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Por qué tan pocos emperadores romanos murieron por causas naturales
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Por qué tan pocos emperadores romanos murieron por causas naturales

Ser como Calígula fue deporte de riesgo, y no se trata solo de historia antigua sino que los científicos han descubierto que, estadísticamente, no era fácil sobrevivir

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Desde Julio César a Calígula, sabemos de sobra que muchos emperadores romanos no tuvieron la suerte de morir en la tranquilidad de su cama. No es algo nuevo, más bien es historia antigua. Lo que sí es curioso cuando menos es que en estas prematuras y violentas muertes los científicos han identificado un nuevo patrón matemático: una ley de poder que describe el destino de tantos que murieron con un imperio a sus pies, según informa 'Science Alert'.

Según el científico de datos Rodrigo Rodrigues, la distribución de la ley de poder que generalmente define la longevidad de los emperadores romanos es lo que se llama 'el principio de Pareto', o la regla 80/20. Generalmente se ocupa de resultados económicos, pero en términos de probabilidad, se puede simplificar diciendo que los sucesos comunes tienen un 80% de probabilidad frente a los eventos raros, que serían el otro 20.

los emperadores solo tenían una probabilidad de cuatro (un 24,8%) de vivir lo suficiente como para morir de causas naturales

Y, sorprendentemente, con respecto al fatal destino de los emperadores romanos, los finales violentos son los más comunes, mientras que la muerte por causa natural sería definitivamente la más rara (especialmente en los primeros días del Imperio). Desde el primer emperador Augusto (fallecido en el 14 d.C) a Teodosio (en el 395 d.C), los gobernantes solo tenían una probabilidad de cuatro (un 24,8%) de vivir lo suficiente como para morir de causas naturales, según los investigadores del reciente estudio.

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Las cosas no mejoraron mucho durante los años siguientes. Cada gobernante tenía solo un 30% de posibilidades de vivir hasta una edad avanzada y no ser asesinado. Aunque, por supuesto, algunos años fueron más peligrosos que otros. Cuando analizaron el tiempo de muerte de cada emperador, descubrieron que el riesgo era alto cuando el emperador llegó al trono, lo que podría estar relacionado con la falta de experiencia.

El riesgo era alto cuando el emperador llegó al trono, lo que podría estar relacionado con la falta de experiencia y también 13 años después

Siempre que los emperadores superaran su período de prueba sin ser asesinados, las posibilidades de supervivencia aumentaba considerablemente. O al menos, tendían a hacerlo, hasta cierto punto, encontraron los investigadores. Una vez que los emperadores reinaban durante 13 años, el riesgo de muerte se disparaba de nuevo, una demostración de que la paciencia de los enemigos potenciales o los aliados ambiciosos se disparaba en esos momentos.

Matemáticamente hablando, la vida de los emperadores romanos fue algo similar a los terremotos, sugieren los investigadores, comparando la probabilidad de reinados imperiales cortos (en oposición a los largos) con la probabilidad de pequeños terremotos (que son mucho más comunes que los grandes terremotos). Un símil curioso, pero de probabilidades va la cosa.

Desde Julio César a Calígula, sabemos de sobra que muchos emperadores romanos no tuvieron la suerte de morir en la tranquilidad de su cama. No es algo nuevo, más bien es historia antigua. Lo que sí es curioso cuando menos es que en estas prematuras y violentas muertes los científicos han identificado un nuevo patrón matemático: una ley de poder que describe el destino de tantos que murieron con un imperio a sus pies, según informa 'Science Alert'.

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