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Ayahuasca: por qué Occidente vuelve a sucumbir a los viajes psicodélicos
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'la soga de los espíritus'

Ayahuasca: por qué Occidente vuelve a sucumbir a los viajes psicodélicos

Ni a la religión ni a la filosofía, cada vez más personas son adeptas a los retiros guiados por chamanes, con el fin de conocerse a sí mismas y librarse de los traumas o la ansiedad

Foto: 'Ayahuasca' de Pablo Amaringo.
'Ayahuasca' de Pablo Amaringo.

"Tus sentidos se despliegan y notas cierta comunión con el entorno. El monte estaba dentro de mi cabeza y veía todo lo que pasaba en su interior". "Los sonidos de la naturaleza se metían dentro de mí. Era un jaguar esperando a una presa". "Miles de colores psicodélicos pasaban ante mis pupilas, brotaban como manantiales". "Volví a ser una niña, veía estrellas...". Estos son algunos testimonios de personas que han participado en viajes chamánicos o ceremonias en retiros en los que puede experimentarse con la ayahuasca o, como quiere decir su nombre en quechua: 'la soga de los espíritus'.

Desde el comienzo de los tiempos, las sociedades han usado las drogas con motivos medicinales o recreativos. Desde la química que permite dormir, más socialmente aceptada que el resto, a la planta que relaja, duerme la boca y aletarga los sentidos, muchos seres humanos se han atrevido a dar un paso más y viajar hacia lo desconocido mediante el consumo de determinadas sustancias. Algunos artistas, desde Pollock a los Beatles, las usaban justamente porque creían que potenciaba su creatividad. Todos los fines de semana, miles de personas del mundo las consumen con fines recreativos. No son nada nuevo.

Nunca antes en Occidente el consumo de una droga había supuesto una ceremonia tan pintoresca

Pero con el consumo de la ayahuasca parece diferente. Las personas que la han probado parecen coincidir en un nivel de trascendencia casi divina tras el viaje, como si solo a través del alucinógeno se hubieran desentrañado tanto a sí mismos como el oscuro secreto que conforma el mundo. Nunca antes en Occidente el consumo de una droga había supuesto una ceremonia tan pintoresca. Ni a la religión ni a la filosofía, cada vez más personas son adeptas a los retiros guiados por chamanes, con el fin de conocerse a sí mismas y dejar a un lado las preocupaciones, los traumas o la ansiedad del día a día, a través de una droga.

Internet está lleno de testimonios de esas personas y sus experiencias con la ayahuasca. Generalmente, muchos de estos psicodélicos viajes se hacían —y hacen— en Perú, debido a que la bebida tiene un origen milenario entre las culturas del Amazonas (no solo Perú, también Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador o Brasil), que la utilizan de manera ritual, ceremonial o curativa. En Occidente es conocida gracias en parte gracias a 'Las cartas de la ayahuasca' de los escritores beats Allen Ginsberg y William S. Burroughs, un libro de correspondencias entre ambos en el que el segundo viajó a la selva amazónica de Colombia para probar la bebida indígena y cuenta de manera epistolar sus experiencias.

placeholder William S. Burroughs viajó a la selva amazónica de Colombia para probar la ayahuasca.
William S. Burroughs viajó a la selva amazónica de Colombia para probar la ayahuasca.

Desde los años 90 e incluso décadas antes, muchos viajeros occidentales que buscan nuevas experiencias se atreven a adentrarse en los oscuros y sinuosos caminos del Amazonas, en busca de la planta sagrada. Las ceremonias no son sencillas: antes se debe ayunar durante un tiempo determinado, o prescindir durante días de algunos alimentos que van desde el alcohol al café, pasando por los lácteos. También se debe hacer ayuno de la carne, es decir, tampoco se pueden tener relaciones sexuales. La ceremonia debe ser acompañada y de la mano de un guía que ayudará durante el viaje, y no será agradable. Los efectos inmediatos más frecuentes son náuseas, vómitos o diarrea, aunque el peligro más grave es que puede provocar un cuadro psicótico que, en algunos casos, podría ser irreversible.

Las ceremonias no son sencillas. Se debe hacer ayuno y los efectos inmediatos más frecuentes tras consumirla son los vómitos y la diarrea

Pero a día de hoy no hace falta irse a la selva amazónica para consumir ayahuasca. La planta no se considera oficialmente una droga, por lo que no está sujeta a los problemas legales de las mismas y en nuestro país se celebran retiros en los que puede, por tanto, consumirse. Para comprender mejor qué lleva a los occidentales a dejarlo todo durante (al menos) unos días para realizar estos viajes, he hablado con Ana Hatun Sonqo, fundadora de Chamanismo para todos, "con el objetivo de difundir la sabiduría del Chamanismo amazónico, en todo su vasto campo de prácticas y enseñanzas ancestrales. También organizamos retiros espirituales que han cambiado las vidas de muchas personas. Mi misión es ayudar a los demás a despertar, a salir del sueño de una sociedad adocenada y acomodada, para descubrir el camino propio y vivir una existencia plena, con autenticidad y sentido", explica en su propia web.

