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¿Son buenas las duchas frías para la salud? Esto dice la ciencia
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¿Son buenas las duchas frías para la salud? Esto dice la ciencia

Comenzaron a utilizarse en el siglo XIX, pero luego se descubrió que las tibias eran mucho más placenteras. Sin embargo, estas últimas podrían no ser tan beneficiosas

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Nada como una buena ducha helada para comenzar el día de la peor manera. Hay pocas personas a las que les guste relajarse de esa forma, pero en los últimos tiempos muchas han adoptado el hábito porque tiene muchos supuestos beneficios para la salud, tanto físicos como mentales (se supone). Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?

Las duchas frías comenzaron a administrarse por primera vez en el siglo XIX, por razones de salud, cuando los médicos las diseñaron para el uso con presos o personas que estaban en psiquiátricos, para "enfriar" así sus cerebros, supuestamente calientes e inflamados. Durante todo ese siglo los victorianos se dieron cuenta de que además la ducha tenía otros usos (como lavar a la gente) y que eran mejores cuando se daban tibias. Así que cambiaron de ser un dispositivo cruel utilizado para infligir malestar a algo placentero.

Sin embargo, la idea de que las duchas frías son buenas para la salud nunca desapareció del todo, y de hecho está resurgiendo entre tipos estoicos como los de Silicon Valley. Según informa 'Science Alert', un estudio hecho en los Países Bajos descubrió que las personas que tomaron una ducha fría tenían menos probabilidades de ausentarse del trabajo debido a una enfermedad que las que tomaron una ducha tibia.

Un estudio hecho en los Países Bajos descubrió que las personas que tomaron una ducha fría tenían menos probabilidades de ausentarse del trabajo debido a una enfermedad que las que tomaron una ducha tibia

Dividieron en grupos a más de 3.000 personas y se las pidió que se tomaran una ducha caliente todos los días. Pero a un grupo se le pidió que lo terminara con 30 segundos de agua fría, a otro con 60 segundos de agua fría, a otro con 90 segundos de agua fría, y a un cuarto solo con agua tibia. Debían seguir ese protocolo durante un mes. Al cabo de un tiempo, descubrieron que los grupos que se habían duchado con agua fría (independientemente del tiempo) se ponían enfermos con menos frecuencia.

La razón por la que el agua fría podría evitar enfermedades no está clara, aunque algunas investigaciones sugieren que podría tener que ver con 'estimular' el sistema inmunológico. Una investigación de la República Checa mostró que cuando un grupo de "hombres jóvenes atléticos" se sumergían en agua fría tres veces por semana durante seis semanas, se daba un ligero impulso a su sistema inmunológico. Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.

De cualquier manera, el agua fría también podría activar el sistema nervioso simpático, la parte del sistema nervioso relacionada con la respuesta de lucha o huida. Cuando se activa, como durante una ducha fría, se produce un aumento de la hormona noradrenalina. Esto es lo que probablemente causa el aumento en la frecuencia cardíaca, y está relacionado con las mejoras de salud sugeridas.

También se ha demostrado que la inmersión en agua fría mejora la circulación porque cuando nos exponemos al frío, disminuye el flujo sanguíneo a la piel. Cuando esta agua fría se detiene, el cuerpo tiene que calentarse, por lo que aumenta el flujo sanguíneo a la superficie de la piel. Algunos científicos piensan que esto podría mejorar la circulación.

Incluso existe alguna evidencia de que una ducha fría puede ayudar a perder peso, al aumentar el metabolismo (el proceso mediante el cual el cuerpo convierte lo que se ingiere en energía. Cuanto más alto, más energía quemada).

Una ducha fría podría también aliviar los síntomas de depresión, pues envía una cantidad abrumadora de impulsos eléctricos desde las terminaciones nerviosas periféricas al cerebro

Aparte de los beneficios físicos, las duchas frías también podrían tener beneficios para la salud mental. Existe una escuela de pensamiento que dice que la inmersión en agua fría aumenta el estado de alerta mental debido a la estimulación de la respuesta de lucha o huida mencionada anteriormente. Una ducha fría podría también aliviar los síntomas de depresión, pues envía una cantidad abrumadora de impulsos eléctricos desde las terminaciones nerviosas periféricas al cerebro, lo que puede tener un efecto antidepresivo.

En definitiva, parece que hay una gran cantidad de evidencias de que las duchas frías son buenas para la salud aunque las razones aún no estén claras. Eso sí, antes de que empieces a hacerlo es buena idea que sepas que también hay algunos riesgos: puede ser peligroso para las personas con enfermedades cardíacas, precipitando ataques o irregularidades en el ritmo cardíaco.

Nada como una buena ducha helada para comenzar el día de la peor manera. Hay pocas personas a las que les guste relajarse de esa forma, pero en los últimos tiempos muchas han adoptado el hábito porque tiene muchos supuestos beneficios para la salud, tanto físicos como mentales (se supone). Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?

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