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No te enfades si tu hijo miente de vez en cuando: es sano para su desarrollo
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Es solo una mentirijilla

No te enfades si tu hijo miente de vez en cuando: es sano para su desarrollo

De alguna forma, la mentira resulta una parte importante en el desarrollo de los niños, y esto tiene que ver con las fases de desarrollo de la consciencia misma

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Nadie puede decir que no ha mentido nunca, y meno en su infancia. Los niños tienen una habilidad especial para adornar los hechos, o sencillamente cambiarlos, sin que (al menos por un momento) otras personas se den cuenta de que es mentira. Pese a la inocencia, nadie mejor que ellos para construir una realidad paralela a cualquier suceso y difundirla como la realidad misma.

Por lo general, si bien son mentiras, suelen denominarse "mentiras blancas", que tiene que ver con la pureza que un niño o una niña representan y poseen, ese espíritu novato que desconoce las posibilidades de la maldad y que suele mentir pero con buenas intenciones. De todas formas, la reprimenda siempre llega después: mentira, mentirijilla, pequeña tergiversación con risa incluida… Da igual, porque socialmente está establecido como algo malo y, como tal, debe ser redirigido. Sin embargo, mentir podría revelar la inteligencia de los más pequeños. ¿Significa esto que hay que dejarles mentir más?

Foto: Fotograma de 'Pinocho'. (Disney)

Para responder a la pregunta primero hay que tratar de responder a otra: Por qué mienten. Según la definición que recoge la RAE: Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa. Y si es habitual en la infancia no es casualidad. Además, ¿Es que dejamos de mentir en algún momento? De alguna forma, la mentira resulta una parte importante en el desarrollo de los niños, y esto tiene que ver con las fases de desarrollo de la consciencia misma:

Unos años clave para la mente

A los 3 años la mentira se considera intencional, ya que es normal que su cerebro llegue a confundirse con la información externa divagando por su imaginación, la fantasía y la realidad.

Entre los 3 y los 6 años, lo que sucede en la mente es una mezcla de imaginación y realidad que esta crea intencionalmente, y con la que el niño puede reforzar su diversión.

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A partir de los 7 años, comienza a aparecer la intencionalidad de los actos de una manera más consciente, lo que también incluye a las mentiras. Ya han aprendido que con ellas pueden, tal vez, obtener algún beneficio.

El orgullo de que tu hijo mienta

Kang Lee, psicólogo infantil y director de una investigación llevada a cabo para estudiar el funcionamiento de la mente infantil en torno a las mentiras, descubrió que los niños comienzan a mentir desde los dos años de edad; es decir, 18 meses antes de lo que hasta entonces se había pensado.

Pero entonces, si mienten desde bebés, ¿significa eso que ya son malos? Por supuesto que no. Según Lee, el hecho de que este mecanismo se desarrolle tan pronto posiblemente tenga que ver con los juegos de estimulación temprana a los que se les acostumbra. La base de esta teoría radica en la idea de que al capacitar a los niños con juegos interactivos y ejercicios en los que desempeñan algún rol, esto puede convertirlos en mentirosos en cuestión de semanas.

Sin embargo, el psicólogo asegura que aquellos padres que descubren a su hijo de 2 o 3 años mintiendo, no deberían enfadarse, ni regañarle, sino estar orgullosos. Pues “enseñar a los niños a mentir mejora sus calificaciones en pruebas de funcionalidad y teoría de la mente”, añade.

Nadie puede decir que no ha mentido nunca, y meno en su infancia. Los niños tienen una habilidad especial para adornar los hechos, o sencillamente cambiarlos, sin que (al menos por un momento) otras personas se den cuenta de que es mentira. Pese a la inocencia, nadie mejor que ellos para construir una realidad paralela a cualquier suceso y difundirla como la realidad misma.

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