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¿Qué piensan realmente los jefes del trabajo remoto?
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presencial o no, esa es la cuestión

¿Qué piensan realmente los jefes del trabajo remoto?

¿Es mejor el presencialismo porque nos permite compartir sinergias? ¿Somos más productivos en casa y con flexibilidad? ¿Qué piensan los directivos de todo esto?

Foto: Así el jefe no impone tanto. (iStock)
Así el jefe no impone tanto. (iStock)

Pese a que la pandemia nos colocó en un escenario del tablero que jamás habíamos imaginado, teniendo que trabajar en remoto desde casa, las aguas están volviendo a su cauce y muchas empresas se preparan (o ya lo han hecho) para la vuelta presencial. En su día, según las estadísticas, la mayor parte de la población afirmaba sentirse bastante contenta con el teletrabajo, pues permitía conciliar la vida laboral y la personal y ahorraba atascos, entre otras.

La idea general y unánime es que el trabajo híbrido es la mejor opción. Por un lado, la asistencia a la oficina sigue siendo, para muchos, necesaria, sobre todo en aquellos equipos que trabajan codo con codo y que necesitan 'compartir sinergias', algo mucho más lógico y cómodo que pasarse el día de reunión en reunión vía Zoom, lo cual quema a cualquiera. Por otro, la pandemia ha demostrado que 'calentar la silla' como comúnmente se dice no sirve mucho ni afecta absolutamente nada en la productividad, y que en algunos casos y siempre que el entorno esté habilitado para ello, hay personas que trabajan mejor desde su propio hogar. Por ello mismo, parece que la clave está en un estilo mixto.

En Estados Unidos un 72% de jefes que actualmente están supervisando el trabajo remoto preferirían que estuviesen en la oficina

Se ha preguntado mucho a los trabajadores durante este tiempo, pero no tanto a los jefes, que a priori parecen preferir la presencialidad frente al teletrabajo. Algunos apuntan a la falta de confianza por el poco control que se puede tener cuando el trabajador está en su casa y no hay manera de saber a ciencia cierta si está trabajando. Otros, señalan que determinados trabajos los podría hacer 'cualquiera' si no se requiere la presencialidad, y por tanto se podría contratar 'mano de obra' más barata para hacer lo mismo. Son premisas más o menos plausibles, pero, ¿qué piensan realmente?

Una vez puesta la vacuna...

Según un artículo recientemente publicado en 'BBC', aunque los datos se han estudiado por países, no difieren mucho: en Estados Unidos un enorme 72% de jefes que actualmente están supervisando el trabajo remoto de sus empleados preferirían que estuviesen en la oficina, según una reciente investigación. En Suecia, Winnigtemp (empresa de datos basada en la participación de empleados) dice notar signos de regreso a la oficina, especialmente en los mercados en los que hay altos niveles de vacunación. Algo así como "vale, te has puesto la segunda vacuna, es tu deber volver al trabajo".

Una investigación demostró que el 41% de los jefes se mostraban escépticos sobre si los teletrabajadores seguirían motivados a largo plazo

No es solo que sea más difícil organizar un equipo de manera remota, también muchos jefes (sobre todo los que tienen un puesto de responsabilidad 'intermedia') están ansiosos por recuperar, de alguna forma, un sentido de 'estatus'. Muchos se defienden asegurando que no tratan de controlar o vigilar a sus empleados, sino que se gestionan mejor los pequeños problemas que puedan surgir en el día a día: es más fácil discernir si alguien está luchando con una tarea particularmente difícil cuando lo tienes sentado frente a ti.

El problema de esta cultura presencial ya se ha discutido, pues parece beneficiar a aquellas personas a las que les gusta 'hacer pasillo'. Por otro lado, pone de manifiesto lo arraigada que está en nuestra cultura la idea de 'fuera de la vista / fuera de la mente': una investigación sobre la pandemia realizada por Harvard Business Review mostró que el 41% de los jefes se mostraban escépticos sobre si los teletrabajadores podían seguir motivados a largo plazo.

Foto: Trabajar en dos empresas a la vez puede ser posible (EFE/Mariam A. Montesinos)

Pero, siendo prácticos, las empresas lo que desean realmente es captar buenas mentes, y a estas alturas ha quedado bastante claro que para muchas personas la flexibilidad y la conciliación son fundamentales, por lo que ceder en ese aspecto podría ser fundamental en el futuro. Los niveles de productividad y rentabilidad son fundamentales, y si bien es cierto que con demasiado teletrabajo puede perderse la motivación, con una vuelta demasiado brusca al trabajo muchos empleados podrían sentir que carecen de autonomía. No parece existir una solución única para todos, lo cual es un problema. Eso sí, quizá en la variable se está subestimando al número de personas que quieren volver a la oficina a trabajar cara a cara con sus compañeros. Y también son muchas.

Pese a que la pandemia nos colocó en un escenario del tablero que jamás habíamos imaginado, teniendo que trabajar en remoto desde casa, las aguas están volviendo a su cauce y muchas empresas se preparan (o ya lo han hecho) para la vuelta presencial. En su día, según las estadísticas, la mayor parte de la población afirmaba sentirse bastante contenta con el teletrabajo, pues permitía conciliar la vida laboral y la personal y ahorraba atascos, entre otras.

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