche? Si es así, tu cerebro te está pidiendo socorro.

La colaboradora de 'Medium' Sinem Günel ha escrito sobre ello y no solo reúne estas y otras tareas cotidianas que nos dañan, sino que también ofrece soluciones para gestionarlas de la mejor forma posible para dejar en paz al cerebro.

Haz algo para dejar de hacer nada

La primera actividad que daña tu cerebro y que tal vez hagas constantemente es justo lo contrario, es decir, no hacer nada. Como explica Günel, "tu cerebro está diseñado para pensar. Los pensamientos desafiantes, las nuevas habilidades, los diferentes idiomas, las conversaciones interesantes, la lectura, las nuevas experiencias o incluso los acertijos y crucigramas pueden ayudar a estimularlo y desarrollar la neuroplasticidad, esto es la capacidad del cerebro para adaptarse".

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Si has podido disfrutar de unas vacaciones navideñas, quizás las hayas empleado en esta difícil tarea de tirarse en el sofá. No pasa nada. Cuando hablamos del daño que esto provoca nos referimos a tenerlo como rutina. Por supuesto que puedes entregarte a la contemplación durante unos días.

Según la autora, el mejor remedio para evitar caer en el círculo vicioso de la parsimonia es activar el cerebro con ejercicios cerebrales, así lo demuestran numerosas investigaciones. Algo tan simple como leer o comenzar un curso de lo que sea tiene un efecto muy positivo en nuestras capacidades cognitivas.

¿Horas delante de una pantalla?

El teléfono, ese que tienes ahora mismo en la mano, también está estropeando tu capacidad cerebral. Los dispositivos electrónicos están diseñados para que permanezcamos pegados a la pantalla. Cada vez que abres una aplicación, esta se esfuerza todo lo posible para que pases el mayor tiempo dentro, hagas lo que hagas. Sin embargo, como apunta la autora, "lo que es bueno para los gigantes de las redes sociales como Facebook es mortal para la salud de tu cerebro".

Seguro que más de una vez has notado dolor, sequedad y cansancio en los ojos, una sensación que suele ir acompañada de enrojecimiento. Entonces, sabes debes parar y tomar un descanso. "El problema es que muchas veces ni siquiera somos conscientes de estos signos obvios", señala.

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Apartar la vista cuando esta ha llegado a su límite de esfuerzo no es que sea vivir al límite en modo metafórico, es que lo es de verdad. Existe "un vínculo directo entre el tiempo frente a la pantalla y la depresión", por ejemplo, como añade esta experta, apoyando sus palabras en estudios científicos. Y no es de extrañar, añade, "porque la mayor parte del contenido que consumimos en línea es negativo y perjudica nuestro bienestar".

Como sostiene, no es necesario evitar a toca costa las redes sociales o la tecnología. Se trata solo de establecer unos límites sanos y asegurarse de controlar este tipo de consumo. De hecho, como recuerda Günel, la mayoría de los teléfonos inteligentes en la actualidad ya permiten realizar un seguimiento del tiempo que la persona pasa mirando la pantalla, o hay aplicaciones de descarga que lo calculan, una buena forma de empezar a desarrollar la consciencia del autocuidado.

El poder del ejercicio

Con no hacer nada también nos referimos a quedarse sentado durante todo el día, todos los días. Claro que no se trata de hacer ejercicio como loco y entrenar como si te esperara la gran maratón. Lo importante es ejercitarse, por ejemplo levantándonos unos minutos, haciendo caminatas cortas y poniéndonos de pie estirándonos cuando pasamos mucho tiempo sentados.

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"A veces, agregar más actividad diaria a tu vida puede consistir en engañarte a ti mismo. Por ejemplo, puedes configurar una alarma en tu teléfono que te recuerde que debes levantarte y caminar cada 30 a 50 minutos", dice esta experta. Hay muchas formas de dar muchos y pequeños paseos durante el día, como aparcar un poco más lejos de lo que lo haría para llegar a un sitio, aprovechar el momento de tirar la basura para dar una vuelta a la manzana, dejar la botella de agua en la cocina para tener que ir a por ella cada vez que tengas sed...

Cuidado con la música

La música es uno de nuestros grandes aliados a la hora de evadirnos, pero ¿qué pasa cuando no podemos vivir ni un momento sin ella y, sobre todo, sin escucharla como si viviéramos dentro de ella? Que nuestro cerebro colapsa, aunque no nos estemos dando cuenta.

"Nos solemos acostumbrar al ruido fuerte, y ahí es cuando se vuelve peligroso porque terminamos dañando nuestra audición sin darnos cuenta"

"Treinta minutos de música alta (o cualquier otro tipo de ruido) son suficientes para dañar tu audición de forma permanente. Pero lo que es peor es que la investigación demuestra que la pérdida auditiva está relacionada con problemas cerebrales y deterioro cognitivo", advierte Günel.

La autora recuerda que "la mayoría de las veces, nos acostumbramos al ruido fuerte, por lo que ya ni siquiera se siente fuerte; ahí es cuando se vuelve realmente peligroso porque terminamos dañando nuestra audición sin darnos cuenta", por lo que la mejor opción para evitarlo es asegurarnos de ajustar el volumen. Evadirse del mundo a veces está bien, pero si lo hacemos de forma sana mucho mejor.

La importancia del sueño

En el mundo de la hiperproductividad en el que vivimos, el sueño ha pasado a un segundo plano en nuestras vidas, a menudo incluso a un tercer plano. Nos olvidamos (u obligamos) a dormir menos para pasar más tiempo despiertos, lo que quiere decir, más tiempo produciendo. "Muchas personas intentan reducir el sueño para tener más tiempo para trabajar. Sin embargo, las consecuencias de la falta de sueño son fatales y pueden ir desde la demencia", apunta Günel.

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De hecho, los profesionales de la salud lo recuerdan constantemente. "En el peor de los casos, la falta de sueño puede provocar la pérdida de células cerebrales, una pérdida temprana de la memoria o incluso la enfermedad de Alzheimer. Estos efectos pueden ralentizar su pensamiento, afectar su memoria y dificultar el aprendizaje. Las investigaciones incluso muestran que la falta de sueño podría encoger su cerebro".

Para evitar que dormir mal se convierta en una auténtica pesadilla, además de acudir a tu médico para que evalúe las mejores pautas, puedes probar a regular lo máximo posible tus horarios de descanso. Asimismo, tener un ritual antes de acostarte que te ayude a calmarte y relajarte puede ser el primer paso para empezar.

El día a día nos presenta una multitud de situaciones que dañan nuestro cerebro sin que nos demos cuenta. Hábitos, rutinas, actividades que solemos llevar a cabo y que, sin embargo, no deberíamos (o no al menos con tanta frecuencia). ¿Pasas mucho tiempo sentado? ¿Vas de un lado a otro escuchando música en tus auriculares a un volumen lo suficientemente alto como para sentirte dentro de un videoclip? ¿Duermes pocas horas durante la noche? Si es así, tu cerebro te está pidiendo socorro.

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