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"Las personas que suelen acudir a estos retiros son aquellas que no han encontrado respuestas con otras terapias tradicionales, y quieren saber qué les ocurre, así como encontrar un alivio", me cuenta. "Otras quieren vivir una experiencia de autoconocimiento. Las hacemos siempre en ceremonias tradicionalistas, lo que hemos aprendido con los indígenas, adaptado a las personas de aquí que, obviamente, tienen una mentalidad diferente. Siempre tiene que ser en un contexto de ritual, con cantos ícaros, pues la música es muy importante: este ritual sirve para que la persona pueda aclarar los motivos por los que ha venido".

"La sociedad se está buscando a sí misma, las personas se plantean interiormente algo más, y la planta puede llevarte a encontrarle un sentido a tu vida"

Le pregunto por qué es tan importante que estos viajes sean siempre guiados. "La ayahuasca es la más importante de las llamadas plantas maestras y de poder. La persona hace con ella una expansión de su conciencia: tenemos percepciones y sensaciones en este plano, pero hay otras dimensiones que nosotros no podemos identificar, pero sí los chamanes. Lo que hacen estas plantas es comunicarte con esas otras dimensiones, pero puedes perderte por el camino y tener desajustes psíquicos. Por ello es tan importante que el guía deba ser un experto, para poder traerla de nuevo a esta dimensión. Es muy parecido a cuando haces sonar el silbato de un perro: el oído humano no lo escucha, pero el perro conecta con esa frecuencia".

¿Podría yo —por ejemplo— convertirme en una guía experimentada haciendo un curso o algo similar? Me explica que la única manera de saber guiar con la planta es que el espíritu de la propia planta te elija. Entiende mi perplejidad: "Con nuestra filosofía occidental es muy complicado comprender estos conceptos. La predisposición de la persona hace mucho, tiene que venir convencida y segura porque siempre está la incógnita de qué va a pasar. Las personas con enfermedades psiquiátricas o problemas de corazón no deben tomarla, y las que acuden deben fiarse por completo de la persona que les guíe".

"Con la pandemia hemos notado que vienen personas con problemas, incógnitas y dudas existenciales más fuertes"

Justamente por lo que ha dicho antes de que es muy complicado comprender estos conceptos chamánicos desde una perspectiva occidental, le pregunto por qué cree entonces (y paradójicamente) que cada vez más occidentales se atreven a probar la ayahuasca, ¿se trata de una variación occidental y esnob de un concepto milenario, como cuando el yoga se puso de moda? Pero Ana no lo cree. "Estamos en un momento en que la sociedad se está buscando a sí misma, las personas se plantean interiormente algo más, y la planta puede llevarte a encontrar ese tipo de respuestas y dar sentido a tu vida. A veces, un retiro completo puede durar hasta 15 años. Lo que se busca es encontrar alivio y paz interior. Por supuesto, a esto se puede llegar también por otras vías, pero esta puede ser más rápida y eso es algo que la gente actualmente pide, la inmediatez".

¿Ha sido el coronavirus el detonante? ¿Hay más gente tras la pandemia que quiera acudir a estos retiros? "Más no, lo que sí hemos notado es que vienen personas con problemas, incógnitas y dudas existenciales más fuertes. No es algo que se pueda entender desde la lógica, pero hay otro tipo de maneras de ver la vida, al final la física cuántica habla de cosas muy parecidas: de observar, hay muchas realidades que conviven con la nuestra propia. La ayahuasca está relacionada con todos esos planos y las diferencias ópticas que hay, tanto en los problemas como en las soluciones".

Y ¿qué dice la ciencia? Lo cierto es que la ayahuasca contiene el compuesto psicoactivo N-dimetiltriptamina (DMT), que es el que produce visiones y alucinaciones. En el pasado, especialistas del Imperial College London estudiaron el impacto de esta bebida y cómo altera el funcionamiento del cerebro: sobreactiva la actividad cerebral al ingresar en el organismo. Más concretamente, reduce la potencia de las ondas alfa (las dominantes en el cerebro cuando estamos despiertos) a la vez que produce la aparición de ondas theta (relacionadas con las primeras etapas del sueño). Por último, algo interesante: al DMT también se le conoce como 'la molécula de Dios'.

¿Puede una sociedad completamente secularizada buscar las respuestas en las alucinaciones provocadas por una planta milenaria? Quizás en cada uno de nosotros está la respuesta.

"Tus sentidos se despliegan y notas cierta comunión con el entorno. El monte estaba dentro de mi cabeza y veía todo lo que pasaba en su interior". "Los sonidos de la naturaleza se metían dentro de mí. Era un jaguar esperando a una presa". "Miles de colores psicodélicos pasaban ante mis pupilas, brotaban como manantiales". "Volví a ser una niña, veía estrellas...". Estos son algunos testimonios de personas que han participado en viajes chamánicos o ceremonias en retiros en los que puede experimentarse con la ayahuasca o, como quiere decir su nombre en quechua: 'la soga de los espíritus'.

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