Heroína para niños y coñac para maltratadores: los anuncios más polémicos de la historia
Campañas que, o bien no han envejecido bien, o bien siempre fueron muy polémicas, ¿en qué pensaban exactamente los publicistas?
La sobreexposición de imágenes publicitarias es algo con lo que nos hemos acostumbrado a vivir, hasta el punto de que en muchas ocasiones nos es imposible recordar todas las campañas que pasan ante nuestros ojos día a día. Antes no era así, por supuesto, y aunque las técnicas de publicidad no han cambiado mucho desde que esta surgió, y los principios siguen siendo los mismos (atención, interés, deseo, acción), la sociedad sí ha cambiado, y los anuncios con ella.
Por eso, quizá, nos sorprenden algunas campañas que, o bien no han envejecido bien, o bien siempre fueron polémicas. Hacemos un recorrido por algunos de los anuncios más sorprendentes de la historia, aunque quizá lo más sorprendente es que muchos de ellos siguen funcionando a día de hoy, aunque con algún pequeño cambio (pero la misma esencia).
¿Drogas para los niños? Sí, por favor
La compañía de Bayer comenzó a comercializar a la vez la aspirina y la heroína, que (según la propia información de la empresa) había sido sintetizada en el verano de 1897 por Felix Hoffmann. Fue así hasta el punto de que se convirtió en una especie de marca de medicamento, que en un principio fue bien recibida por la comunidad médica que no había observado efectos adversos en ella. Se usaba para aliviar la tos o las enfermedades pulmonares y, aunque nos cueste creerlo, también se utilizaba con los niños. El conocimiento de que era peligroso e increíblemente adictivo llegaría después.
Oh, continuemos con drogas "suaves": "Jarabe Bayer de HEROÍNA. La tos desaparece": pic.twitter.com/TSkpFs6K7l
— Ledicia Costas (@LediciaCostas) April 22, 2020
Anuncios machistas
Lo cierto es que el público objetivo al que iban dirigidos los anuncios ha cambiado sobremanera en cuestión de décadas, y en la actualidad muchos anuncios que en el pasado se veían como algo totalmente normal no pasarían la censura de lo políticamente correcto y harían sonrojar a más de uno. Probablemente uno de los más delirantes es el anuncio del coñac Soberano, en el que la solución para que una pobre mujer desesperada deje de sufrir malos tratos es mantener la copa de su marido siempre llena (de coñac, por supuesto).
Los anuncios de esta clase eran bastante frecuentes entre los años 50 y 60 del pasado siglo, también en Estados Unidos. Hace unos años, el fotógrafo Eli Rezkallah decidió recopilarlos y hacer un montaje en el que se cambiaban los roles de género. El resultado lo presentó en su trabajo 'In a Paralell Universe'.
"In a parallel universe" is a series of fictional images, recreated from real ads in the mad men era, that question modern day sexism: showing it through a humorous light to spark a conversation through role play
— Eli Rezkallah (@Elirezkallah) January 10, 2018
Check the rest of the project on https://t.co/aY00YjAAiD#timesup pic.twitter.com/QWd4RnP8I1
Dolce & Gabanna también se ha visto envuelta en más de una ocasión en la polémica. En 2007, una de sus campañas fue prohibida en varios países. En el nuestro concretamente, el Observatorio de la Imagen del Instituto español de la Mujer acusó a la marca de incitar a la violencia sexual.
Y racistas...
Otra clara demostración de que las cosas han cambiado bastante. O quizá no. Hace unos pocos años la marca Dove se vio envuelta en polémica por un anuncio en el que una mujer negra se quitaba una camisa marrón y ¡voilà! Debajo había una mujer blanca con una camiseta (blanca también). Muy parecido a los anuncios de finales del siglo XIX, en los que un niño blanco le preguntaba a otro chaval negro: "¿Es que tu mamá no te lava con jabón Fairy?" de N.K. Fairbank Company.
the racist dove ad is a continuation of a long history of racist soap advertising pic.twitter.com/nO7iDT7dxH
— /kaw·reɪdʒ/ (@kawrage) October 8, 2017
Los chinos tampoco se quedan atrás.
La polémica camiseta de Zara
Todo comenzó con un artículo del diario israelí Haaretz en 2014, con el titular 'Un polo de Zara se parece al atuendo del Holocausto'. La prenda, según explicaban, hería muchas sensibilidades por parecerse al uniforme que debían llevar los judíos en los campos de concentración y exterminio. Al final la marca española tuvo que pedir perdón en redes sociales y retirar la camiseta, aunque insistieron en que la estrella amarilla estaba inspirada en las placas de los sheriffs del lejano Oeste y no en la estrella de David.
Snickers, la última polémica (por homofobia)
Hace cosa de dos meses, la marca Snickers retiró un polémico anuncio en el que participaba Aless Gibaja y pedir perdón mediante un comunicado. En el anuncio, el 'influencer' pide un zumo de naranja "con vitaminas A, B y C", lo que provoca la hilaridad y la extrañeza tanto de su acompañante como del camarero que los sirve. Este último decide darle una barra de Snickers, lo que servirá para que el 'influencer' se convierta... en una persona normal, se supone.
La sobreexposición de imágenes publicitarias es algo con lo que nos hemos acostumbrado a vivir, hasta el punto de que en muchas ocasiones nos es imposible recordar todas las campañas que pasan ante nuestros ojos día a día. Antes no era así, por supuesto, y aunque las técnicas de publicidad no han cambiado mucho desde que esta surgió, y los principios siguen siendo los mismos (atención, interés, deseo, acción), la sociedad sí ha cambiado, y los anuncios con ella.