Por qué las personas dudan en acercarse a extraños

En la película 'Antes del amanecer', el espectador es testigo de cómo dos extraños que se conocen en un tren por pura casualidad comienzan a hablar y conectan de una manera tan sorprendente y romántica que no les queda más remedio que pasar toda una noche, antes de que despunte el nuevo día, paseando por Viena. Ese extraño hilo que los une, como solo parece hacerlo con las almas gemelas, hizo soñar a una generación entera que ansiaba conocer el amor de la misma forma. Sin embargo, a la hora de la verdad, acercarse a un extraño es casi una hazaña.

Simplemente no nos atrevemos a hacerlo. Según informa 'Psychology Today', en 2014 un equipo de investigadores llevó a cabo dos experimentos diferentes cen varias estaciones del metro de Londres. Al azar, les pidieron a algunas personas que iniciaran un diálogo con alguien que no conocían en el tren, a otras que se sentaran a solas en el vagón y a unas últimas que hicieran el tipo de cosas que solían hacer cuando viajaban (mirar el móvil, leer...). También les pidieron, antes del trayecto, que contasen cómo esperaban que iba a ser su experiencia (y cómo fue después).

Se ve en un fenómeno conocido como ignorancia pluralista, lo que sucede cuando la gente ve a otras personas comportarse de la misma manera que ellos, pero creen erróneamente que no sienten lo mismo

Los resultados fueron similares a unos realizados en 2014, en este caso en Estados Unidos. La gente en Londres lo pasaba mejor hablando con los desconocidos que en silencio o haciendo lo que solían hacer. También pensaron, antes del trayecto, que hablar con alguien no sería tan agradable como realmente lo fue después. Los individuos en el estudio pensaron que solo una cuarta parte de los demás pasajeros en el tren eran realmente receptivos a la conversación, y que ellos mismos querían participar en el diálogo más que otras personas.

Esto se refleja en un fenómeno conocido como ignorancia pluralista, lo que sucede cuando la gente ve a otras personas comportarse de la misma manera que ellos, pero creen erróneamente que no sienten lo mismo. En este caso, vieron que otros viajeros se encontraban en el tren y en silencio, y asumieron incorrectamente que esas personas no querían romper el silencio y no les apetecía hablar.

Cuando las personas creen equivocadamente que los demás no quieren hablar con ellas, esto las priva de la oportunidad de darse cuenta de que están equivocadas y de que el resto está más interesado en tener una conversación de lo que piensan

Como dijeron desde el propio estudio: es un círculo vicioso. Cuando las personas creen equivocadamente que los demás no quieren hablar con ellas, esto las priva de la oportunidad de darse cuenta de que están equivocadas y de que el resto está más interesado en tener una conversación de lo que piensan.

Así que la próxima vez que estés en público y busques una nueva forma de pasar el tiempo, considera comenzar un diálogo con algún desconocido. Es posible que te sientas desanimado de antemano, y eso está bien. Pero seguro que podrás superar los sentimientos de incomodidad y vacilación. Probablemente no te decepcionarás.