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Por qué no podemos evitar mirar el móvil cuando no debemos
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una práctica muy extendida

Por qué no podemos evitar mirar el móvil cuando no debemos

Generalmente todos aceptamos la mala educación de los demás y su uso indiscriminado del dispositivo, procurando no poner mala cara aunque sepamos que no nos prestan atención

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

Probablemente lo experimentes cada día, desde que los teléfonos inteligentes forman parte de nuestra vida como pequeños ordenadores portátiles que cumplen todos nuestros deseos: la gente parece estar más pendiente de ellos que del resto de personas. Quizá estás con un grupo de buenos amigos en un restaurante, disfrutando de la comida, y de vez en cuando alguno de vosotros saca el móvil para revisar el correo electrónico, WahtsApp o Instagram.

¿Qué hacer en esos momentos? Generalmente todos aceptamos la mala educación de los demás y su uso indiscriminado del dispositivo, procurando no poner mala cara aunque sepamos que no nos prestan atención. A veces somos nosotros mismos los mal educados. Según el programador Paul Graham, las sociedades tienden a desarrollar "anticuerpos sociales", es decir, defensas contra nuevos comportamientos dañinos.

Foto: El joven se quedó encajado al intentar acceder a la vivienda (Facebook/Radio RSD)

Utiliza el ejemplo del tabaquismo: fumar en público se convirtió en tabú en el lapso de solo una generación después de que cambiaran las convenciones sociales. Las restricciones legales jugaron un papel importante, pero un cambio en la percepción de los fumadores, de cultos a toscos, sentó las bases para el apoyo público a las prohibiciones de fumar. De manera similar, el remedio para detectar la indiscreción puede ser desarrollar nuevas normas que hagan socialmente indeseable revisar el teléfono en compañía de otros.

"La mayoría de las personas que conozco son adictas a Internet", explicó Graham en 2010 (y, a pesar de ello, invierte millones de dólares en aplicaciones adictivas o sitios web como Reddit). ¿Realmente seremos capaces de desarrollar esos 'anticuerpos sociales' o nos estamos aproximando cada vez a mayor rapidez en pos de nuevas adicciones? ¿La enfermedad de la distracción se convertirá en la nueva normalidad? Y, lo más importante, ¿cómo podemos desarrollar anticuerpos para vacunarnos contra la mala educación que nos provoca el móvil?

En el trabajo

Según cuenta el psicólogo Nil Eyal en 'Psychology Today', una solución es adoptar un enfoque explícito. "Sucede lo mismo en todas las reuniones a las que asisto: alguien (generalmente el mejor pagado de la sala) comienza a usar el móvil. El comportamiento es tóxico de muchas maneras: envía un mensaje a todos de que el tiempo con los dispositivos es más importante que su tiempo y distrae a las personas".

"Sucede lo mismo en todas las reuniones a las que asisto: alguien (generalmente el mejor pagado de la sala) comienza a usar el móvil"

La mejor manera de evitar esta pérdida de tiempo es que alguien superior ordene una "reunión sin pantallas". "En mi experiencia al realizar cientos de talleres, las discusiones declaradas libres de dispositivos son mucho más productivas. Establecer expectativas desde el principio equivale a administrar una vacuna contra la distracción".

Con amigos

Aquí el problema (como el del restaurante que contábamos al principio) es que no hay un jefe. Al principio, la gente solía dejar todos los móviles en el centro de la mesa para evitar la tentación. Hoy, todos sabemos que es maleducado, pero siempre hay alguien que continúa usándolo.

Hacer una pregunta directa le hace un favor a la persona al alejarla del teléfono mientras le envías un mensaje claro

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de sacar al transgresor del teléfono? Avergonzarlo frente a los demás no es una buena idea (a no ser que no te importe perder la amistad), se requiere una táctica más sutil: una buena opción es hacer una pregunta. Hacer una pregunta directa le hace un favor a la persona al alejarla del teléfono mientras le envías un mensaje claro. "Oh, lo siento, ¿estabas con tu teléfono? ¿Está todo bien?" Si realmente hay una emergencia, la persona puede disculparse, pero la mayoría de las veces, se lo guardará en el bolsillo y comenzará a disfrutar de la noche.

Es momento de comenzar la revolución. Establece límites y no te resignes a ser ignorado. Al comprender mejor la psicología detrás de nuestra tecnología, podemos ponerla en su lugar: debe servirnos, no deberíamos servirla nosotros.

Probablemente lo experimentes cada día, desde que los teléfonos inteligentes forman parte de nuestra vida como pequeños ordenadores portátiles que cumplen todos nuestros deseos: la gente parece estar más pendiente de ellos que del resto de personas. Quizá estás con un grupo de buenos amigos en un restaurante, disfrutando de la comida, y de vez en cuando alguno de vosotros saca el móvil para revisar el correo electrónico, WahtsApp o Instagram.

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